YouTube en la TV: Cuando el pirata es el pez gordo

Acercarse al foco de la noticia no es fácil y más si lo que se va a cubrir puede atentar contra la integridad de uno mismo. Esto lo saben foto y videoperiodistas como Jaime Alekos, uno de los cámaras que captó momentos tan peligrosos como los disturbios y enfrentamientos con los antidisturbios ocurridos en la manifestación del 23 de febrero en Madrid. “La crónica del 23F fue un sábado, estuve trabajando toda la noche, cuando terminé subí el vídeo a Youtube con licencia Creative Commons y desconecté el teléfono. Al despertarme tarde al día siguiente, veo que tengo un mail de una de las personas que coordina los informativos de Cuatro pidiéndome permiso para utilizar un trozo de mi video. No le contesté porque estaba dormido pero lo emitieron igualmente”.

No era la primera vez que Jaime Alekos veía cómo sus imágenes eran utilizadas sin su autorización y sin conocimiento previo por parte de las televisiones. Los vídeos de los escraches, sobre todo en el primero que tuvo lugar en la estación de Atocha contra el diputado del Partido Popular Marcial Marín, la única cámara de vídeo que había allí era la suya. “Me llegaron tuits y mensajes al teléfono avisándome de que se estaban emitiendo. Incluso mi gestor, al que llamé para hacerle una consulta de autónomos, me dijo: anoche vi un vídeo tuyo en el programa de Wyoming”, cuenta Alekos. “Mi primera reacción fue quedarme sin saber qué hacer porque no tengo contactos con las cadenas, no sabía con quién hablar, y finalmente llamé a un abogado”.

La licencia bajo la que se emiten los vídeos en YouTube es Creative Commons, pensada para que la difusión cultural sea totalmente libre, siempre y cuando se cumplan tres condiciones: citar la autoría, no modificar la obra y que no haya ánimo de lucro. Elementos que, a priori, no parecen haber cumplido ninguno de los medios demandados. “En internet nos hemos dotado de unas herramientas jurídicas como son las licencias Creative Commons que están pensadas como difusión cultural pero cuando se hace constar la claúsula no comercial se hace precisamente para evitar expolios de este tipo”, explica Carlos Sánchez Almeida, abogado de Jaime.

“Cualquier vídeo que se publica en Youtube se puede incrustar en otras webs sin problema siempre que sea sin ánimo de lucro, -continúa el abogado- el problema es que lo que hacen estas televisiones es coger el vídeo de su ubicación original, sacarle la mosca de Diagonal en este caso, poner la suya propia y emitirlo en horario de máxima audiencia, normalmente el telediario. Obviamente con un rendimiento económico en forma de publicidad”.

Televisiones, tenemos que hablar

Una de las imágenes más reproducidas por los medios han sido la de los escraches a miembros del Partido Popular, llevados a cabo por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Dedicaron programas enteros a los escraches, sin embargo no había cámaras cubriéndolo. “No sé por qué no tenían cámaras ahí. Yo sí sé por qué estaba: las acciones de los activistas de vivienda me interesan especialmente por su valentía, solidaridad y desobediencia. Mi intención ha sido siempre, antes de ganar dinero, difundir la lucha de una manera seria y sin manipulación”, afirma el videoperiodista.

Según la demanda presentada por los abogados en algunos casos se utilizan 20 o 30 segundos, pero en otros, como en “En más vale tarde”, de La Sexta, llegaron a utilizar once minutos. “Los quince casos que he demandado son aquellos de los que tengo constancia y además tengo la grabación. Muy probablemente habrá más de los que no me he enterado”. Las televisiones implicadas en la acusación de piratería son Telecinco, Cuatro, La Sexta, Telemadrid, Intereconomía y 13TV. Llamando especialmente la atención la presencia de Telecinco, cuando en 2008 fue precisamente esta cadena quien demandó a Youtube “por considerar un claro caso de piratería la difusión que hace de sus contenidos”.

“Hemos puesto esta primera demanda de conciliación a modo de advertencia a ver qué dicen”, comenta el abogado. “De momento no nos ha contestado ninguna salvo 13TV”. La respuesta de esta televisión tampoco augura que vaya a haber un entendimiento. La cadena manifiesta “su claro desacuerdo con las pretensiones del representado” y se ampara en el Derecho de cita y en el de reproducción de artículos de prensa. Derechos que, en cualquier caso, requieren de una remuneración económica. Curiosamente también alegan no haber podido identificar la autoría de las imágenes “por lo que aprovechamos para invitarles a identificar de mejor manera al supuesto titular de los derechos”.

Para Carlos Sánchez Almeida, lo interesante de este caso es que sistemáticamente por parte de las televisiones comerciales se está desprestigiando internet y sobre todo acusándola de piratería y ahora estamos ante todo lo contrario. “Estamos viendo la publicación de unos vídeos que se han colgado gratuitamente en internet para que los pueda ver todo el mundo, pero todo lo que sea una explotación comercial se debe pagar. En este sentido quien comete el acto de piratería son la televisiones”.

Periodismo Ciudadano = ¿periodismo gratis?

“El periodismo ciudadano ahora mismo tiene un valor imprescindible para la gente que quiere tener una visión completa y directa de lo que ocurre a pie de calle, especialmente en la cobertura de las acciones de los movimientos sociales y en la denuncia de las violaciones de derechos humanos y de la represión y violencia policial”, afirma Alekos. Khrystian Lehmanm grabó, en el aniversario del 15M el año pasado, desde una habitación de hotel alquilada, cuando los antidisturbios habían echado a toda la prensa de Sol, como éstos agreden a un manifestante creyendo que nadie les está viendo: 193.000 visitas. La entrevista de 15MBcn a Ester Quintana, mutilada por los antidisturbios, 230.000 visitas. El vídeo de Juan Carlos Mohr del escrache feminista a Gallardón, con una agresión policial fuerte, otras 230.000. Varios antidisturbios agrediendo a un manifestante que pide el número de placa el 26S, grabado por Saintwolf, 530.000 visitas.

El vídeo de Juan Robles de la intervención de los antidisturbios de los en Atocha el 25S lleva 1.220.000 visionados. Este caso, además, es paradigmático porque este mismo vídeo le valió el premio Ortega y Gasset de periodismo ciudadano y sin embargo había sido pirateado por las televisiones y ninguna le remuneró en su momento. “La mayor parte de los medios rectificaron después pero hubo otros como El Economista o Intereconomía que hasta me faltaron al respeto”, cuenta Juan Ramón Robles.

“Yo quería llegar a un acuerdo y una de ellas jamás me devolvió la llamada pero es que Intereconomía llegó a decirme abiertamente que no me iban a pagar nada y que tenía poca vergüenza por pedir dinero por las imágenes”. La intención de Jaime Alekos y su abogado es reunir todos los casos como el de Robles para presentar una demanda conjunta y hacer fuerza frente a las televisiones para llevarles a todos a juicio. “Están desempeñando una labor social y están viendo a muchos otros fotoperiodistas que se la están jugando y en ocasiones son detenidos por la policía”, dice Sánchez.

Como ejemplo de esto está el caso del llamado fotógrafo del 15M, Raúl Capín y su ayudante Adolfo Luján, detenidos el pasado mayo “por agredir a la autoridad” y puestos luego en libertad con cargos. “Somos los ciudadanos que estamos en la calle, los que estamos trayendo esta información haciendo un trabajo muchas veces altruista y a menudo sufriendo amenazas y agresiones por parte de la policía. Es habitual que me escriban o me llamen para intentar utilizar mi trabajo sin pagar, y muchas veces pierdo dinero por hacer mi trabajo”.

Esta primera plantada de cara abre un debate que dignifica una profesión vapuleada por los ERE y la precariedad. De momento habrá que esperar para ver cómo se desarrollan los acontecimientos. “Hemos querido que tengan una oportunidad de recapitular pero no albergo muchas esperanzas”, concluye el abogado. “Después de esto, vamos a tener que luchar”.