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Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Retos de la biotecnología: mejorar su financiación y darse a conocer

EFE

Madrid —

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La biotecnología nos rodea, está en todo lo que hacemos, comemos y vestimos, y es además un sector que puede convertirse en un filón para la ciencia y la economía españolas, aunque para ello hay que mejorar el entorno financiero y conseguir que la gente sea consciente de lo importante que es en su vida.

Estas ideas resumen la opinión de los participantes en el tercer debate de “CyTen60min”, una iniciativa de la Agencia EFE para divulgar la I+D+i que se hace en España.

A la tertulia, moderada por el periodista José Antonio Plaza, han acudido la presidenta de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio), Regina Revilla, la presidenta de la Fundación para la innovación tecnológica Cotec y exministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, y el fundador y director general de la empresa biotecnológica Vivia Biotech, Andrés Ballesteros.

La biotecnología ha evolucionado de forma importantísima. España está entre el tercer y cuarto puesto en número de empresas: “es verdad que son pequeñas pero estamos en todos los campos”.

Para Garmendia, hablar de biotecnología en España es hablar de siglo XXI: la primera década fue la década prodigiosa.

¿Qué ha pasado? Ha pasado todo, según Garmendia, quien ha apuntado que a principios de 2000 crear una empresa biotecnológica era un “acto de voluntarismo y resistencia”, pero “hemos avanzado muy bien y por el camino adecuado”, gracias, entre otros avances, a mejoras normativas e instrumentos públicos.

Esto ha permitido, por ejemplo, que en la primera década se crearan más de 500 compañías.

Sin embargo, según la exministra, quedan dos asignaturas pendientes: “Lograr un entorno financiero adecuado e incentivos que potencien la suma para crecer e internacionalización”.

Para ello, ha explicado, habría que iniciar una “interlocución muy directa con los grandes bancos” para involucrarles en el desarrollo de instrumentos que favorezcan la innovación.

Tras reconocer que no se puede pedir al Estado que financie sine díe el crecimiento de las empresas, lo que sí debe de hacer la Administración es “apoyar la creación de empresas” y participar en fondos público-privados para potenciar la inversión privada.

Para atraer inversión privada “pura y dura”, es decir, fondos de capital riesgo internacional, hay que “entender su dinámica” porque “entran para salir” y mientras que su salida no esté “clara” (a través de los mercados o las transacciones empresariales), estos fondos “no se asentarán bien en España”.

La idea es “desarrollar un entorno financiero en todas sus dimensiones porque el ámbito de la innovación es como una casa: si falta una columna, no funciona. Esto es igual, tienen que estar todos los estamentos: fondos de capital riesgo, subvenciones, mercados secundarios de bolsa, y unos bancos preparados para potenciar todos estos instrumentos que son necesarios”.

Para Ballesteros, el capital riesgo ya está llegando a España y la innovación española genera interés: se ha creado un sector de la nada, al principio “era un erial”, y ahora es un sector con proyección internacional.

La presidenta de Asebio ha explicado que la crisis ha incidido en las que estaban creciendo de manera importante y habían solicitado créditos para dar salto internacional o en un desarrollo más importante: “al caerles la crisis no estaban preparados los instrumentos de financiación para este tipo de empresas”.

En este sentido, ha dicho que se está trabajando para cambiar este modelo y analizar empresas pequeñas que tienen viabilidad y que “si las estrangulas pierden toda la inversión en este tiempo”.

Revilla ha destacado no obstante que en la crisis ha aumentado el número de socios de Asebio, lo que se explica porque cada vez hay más demanda económica y social de los productos derivados de la biotecnología; en el área de salud, ha apuntado, “es clarísimo” (tres de los diez productos más vendidos son biotecnológicos).

Respecto al futuro, Revilla ha augurado un cambio sustancial fundamentalmente en salud: en 2020, el 40 % de los productos que se aprueben van a ser biotecnológicos.

En cuanto al interés que la biotecnología despierta entre los políticos y los ciudadanos, los ponentes han coincidido en que hay que meterla en la agenda de los primeros y en el papel de los medios de comunicación para que la sociedad entienda de qué se trata.

Respecto a la sensibilidad de los políticos y en concreto del Ministerio de Hacienda, sea quien sea su titular, Garmendia ha ironizado: en este Departamento hay “sensibilidad cero a nada que no sea aprobar el menor presupuesto posible y una vez aprobado que no lo ejecutes. Es interesante entenderlo porque ya no lo discutes”.

Dicho esto, ha agregado, la clave está en el presidente del Gobierno que establece las prioridades.

Revilla, sin embargo, ha asegurado: “A nosotros Hacienda nos ha ayudado mucho”.