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La mitad de los europeos modifica las opciones de privacidad en internet

Facebook no siempre es el malo de la partida. Aunque a la hora de los problemas con la seguridad de la información privada de los cibernautas, “con frecuencia” esta red social figura en la lista negra. Esa es una de conclusiones recogidas en un detallado y riguroso informe sobre privacidad en Internet y redes sociales cuyo propósito es dotar de herramientas a los responsables políticos de la Unión Europea para que elaboren normas relacionadas con la protección de datos de los consumidores en la Red.

Se trata de un trabajo académico publicado el pasado 5 de abril, con un coste de más de 2.5 millones de euros, basado en un estudio de campo que durante tres años sustanciaron 30 especialistas de varias universidades europeas, que entrevistaron a más de 8.621 internautas de 26 países de la región.

En particular, el estudio se enfocó en el análisis de la recogida y utilización de datos personales de los consumidores a través de redes sociales y la determinación de percepciones de los consumidores acerca de su privacidad en social media.

La Universidad de Malta se encargó de coordinar el trabajo de los especialistas dividido en cuatro paquetes temáticos: status quo de la privacidad online, actitudes de los consumidores, criterios para la equidad y mejores prácticas.

En líneas generales, el análisis encontró que es muy variable la percepción de los riesgos personales entre ciudadanos de diferentes países, y que la pérdida de privacidad se origina cuando el usuario proporciona –voluntaria o involuntariamente- información personal a sitios web para “diversos fines”.

Según el informe titulado Proyecto Consentimiento (Consent Project por su título original en inglés), que hace alusión al consentimiento de los consumidores con el uso de datos personales para servicios de contenido generado en la economía digital, los ciudadanos de Bulgaria y Rumania son los que presentan la menor conciencia de la protección de su privacidad.

Por lo general, solo 24% de los lectores atiende a la política de privacidad de los sitios web, y apenas 11% de los encuestados afirman comprender plenamente lo que han leído.

Hay otros datos relevantes que contiene el trabajo:

  • Más del 50% de los encuestados indican que a menudo o siempre cambian sus opciones de privacidad.
  • Cuatro de cada cinco encuestados hacen su configuración de privacidad más estrictas que los ajustes que vienen por defecto en las redes sociales.
  • Los usuarios con frecuencia piensan que la información personal que proporcionan es utilizada por los propietarios de sitios web o red social y compartida con terceros sin su conocimiento y consentimiento.
  • Alta variabilidad entre los países de la percepción de los riesgos personales, pérdida de privacidad y problemas inesperados relacionados con dar información personal a sitios web. Los españoles figuran entre los usuarios más conscientes de los riesgos en el entorno digital. En una escala del 1 al 7, siendo 1 el valor de mayor confianza y 7 el de menor, España resulta con un 6, sólo superado por Alemania y Austria, ambos con 6,03 y 6,02 respectivamente.
  • Menos de la mitad de los encuestados decidió no utilizar algún sitio web, debido a su desacuerdo con la política de privacidad del sitio.
  • La aparente falta de control en línea de la propia intimidad es un concepto poco desarrollado aún en la eurozona.
  • La impotencia con relación a este asunto es percibida como desinterés y como tal de reproduce.

El informe recuerda que en 2012 la Comisión Europea elevó a la consideración del Parlamento Europeo una propuesta de legislación para proteger la privacidad de los datos en los siguientes términos: El sujeto que proporciona los datos en línea en un formato de uso común tendrá el derecho de acceder a una copia de la información que suministra al proveedor del servicio.

Después de tantas experiencia ingratas de fraude en línea, los europeos parecen haber también sentado más cabeza sobre los problemas que podrían confrontar. 87% de los consumidores consultados por el estudio admiten que son conscientes de las operaciones que efectúan por correo electrónico.

Precisamente ese conocimiento también ha llevado a los internautas a adoptar medidas que protejan su privacidad. La mayoría activa siempre programas que bloquean la aparición de ventanas emergentes (pop-up).

El informe trae una lámina particular sobre el caso de España. Destaca el “nivel bastante alto de percepción del riesgo de la pérdida de privacidad, que se combina con una fuerte percepción de problemas inesperados”.

Entre los españoles esa conciencia crítica ha surgido al trasladar los niveles de experiencia de intimidad en el plano real al ámbito digital. Eso les ha llevado a adoptar medidas técnicas de protección y cambiar la configuración de privacidad, aunque en líneas generales no conciben las políticas de protección de datos personales como algo útil.

Tienen desconfianza con los anuncios personalizados porque perciben que no son ventajosos para el usuario y pueden significar problemas de pérdida de intimidad.

Los españoles han rutinizado la no lectura de las políticas de privacidad de los sitios web y redes sociales, y se sienten más seguros limitando los contactos en línea para las relaciones personales.