El científico Javier Herrero, miembro del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl), ha resaltado hoy la importancia de la donación del cerebro para poder seguir avanzado contra las enfermedades neurodegenerativas, que a mediados de este siglo causarán más muertes que el cáncer.
En una entrevista con Efe, este investigador de la Universidad de Salamanca ha subrayado la relevancia de la donación del cerebro al considerar que las patologías del sistema nervioso en el ser humano “son únicas”.
De ahí que los científicos no puedan simplificar en modelos experimentales un tipo de Alzheimer, que se podría hacer alternando un gen en un ratón, dado que esta demencia es “mucho más complicada”.
En este sentido, ha afirmado que tener 'in situ' el cerebro humano con la patología que tuviera sería lo “verdaderamente útil” porque es único, pero las enfermedades neurodegenerativas “suelen venir combinadas”, ha matizado.
De hecho, ha resaltado que hasta no que se realiza el informe 'post mortem' de una persona afectada no se sabe a “ciencia cierta” cuál era la demencia que padecía.
Ha animado a la ciudadanía -sin distinción de edad, incluso niños- a donar a su fallecimiento el cerebro sano o no y la médula espinal -como algunas personas ya lo hacen con su cuerpo-, y para ello el Incyl cuenta con el denominado Banco de Tejidos Neurológicos, que ya ha recibido veinticinco donaciones en los últimos cuatro años.
“No son ni muchas ni pocas”, ha asegurado el investigador, lo importante es que de las casi doscientas solicitudes de información que hemos recibido “150 han sido favorables y esto se traduce en potenciales donantes”.
El Banco de Tejidos es una entidad sin ánimo de lucro que tiene como objetivo “la recogida, procesamiento y almacenamiento de tejido cerebral cedido voluntariamente para la realización de estudios”.
Su finalidad última es la cesión de muestras de tejido nervioso a todos los investigadores de cualquier parte del mundo que lo “soliciten y pasen por los comités científico y ético”.
Herrero ha recordado que el incremento de la esperanza de vida, que actualmente está sobre los 85 años, se ha traducido en el aumento de las patologías del sistema nervioso porque conlleva que las células y neuronas mueren.
De este modo, ha augurado que a mediados del siglo XXI el número de fallecimientos por cáncer se verá sobrepasado por el de enfermedades neurodegenerativas.
Ha reconocido que aunque se está avanzando muchísimo en la investigación del cerebro “aunque queda mucho por saber” y, tras considerar la “elevada complejidad” que tiene, ha opinado que posiblemente sea el sistema biológico dentro del cuerpo humano “el gran reto”.
El Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) cuenta con unos 130 científicos que desarrollan en torno a unos setenta proyectos anuales.
Por Nunchi Prieto