Pedro Sánchez aterrizó el miércoles en China. El presidente ha participado en la inauguración del foro económico de Boao (el Davos chino) y se verá con el presidente del gigante asiático, Xi Jinping, así como con el primer ministro, el presidente de la Asamblea Nacional Popular y turoperadores chinos. Sánchez ha hablado de la invasión rusa de Ucrania y de los lazos económicos hispano-chinos. Sin embargo, el Gobierno ha evitado que China pueda cuestionar la postura española respecto a dos de los temas que molestan a Pekín a nivel internacional: los vetos a Huawei y TikTok, con las que España ha adoptado un perfil más bajo que muchos de sus socios europeos o EEUU.
Las dos tecnológicas chinas están en el punto de mira del mundo occidental. A ambas se las relaciona con el espionaje chino por las alertas que ha elevado sobre ellas EEUU, que no ha podido presentar pruebas sólidas de esta situación. En ambos casos España se ha colocado del lado de sus aliados, pero en la práctica ha evitado señalar públicamente a las compañías chinas.
El caso más claro es el de Huawei. Esta tecnológica es uno de los proveedores punteros de la infraestructura de telecomunicaciones 5G, pero EEUU la acusa de estar dejando agujeros en sus dispositivos con el objetivo de que las agencias de inteligencia chinas puedan colarse en las redes europeas para ciberatacar infraestructuras críticas o lanzar misiones de espionaje. Washington alega que, incluso aunque esas brechas no se hayan descubierto hasta ahora, la presión que el régimen chino puede ejercer sobre estas empresas y sus directivos hace que exista un gran riesgo de que las abran en el futuro a petición de Pekín. Tanto Huawei como China han negado estas acusaciones en todo momento.
A finales de 2020, en medio del chaparrón diplomático estadounidense contra Huawei, el Gobierno presentó una ley de ciberseguridad para el 5G que no nombraba a la compañía asiática pero permitía excluir de la infraestructura española a “suministradores de alto riesgo” por su “exposición a injerencias de terceros”. En marzo de 2021 decidió aprobar la norma por el procedimiento de urgencia por el contexto generado tras la invasión rusa de Ucrania. El texto final cita expresamente la posibilidad de vetar a proveedores sometidos al “poder de un tercer Estado para ejercer presión” o con “vínculos con los gobiernos de terceros países”.
El texto daba tres meses (hasta junio de 2022) para confeccionar el listado de proveedores de “alto riesgo” que deberían quedar excluidos de la red 5G española. El plazo concluyó hace nueve meses y, pese a la premura para aprobar la norma, la lista aún no existe. Fuentes oficiales aseguran a este medio que este hecho no implica que España haya dejado de trabajar por la seguridad del 5G, pero aseguran que lo hace “con prudencia”. Un año después de la aprobación de una ley pensada específicamente para las empresas chinas, España ha evitado señalar públicamente a Huawei ni a ZTE (el otro proveedor chino más señalado por sus conexiones con Pekín) o colocarlas en una lista negra.
Instamos a los Estados miembros que aún no han impuesto restricciones a los proveedores de alto riesgo [de 5G] a que lo hagan sin demora, con carácter de urgencia
Este hecho le valió una reprimenda de Bruselas. “Instamos a los Estados miembros que aún no han impuesto restricciones a los proveedores de alto riesgo a que lo hagan sin demora, con carácter de urgencia”, afirmó en noviembre Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europea responsable de asuntos digitales. “Varios países han aprobado legislación, pero no la han puesto en vigor... Hacer que funcione es aún mejor”, añadió.
Vestarger citó expresamente a Alemania por su alta dependencia de la tecnología de Huawei. “Pero no es solo Alemania”, recalcó. Un informe de la consultora danesa Strand señala que “los datos sugieren que Alemania parece no tomarse en serio la amenaza de China para la seguridad. Nord Stream 2 fue la debacle de Alemania en el suministro de energía petrolera procedente de Rusia; parece que Alemania configura un escenario similar en el ámbito de las comunicaciones con Huawei y ZTE”.
Según esta consultora, España se encuentra en el segundo escalón de riesgo tras el país germano, con los proveedores chinos aún muy presentes en su red. “Los grandes países europeos –Alemania, Italia, Polonia, Portugal, Austria y España– compran cantidades significativas de equipos 5G a proveedores chinos”, advierte.
De perfil con TikTok
La escalada de tensión de 2020 y 2021 contra Huawei es la que se está dando en este momento contra TikTok y su matriz china, ByteDance. La acusación occidental, muy similar a la que se hizo contra su compatriota: la app de la red social podría usarse por los agentes chinos para colarse en teléfonos de líderes políticos occidentales.
En cuestión de semanas EEUU, la Comisión Europea, Reino Unido, Dinamarca, Letonia y Nueva Zelanda han prohibido descargar e instalar TikTok en dispositivos oficiales. La última en sumarse al grupo ha sido Francia, aunque el país galo ha añadido a la lista de apps vetadas a Netflix, Twitter o CandyCrush. Alegado que “no ofrecen los niveles de ciberseguridad y de protección de datos suficientes.
España tampoco se ha posicionado en este caso. elDiario.es se ha puesto en contacto con el Gabinete de Presidencia, de quien dependen los teléfonos oficiales de los miembros del Gobierno, para preguntar sobre si estudia promover alguna medida en lo referente a TikTok. Fuentes oficiales han evitado aclarar cuál es la posición española en este aspecto.
Como en el caso de Huawei y el 5G, China y TikTok niegan las acusaciones. “ByteDance no está bajo la propiedad o el control del Gobierno chino. Es una empresa privada. No tengo pruebas de que el Ejecutivo chino tenga acceso a los datos. Nunca nos lo han pedido”, afirmó hace unos días el consejero delegado de TikTok, Shou Zi Chew, en una sesión especial con los congresistas estadounidenses. Además, recordó que TikTok no tiene sede en China y que sus oficinas están en Singapur y en Los Ángeles.
El último movimiento de EEUU ha sido amenazar a la red social con bloquearla en todo el país (su principal mercado, con más de 100 millones de usuarios) si ByteDance no vende todas las acciones que le quedan en su filial TikTok. Pekín ha denunciado que esto “viola gravemente los principios de la economía de mercado y de la competencia leal” y supone “un abuso de poder estatal”. “Todos los países deben proporcionar un entorno comercial equitativo y no discriminatorio para la inversión y operación normal de las empresas extranjeras”, afirma China, que ha expulsado de su territorio a redes sociales extranjeras y otros servicios como Google.
Los observadores independientes recalcan que estos movimientos tienen una motivación geoestratégica. “Se ha creado cierto temor que a día de hoy parece infundado acerca de lo que hace TikTok”, expone Diego Naranjo, jefe de políticas públicas de European Digital Rights. “Respecto a la posible injerencia del Gobierno chino: a día de hoy no tenemos pruebas, pero no es descartable. Pero en todo caso, teniendo en cuenta las pruebas con todo lujo de detalles del espionaje masivo a escala global de la NSA que nos descubrió Snowden, lo que pueda hacer China con TikTok se quedaría en una mera travesura de adolescente”, recuerda.