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España simulará contagios de COVID-19 en La Gomera para probar su app de rastreo de contactos, diseñada por Indra

El proyecto piloto español para probar la aplicación móvil de rastreo de contactos personales y detectar posibles contagios de coronavirus tendrá lugar en la isla canaria de La Gomera del 29 de junio al 13 de julio. Este sistema, voluntario y que ya se testa en otros países europeos como Alemania, Suiza, Austria, Reino Unido, Francia o Italia, utiliza el bluetooth de los móviles para registrar cuando dos personas que tienen la app descargada y activada han estado a menos de dos metros de distancia durante 15 minutos o más. Si una de ellas da positivo en un test de COVID-19 en los días siguientes a ese contacto y decide compartir esa información con el sistema de rastreo automático, la otra recibirá una notificación que le indicará que ha tenido un contacto de riesgo.

El objetivo del sistema es ayudar a frenar una segunda oleada de coronavirus y que las cuarentenas sean mucho más selectivas. Está pensado para ser “temporal” y “complementario” al rastreo manual de los contactos de los contagiados de coronavirus que llevan a cabo las comunidades autónomas, han aclarado fuentes de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (Sedia) este martes: “La app no recoge ningún tipo de dato personal, que se almacenan tan solo en el terminal de cada usuario”, añaden.

“Hemos esperado a tener la pandemia controlada para lanzar el piloto. La clave para el éxito de estas aplicaciones es la precisión técnica y el rigor científico”, han detallado las mismas fuentes. La Gomera, de unos 22.000 habitantes, no detecta nuevos contagios de coronavirus desde el 29 de marzo. El objetivo es que al menos entre 2.800 y 3.000 residentes en la isla activen la app para este piloto. Para testar su funcionamiento, se simularán 300 contagios artificiales mediante colaboradores escogidos de antemano, a los que sus respectivas apps pasarán a considerar como portadores del virus.

Cuando una persona reciba la notificación en su teléfono por un contacto de riesgo, el protocolo designado para este piloto es que se ponga en contacto con la unidad de rastreadores del virus de la sanidad canaria. Mediante una llamada telefónica, los trabajadores que ya investigan las cadenas de contagios en la comunidad intentarán determinar el riesgo real del contacto a través de las preguntas habituales, como si las personas llevaban mascarilla o el espacio (cerrado, al aire libre, etc.) en el que se produjo. Al igual que el resto de pasos –descarga, activación o notificación al sistema de que se ha dado positivo en un test– la comunicación con los rastreadores es voluntaria.

La llamada a la unidad de rastreo de las cadenas de infección también es el método de actuación preferido por la Sedia y por el Ministerio de Sanidad cuando un usuario reciba una notificación de contacto de riesgo, pero cada comunidad autónoma podrá decidir su propio protocolo de actuación. Las comunidades son también las que decidirán si implementar o no la app de rastreo en sus sistemas sanitarios. Según la Sedia, todas se han mostrado “ansiosas” por conocer los resultados de las pruebas en La Gomera para empezar a trabajar en sus propias apps.

Si la prueba ofrece resultados positivos, España podría impulsar la app de rastreo de contactos a nivel nacional en septiembre.

Encargada sin concurso a Indra por 330.500 euros

El Gobierno ha encargado el diseño de la app de rastreo de contactos española a la multinacional Indra por 330.500 euros, sin concurso público y por el procedimiento de emergencia, aprobado este martes en Consejo de Ministros.

No obstante, en esta app el papel de la tecnológica ha sido secundario, puesto que su trabajo se limita a la parte frontal de la app, la que actúa de cara al usuario. La parte trasera, que se basa en la tecnología de radiofrecuencia bluetooth para detectar otros teléfonos próximos, ha sido desarrollada por un equipo de investigadores europeos y es la misma en todos los países en los que se está probando.

Midiendo la intensidad de la señal bluetooth de los teléfonos con la app activada, el sistema detecta cuando dos de ellos han estado a dos metros de distancia o menos durante 15 minutos o más. Entonces cada teléfono le envía al otro un código aleatorio que no contiene ningún dato sobre la identidad real del usuario pero que está vinculado al dispositivo. Varias veces cada día, los teléfonos se conectan a un servidor central donde se han subido los códigos aleatorios que han emitido los dispositivos de las personas que han dado positivo. Si comprueban que uno de ellos coincide con el que han guardado tras un contacto, la app muestra la notificación. Todo el proceso se lleva a cabo automáticamente una vez se ha activado la app y no es necesario interactuar con ella de nuevo.

El sistema no utiliza antes, geolocalización u otro tipo de tecnologías más intrusivas. La app no sabe realmente dónde, cómo o con quién se ha producido el contacto de riesgo, solo que se ha estado cerca de otra persona que ha notificado su positivo. “Esto es privacidad por diseño: queríamos crear un sistema que respetara la necesidad de los ciudadanos, que no es solo detener el coronavirus, sino también preservar la libertad”, explicó Carmela Troncoso, directora del Laboratorio de Ingeniería de Seguridad y Privacidad de la Escuela Politécnica de Lausana (Suiza), que ha liderado el proyecto de investigación. “Estamos creando una aplicación que no se puede usar para otra cosa que no sea el rastreo de contactos, no se puede usar para conocer la ubicación, las identidades o las actividades de cada uno”.

La app española será de código abierto, lo que significa que cualquier persona podrá ver el código fuente de la aplicación y comprobar cómo funciona y qué hace con los datos.

España empleará el modelo de rastreo de contactos descentralizado. En él, los datos sobre los contactos de cada usuario de la app se almacenan solo en su teléfono. Es el sistema escogido por la mayoría de países que están probando esta tecnología y el recomendado por los expertos en privacidad y ciberseguridad. Los únicos que han optado por el modelo centralizado (en el que es el Estado quien almacena y controla esas bases de datos) son Francia y Reino Unido. El resultado ha sido negativo en ambos casos, puesto que la app francesa apenas ha sido descargada por el 2% de la población tras varias semanas disponible, mientras que el Gobierno británico ha tenido que dar marcha atrás oficialmente y descartar el sistema centralizado por sus problemas de compatibilidad en los teléfonos de Apple, que se negó a hacer cambios en su sistema para facilitar esta opción.

En el lado opuesto se coloca Alemania, que ha logrado 12 millones de descargas en una semana, o Italia, cuyos resultados también están siendo positivos. El objetivo es que todas las apps nacionales sean interoperables y detecten los contactos independientemente de la autoridad sanitaria a la que se remitan. Esto podría llegar en unos dos meses, explican desde la Sedia.