La extrema derecha hace un llamamiento para mudarse de Whatsapp a Telegram basándose en un bulo
La extrema derecha ha hecho este fin de semana un llamamiento a sus simpatizantes para descargar a la aplicación de mensajería rusa Telegram. Apoyados en un bulo que asegura que WhatsApp (propiedad de Facebook) “censura” por indicación de “los progres” los contenidos de Vox, sus líderes, varios perfiles secundarios en redes sociales que reproducen sus mismos mensajes y youtubers han pedido a sus comunidades de seguidores que se pasen a la plataforma rival.
No existen estadísticas oficiales de descarga de ambas aplicaciones en tiempo real, por lo que no es factible medir el éxito de este llamamiento en nuevos usuarios de Telegram. No obstante, el canal oficial de Vox en la plataforma ha pasado de no llegar a los 15.000 seguidores a finales de marzo a rozar los 39.000 a primera hora de este lunes. En otros canales y grupos de conversación no oficiales, gestionados simpatizantes de la formación, el crecimiento ha sido más comedido, en torno a unos pocos cientos.
Los canales son una particularidad de Telegram respecto a a WhatsApp. Son una función especialmente útil para organizaciones como los partidos políticos que deseen hacer llegar sus mensajes directamente a sus seguidores. Funcionan como un tablón de anuncios donde los usuarios se unen y reciben notificaciones. Vox los utiliza para coordinar a sus simpatizantes en acciones dirigidas a aumentar la visibilidad de sus mensajes en otras redes sociales y distribuir propaganda.
Telegram no da cifras oficiales sobre sus usuarios, aunque se estima que oscilan los 300 millones en todo el mundo. WhatsApp, por su parte, supera los 2.000 millones.
El bulo contra los verificadores
El origen de la petición de la extrema derecha es un bulo que acusa a WhatsApp de “censura” por limitar la cantidad de veces que un mismo mensaje puede ser reenviado de forma automática. Si un mensaje ya ha sido reenviado cinco veces, el usuario que lo quiera reenviar solo podrá hacerlo a una persona más, informó la compañía en un comunicado a nivel internacional el martes 7 de abril. Su objetivo era dificultar que las cadenas que incluyen bulos y desinformación se propagan rápida y fácilmente por la plataforma gracias a la función de reenviar el mensaje.
La limitación de esta función no impide que los usuarios copien y peguen los mensajes que deseen en los chats que deseen. El cambio se ha llevado a cabo a nivel mundial, para los más de 2.000 millones de usuarios de WhatsApp. No obstante, la medida ha servido de base para un bulo que acusa a la compañía de instaurarla solo en España con objetivo de que el Gobierno pueda controlar los mensajes que envía la población.
Una primera versión del bulo acusaba a la periodista Ana Pastor, fundadora del medio de Newtral, de ser la encargada de “censurar” los mensajes que se distribuyen en WhatsApp según su contenido. Versiones posteriores también involucran a otro medio como Maldita.es. Ninguno de los dos equipos de verificación tiene acceso a los contenidos de nadie en Whatsapp, a pesar de lo que sugieren insistentemente algunos activistas.
La única colaboración entre los medios verificadores es con la propia red social de Facebook y no afecta a los contenidos personales sino que se trata de detectar enlaces que lleven a páginas de bulos. El acuerdo de Facebook con Maldita y Newtral para cazar la desinformación en su red social en España (al que también llegó con la Agence France Press, AFP, la agencia de noticias más antigua en el mundo y una de las mayores junto con Reuters, Associated Press y la española EFE) es una réplica de los pactos a los que ha llegado con verificadores independientes de múltiples países en los que opera la que es la mayor red social en usuarios del mundo, con más de 2.200 millones.
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