Facebook ha eliminado durante algunas horas un post del Centro Anna Frank para el Respeto Mutuo que incluía una imagen con niños desnudos en un campo de concentración en la época nazi. El Centro denunció que no recibió ninguna explicación tras la desaparición del contenido. Tras sus quejas tanto en Facebook como en Twitter, la red social de Mark Zuckerberg ha restituido el contenido y ha pedido disculpas.
Según las explicaciones de Facebook, sus reglas no permiten “imágenes de niños desnudos” en la plataforma. “Sin embargo, entendemos que esta es una imagen importante con trascendencia histórica y la hemos restaurado. Pedimos disculpas y agradecemos que lo hayan puesto en nuestro conocimiento”, ha publicado como contestación a las quejas del Centro a través de Twitter.
El Centro ha lamentado que Facebook haya actuado contra uno de sus post mientras, denuncia, las páginas que niegan el Holocausto no son perseguidas en esta red social. No obstante, no es la primera vez que Facebook retira por error imágenes con trascendencia histórica, como la niña quemada por napalm en la Guerra de Vietnam fotografiada por Nick Ut. El celo censor se extiende a obras de arte y a estatuas clásicas que simulen partes del cuerpo humano aunque sea vagamente, como la Venus de Willendorf, de 30.000 años.
Este proceso está automatizado. Cuando el algoritmo que repasa las publicaciones detecta un cuerpo humano desnudo, lo censura. Como demuestran los hechos, este filtro automatizado no es capaz de discernir detalles relevantes para la decisión de eliminar una publicación, como si esta tiene un propósito erótico o, por el contrario, es divulgativa, como la imagen publicada por el Centro Anna Frank. El problema no está solo en Facebook. Este tipo de errores graves a la hora de apreciar la intención de las publicaciones se extienden a todas las plataformas que han instaurado algortitmos de filtrado, como Youtube.
Este nuevo error de un algoritmo llega en un momento en que este tipo de tecnología está más en cuestión que nunca. Con el pretexto de proteger el copyright, la Comisión Europea propuso que estos filtros automáticos fueran obligatorios para todas las plataformas que permitieran a sus usuarios la subida de contenidos a la red. Tras meses de negociaciones en el seno del Parlamento Europeo, la propuesta de Bruselas se incluyó en el texto que se llevó a votación al Pleno, que no le dio su apoyo.
El texto incluía otras medidas polémicas, como una tasa por enlazar contenidos periodísticos similar al canon AEDE español. La gran presión generada en las redes, sobre todo contra el filtro automático de contenidos (artículo 13 de la directiva), llevó a los eurodiputados a parar el avance del texto propuesto y abrir un nuevo periodo para reformularlo y llevarlo a votación. Ese periodo para presentar enmiendas estará abierto hasta el 5 de septiembre, que se votarán en el Pleno entre el 11 y el 13 del mismo mes.
Uno de los principales argumentos de los grupos por las libertades digitales que consiguieron concienciar a un gran número de europeos para oponerse a la directiva fue precisamente la falta de precisión de los algoritmos de filtrado. Más de 70 desarrolladores de las tecnologías que sirvieron de base a Internet se posicionaron también contra ellas, dejando claro que, en su opinión, “esas tecnologías aún no se han desarrollado hasta el punto de poder garantizar su fiabilidad”.
La oposición a la actual propuesta de directiva ha planeado nuevas protestas digitales para la semana que viene. Organizaciones de toda Europa recordaran a los eurodiputados la repulsa que genera el texto y esperan que los ciudadanos se vuelvan a sumar a la acción igual que a principios de julio, cuando la movilización en redes fue clave para que la Eurocámara frenara el avance de la directiva.