“La Fusión”, el plan del sector cripto para contaminar “un 99%” menos
La tecnología que sostiene las criptomonedas ha conseguido generar un ecosistema descentralizado para intercambiar artefactos digitales con un alto grado de seguridad. No necesita que un ente supervisor vigile la red, ya que sus propios miembros se encargan de hacerlo. La contrapartida es que para incentivar a los usuarios ha tenido que ofrecerles una recompensa. Premios en forma de criptomonedas que han fomentado la creación de una industria destinada a conseguirlos y que consume ingentes cantidades de energía.
A los competidores en esa carrera por 'criptorrecompensas' se les conoce como mineros. Su papel es acuñar nuevas monedas y verificar las transacciones, pero sus granjas de minado han convertido el sector cripto en muy contaminante y con una enorme huella de carbono.
La voracidad energética de los mineros les ha llevado a reactivar centrales de carbón en ruinas e investigan cómo utilizar subproductos del petróleo y el gas. Sus granjas de minado requieren equipamiento de alta tecnología y han acaparado algunos componentes haciendo casi imposible para el resto de la población acceder a ellos durante meses. Su actividad lleva al límite la red eléctrica de los países en los que se instalan y algunos han decidido expulsarlos, incluida China, antigua cuna de la criptominería. En España se ha vuelto habitual que la policía intervenga granjas ilegales que succionan watios de la red pública.
Su consumo energético y falta de sostenibilidad ha convertido la minería en uno de los puntos débiles de toda la tecnología cripto. Consciente de ello, el sector prepara un cambio radical para eliminarlo. El objetivo es disminuir “un 99%” el consumo de energía. La primera que va a dar el paso es Ethereum, la blockchain más importante tras Bitcoin.
El proceso se denomina The Merge (“La Fusión”). “Ethereum lleva desarrollando y testeando una nueva blockchain durante años, y lo que está a punto de ocurrir es una fusión con la blockchain actual”, explica Raúl Marcos, fundador de Carbono, empresa de servicios financieros y tecnológicos especializada en Web 3.
“Significa una reducción de la huella de carbono de Ethereum en un 99%”, coinciden desde el equipo de Binance, una de las plataformas cripto más importantes.
Adiós minería, hola 'criptorrifa'
En la práctica, lo que hacen los mineros en las redes blockchain es añadir nuevos bloques de información a la cadena. Esos bloques recogen las transacciones entre usuarios y los cambios de manos de criptomonedas. “La principal consecuencia de The Merge es el cambio de modelo de validación de bloques”, apunta Marcos.
“Mientras que hasta ahora los mineros participaban en una carrera entre ordenadores, a partir de ahora la validación será un proceso basado en un sorteo aleatorio entre quienes ”participan“. Y para participar ya no hay que tener ordenadores procesando información 24/7, sino que se usan criterios financieros”, añade.
La profesionalización de la minería fue una derivada del sistema que inauguró Bitcoin para recompensar a la comunidad de validadores de su blockchain. Como no podía premiar a todos los participantes, la solución fue gratificar al primero que resolviera un puzle lógico. Al principio cualquier usuario con un equipo de nivel medio podía intentarlo. Con el tiempo y el aumento de valor de las criptomonedas, para asegurarse premios se hizo necesario montar enormes instalaciones con cientos o miles de equipos conectados en red, que son las granjas de minería.
Esas carreras entre mineros para resolver el puzle lógico y añadir nueva información a las blockchain son conocidas como “prueba de esfuerzo”. Lo que va a hacer Ethereum es cambiar el modelo por una “prueba de participación” en una lotería. El requisito será depositar en una cuenta pública una suma en ethers, la criptomoneda de su red. Concretamente 32 ethers, que equivale a unos 48.000 euros a su precio actual.
De la minería se pasa a la rifa. Una papeleta para participar en el sorteo cuesta 32 ethers. Cuantas más papeletas se tengan, más posibilidades de ganar la posibilidad de validar un nuevo bloque de la cadena y recibir la recompensa. Una lotería que prima a los ricos, pero con un requerimiento eléctrico mucho menor.
“En lugar de necesitar un poder de computación para validar transacciones, los validadores deben mantener fondos en una billetera de criptomonedas para respaldar la seguridad y las operaciones de una red. Este hecho reduce drásticamente el consumo de energía necesario”, resumen desde Binance.
Un cambio preparado durante años que culmina ahora
La fundación Ethereum lleva años trabajando en el trasvase a la prueba de validación. Dejar de lado la prueba de esfuerzo ha sido uno de sus objetivos desde que se fundó en 2015, pero no ha sido hasta este verano cuando lanzó el nuevo sistema basado en la prueba de participación.
Este ha estado funcionado a la sombra de la minería tradicional hasta ahora. En algún momento de los próximos días, Ethereum pulsará el botón y la prueba de participación tomará el relevo. “Imagine que Ethereum es una nave espacial que no está lista para un viaje interestelar”, ejemplifica la fundación: “La comunidad ha construido un motor nuevo y un casco más duro. Cuando llegue el momento, la nave inicial se acoplará con este nuevo sistema para convertirse en una sola nave”.
Ethereum anunció que la fusión tendría lugar en algún momento entre el 10 y el 20 de septiembre, pero las últimas estimaciones apuntan a la madrugada del 15 de septiembre como fecha clave.
Para usuarios y empresas las consecuencias no serán evidentes en el corto plazo
“Para usuarios y empresas las consecuencias no serán evidentes en el corto plazo”, adelanta Marcos. Esto se debe a a que los cambios ni afectarán a la experiencia de usuario, ni harán que las transacciones sean más rápidas o baratas, ni implicarán una variación directa en el precio del ether. Al contrario, “es un cambio muy técnico” que afectará sobre todo a la parte “tecnológica y financiera”.
“A más largo plazo, el cambio en la forma de creación del nuevo ether probablemente tenga consecuencias profundas, ya que la moneda se volverá prácticamente deflacionaria. Pero el éxito depende sobre todo de que sigan aumentando la adopción y el uso: que los desarrolladores sigan creando aplicaciones basadas en Ethereum que atraigan actividad”, resume el experto.
El viejo y contaminante Bitcoin
La importancia de Ethereum no deriva solo de gestionar la moneda más cotizada tras el Bitcoin (que vale 20.700 euros por los 1.500 del ether, a precio de este martes) sino por tener una red mucho más flexible. Mientras que la de Bitcoin soporta solo transacciones, Ethereum permite construir nuevas tecnologías sobre ella. Los NFT o los contratos inteligentes han sido dos de ellas. Los partidarios de la tecnología blockchain confían en que pueda ser la base de las herramientas que incentiven la “adopción masiva” entre nuevos usuarios más allá de la inversión en criptomonedas.
La Fusión podría suponer un nuevo impulso para la red y, si sale bien, impulsar el mismo cambio en Bitcoin. “Desde un punto de vista técnico, no hay nada que impida a Bitcoin pasar de un mecanismo de prueba de trabajo a prueba de participación”, exponen desde Binance.
Esa transición en su hermano mayor podría suponer el verdadero paso adelante de las criptomonedas en materia de sostenibilidad, puesto que Bitcoin es la red más contaminante con diferencia. La Universidad de Cambridge estima que consume unos 96 TWh al año, aunque otros cálculos como el de Digiconomist lo colocan en 120 TWh, al nivel de Noruega. Según está última fuente, Ethereum está en 82 TWh.
Por el momento, en lo que coinciden todas las fuentes es en que La Fusión puede supone un aumento de la volatilidad. “Se espera que la fusión conduzca a una reducción del 90% en la emisión de ethers, lo que podría afectar a su precio. Sin embargo, hay muchos otros factores en juego, lo que dificulta predecir el precio de cualquier criptomoneda”, dicen desde Binance.
“Hay una cierta incertidumbre entre los inversores de cara a la finalización del Merge, porque siempre (en blockchain y fuera de blockchain) un cambio en la tecnología entraña riesgos”, coinciden desde Carbono. “Así que desde hace semanas, el precio del ether ha sido algo errático porque los inversores quieren jugar seguro. Es posible que si la fusión finaliza con éxito, que es lo más probable, haya un periodo de alegría”.
4