Las guerras por el dominio de la inteligencia artificial han comenzado. Su primer capítulo será una carrera tecnológica entre dos corporaciones gigantescas, cuyo resultado no determinará solo cuál de ellas genera cantidades más inconcebibles de beneficios. También tendrá impacto directo en cualquier persona que se conecte regularmente a internet, puesto que en el primer campo de batalla van algunas de las herramientas básicas de la vida digital: los buscadores de información, los navegadores web y las aplicaciones de mapas.
Es un mercado que Google había copado casi sin oposición durante una década, lo que la ayudó a convertirse en la tercera compañía más valiosa del mundo. Pero su posición ha sufrido un súbito asalto frontal desde el flanco más inesperado: Microsoft, la más veterana de las multinacionales tecnológicas estadounidenses y que por momentos pareció a punto de caer del grupo de gigantes digitales tras perderse la revolución del Internet móvil, quiere volver al centro de la pista y ha retado abiertamente a Google. “Espero que con nuestra innovación les entren ganas de salir y demostrar que saben bailar. Quiero que la gente sepa que les hemos hecho bailar”, presume Satya Nadella, su presidente.
Microsoft anunció este martes que ha integrado en tiempo récord una versión mejorada de ChatGPT en su buscador Bing. Quiere superar a Google en todas esas búsquedas que el usuario resuelve a través de las respuestas automatizadas, sin profundizar en otras webs. “Es un nuevo paradigma para las búsquedas. Va a llegar una rápida innovación. La carrera empieza hoy”, declaraba Nadella.
El nuevo Bing está aún en pruebas y se irá abriendo a nuevos usuarios poco a poco. Microsoft espera que sea más “inspirador” que su competencia, al poder dar consejos al usuario, realizar comparaciones personalizadas basadas en los resultados de búsqueda o contestar a preguntas sobre aspectos concretos de la actualidad. Esto último, además, siendo transparente en cuanto a las fuentes que usa para montar sus respuestas, algo que ChatGPT no puede hacer.
En una presentación junto al CEO de OpenAI, Sam Altman, Microsoft explicó cómo integrará ChatGPT con su navegador Edge, algo que ocurrirá en “las próximas semanas”. A partir de ese momento Edge contará con un asistente que además de contestar a las preguntas del usuario podrá ofrecer formas de terminar sus textos, o de hacer un resumen de lo que se muestra en una página web. “Esta tecnología cambiará prácticamente todas las categorías de software que conocemos”, avanza Nadella, que en el último año ha metido a Microsoft en todas las fiestas, con un acuerdo sin precedentes con Meta para impulsar el metaverso o la compra del estudio de videojuegos Activision Blizzard por 69.000 millones de euros, la mayor adquisición tecnológica de la historia.
La multinacional interpreta el momento actual como un punto de inflexión para la industria tecnológica. Ganar la carrera de la IA podría ser la carrera tecnológica de la década. Quiere la delantera desde ya y lo demuestra con iniciativas como intentar captar usuarios para su ecosistema ofreciendo saltarse parte de la cola para probar el nuevo Bing si se configura Edge como navegador predeterminado y bajando la app móvil de Bing.
Google baila
Google no se esperaba este movimiento de Microsoft y ha activado el modo crisis para impedir que su competidor le adelante por la derecha. Si Microsoft quiere bailar, Google está dispuesta a hacerlo. Incluso a tirar alguna zancadilla si hace falta.
Una prueba de ello es que la compañía dirigida por Sundar Pichai, al enterarse de que Nadella y Altman preparaban una presentación por todo lo alto para este martes, les contraprogramó anunciando Bard el lunes. El bardo de Google es una nueva función que incluirá un cuadro para interactuar con una inteligencia artificial generadora de texto en su buscador, su respuesta a la integración de ChatGPT en Bing. Está basada en LaMDA, una IA que dio la vuelta al mundo después de que uno de los ingenieros que la probaba fuera despedido tras alertar que la máquina había desarrollado consciencia de sí misma y ya era “un ser sintiente”.
Google no tenía planeado anunciar Bard el lunes y de hecho, ni siquiera sabe cuándo estará disponible. “En las próximas semanas”, ha dicho Pichai. A sus empleados fuera de Silicon Valley también les pilló por sorpresa y se enteraron de los planes de la empresa pocas horas antes. Se puede decir incluso que Google se contraprogramó a sí misma, puesto que la compañía llevaba semanas preparando un acto para este miércoles para dar a conocer el mayor paquete de novedades que su buscador ha tenido en años.
Todas las mejoras que Google incluirá en su buscador tienen que ver con la inteligencia artificial, pero no con la generación de textos, lo que las ha relegado a un segundo plano. El problema es que Google ha querido bailar demasiado rápido y ha patinado. Las acciones de su matriz, Alphabet, han caído un 8% tras los errores que se pudieron apreciar en la demostración este miércoles ante periodistas de la inteligencia artificial que está desarrollando.
Los errores tuvieron que ver con una respuesta de Bard, que aseguró que el telescopio James Webb “tomó las primeras imágenes de un planeta fuera de nuestro propio sistema solar”, lo que no es correcto. El fallo desvela uno de los mayores peligros de estos modelos de lenguaje natural: que den una información falsa y el usuario la asuma como correcta al estar proporcionada por una IA. Durante la presentación de este miércoles elDiario.es ha preguntado a una de las vicepresidentas de Google si Bard incluirá las fuentes de la información que usa en cada momento para escribir sus comentarios, quien ha afirmado que no dispone por el momento de esa información.
“Búsqueda mixta”
Lo que Google ha presentado este miércoles ante periodistas de varios países es una revolución de su buscador basada en la imagen. Lo llama “búsqueda mixta” y se compone de un paquete de herramientas que permite tomar una foto y utilizar inteligencia artificial para detectar lo que hay en la imagen y hacer consultas avanzadas a partir de ella. El mensaje es “si puedes verlo, puedes buscarlo”, ha explicado Prabhakar Raghavan, vicepresidente de Google.
Con las nuevas funciones se podrá, por ejemplo, sacar una foto a un texto y pedir al traductor de Google que lo traduzca sobre la propia imagen. También que lo lea, que lo copie a un documento o que lo busque en su buscador tradicional.
No obstante, el gran potencial de las nuevas herramientas es revolucionar el comercio electrónico. A través de una fotografía se puede buscar un producto en la red, pidiendo a la IA que modifique sus características. Que busque un sillón lo más similar posible pero en otro color, que busque los mismos zapatos pero con tacón, que busque un complemento a juego con cualquier prenda que se le muestre. Se trata de una tecnología que puede tener un gran impacto también sobre las tiendas físicas, puesto que sacando una fotografía de cualquier producto Google podrá encontrar uno igual y señalar si se puede conseguir más barato en Internet.
Por último, Google también ha presentado novedades para Maps centradas en la imagen. El sistema será capaz de reconocer los comercios y lugares de interés directamente desde la cámara. “Utiliza IA combinada con realidad aumentada para ayudarte a encontrar visualmente cosas cercanas, como cajeros automáticos, restaurantes y puntos de tránsito con solo levantar el teléfono. Recientemente hemos lanzado la Búsqueda con Live View en varias ciudades, incluida París. En los próximos meses, empezaremos a expandirnos a más lugares como Barcelona, Dublín y Madrid”, ha adelantado Chris Phillips, otro de los vicepresidentes de la multinacional.
Apuesta con riesgo
La nueva carrera entre Google y Microsoft conllevará riesgos para ambas. Por un lado Microsoft ha hecho una apuesta muy fuerte por la tecnología de OpenAI, pagando 10.000 millones en efectivo por tener acceso a ella más los recursos que está empleando en integrarla en sus productos. Google, con su respuesta, va a aumentar exponencialmente sus costes operativos al introducir IA en sus búsquedas.
Los sistemas de procesamiento de lenguaje natural como ChatGPT o Bard consumen muchos más recursos computacionales y energéticos que una búsqueda tradicional. “Los modelos lingüísticos más potentes son más caros que los que no lo son”, explica a elDiario.es Elisebeth Reid, la tercera vicepresidenta de Google presente en la presentación de sus nuevas herramientas. “Pero estamos empezando a ver que el avance en la IA inicialmente necesitaba modelos muy, muy potentes y ahora puedes seguir teniendo modelos de lenguaje grandes, pero sustancialmente menos pesados mientras mantienes una calidad increíble. Es el modelo que vamos a utilizar con Bard: creemos que ofrece el mismo nivel de calidad, pero también es mejor desde el punto de vista de la sostenibilidad del coste computacional”, ha añadido.
Para Microsoft, si logra romper el dominio de Google, la apuesta habrá merecido la pena. “Google domina este mercado por un margen significativo. Esperamos que este movimiento ponga sobre la mesa otros motores de búsqueda, no solo a nosotros”, confía su presidente: “Todo esto ayudará a que todos los editores obtengan tráfico de múltiples fuentes. Y de paso, a que los anunciantes tengan mejores precios. Y a que los editores ganen más dinero. Los usuarios tendrán una gran innovación. Quiero decir, piensa en el gran día que será cuando eso ocurra”, ha declarado en una entrevista con el medio especializado en tecnología The Verge.