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Hablan las víctimas de la desinformación: “Los bulos me han destrozado la vida”

Jessikka Aro

David Sarabia

Tun Khin, Jessikka Aro y Ethan Lindenberger tenían varias historias que contarle a los responsables de las grandes plataformas de Internet; por eso fueron hasta Silicon Valley, donde se reunieron con Twitter, Facebook y Google. No eran cuentos: era el relato de sus vidas como víctimas de la desinformación y las campañas de odio que, según ellos, propagan cada una de estas redes sociales.

En una conferencia de prensa en directo con varios periodistas y organizada por Avaaz, los tres supervivientes han contado sus vivencias durante los últimos años. Poco han podido transmitir acerca de las reuniones con las multinacionales, ya que su contenido permanecerá como confidencial hasta nuevo aviso. Sí aseguran haberles llevado varias propuestas para combatir los bulos en sus plataformas, como otorgar un mayor protagonismo a los factcheckers. Les han dado tres meses para cumplir los cometidos.

Cuatro años de persecución rusa

Jessikka Aro es una periodista finlandesa que lleva cuatro años investigando los lazos rusos con las granjas de bots y las tácticas de desinformación. Aro publicó un artículo en septiembre de 2014 en el que vinculaba a la propaganda rusa con la falsificación de cuentas en redes sociales. El gobierno de Vladimir Putin la acusa de traficar con drogas y de ser una espía para la OTAN. “Me destrozaron la vida. Finlandia es un país seguro, pero incluso la policía me dijo que tenía posibilidades de ser atacada si un día me encontraba en el lugar equivocado”, explicaba.

La periodista está considerada como una amenaza para el gobierno ruso. “Han conseguido que mis artículos desaparezcan de los primeros resultados en las búsquedas de Google y hay una gran cantidad de gente que quiere matarme”, explica. Añade que, cuando denunció por primera vez, en los tribunales de Helsinki, una chica la quería matar allí mismo: “después mucha gente se organizó para intentarlo”.

También guarda críticas para Facebook, del que considera que “no está haciendo todo lo que debe para parar esta campaña”. Sentencia que “los trolls rusos ya atacaron en las elecciones de EEUU, en Francia con los chalecos amarillos” y en varias manifestaciones que han tenido lugar “estos últimos años en EEUU”, creando “teorías conspiranoicas para mover a la gente en las calles”.

“Lo peor es que cuando reportamos sobre Facebook, Twitter y YouTube nadie nos responde. Siguen sin borrar los perfiles troll y dejan manga ancha a los machistas, a los racistas, a los fascistas, etcétera. Es hora de que se pongan en pie y comiencen a proteger a sus usuarios”. Aro también avisa de que los actores rusos volverán a aparecer en las próximas elecciones europeas y que participarán y han participado en los comicios de “varios países miembros de la Unión Europea”.

El drama de los rohingya se extiende a Facebook

Tun Khin es un activista por los derechos humanos de los rohingya. La minoría étnica está perseguida en Myanmar (antigua Birmania) y, según la ONU, el conflicto se ha cobrado ya más de 725.000 desplazados y 25.000 muertos. Khin consideraba que “a través de Facebook hemos visto un aumento de los mensajes de odio, especialmente contra los rohingya. Los militares han provocado que más de 83.000 personas hayan huido”.

Khin asegura que los militares se refieren a ellos como “perros” en Facebook y que la red social no hace nada para evitarlo. “Deben de tomar acciones serias contra el discurso del odio. Dudamos incluso de que estén a favor de los derechos sociales, al menos en Birmania”, consideraba a la vez que hacía un llamamiento a toda la comunidad internacional para tomar acciones “de forma inmediata”.

“Seguimos preguntándonos por qué nadie tiene en cuenta a la sociedad civil cuando ven que hay víctimas. Facebook está insultando a la inteligencia del pueblo birmano”, concluía el rohingya para dar paso a Ethan Lindenberger.

Sin vacunarse por los bulos de los antivacunas

Este suizo de 18 años ha permanecido la mayor parte de su vida sin vacunarse, pero no por decisión propia: “Mi familia ha sido una víctima de la desinformación durante 18 años. Mi propia madre ha leído y difundido bulos en Facebook”, decía Lindenberger al tiempo que aseguraba que la red social “es una plataforma para albergar odio y desinformación, que convence con bulos a millones de personas y a su vez, esas personas convencen a otras. Es dañino”.

El suizo asegura que “muchas comunidades usan el libre discurso para lanzar mensajes de odio” y apunta directamente contra Facebook: “En otras plataformas esto se trata de forma diferente y hacen esfuerzos para evitarlo. La gente en Facebook es mala. Tuve que dejar la escuela, mi familia entera fue perjudicada por la desinformación”. También avisa que “los niños de 4 y 5 años pueden ser las próximas víctimas”.

Finalmente intervino el padre de una de las víctimas del tiroteo que en 2012 mató a 28 personas en una escuela de primaria de los EEUU. “Soy el objetivo de varias conspiraciones, desde que en 2012 mi vida cambiara para siempre tras el tiroteo que se llevó la vida de mi hija”, decía.

También ha hablado con los responsables de las multinacionales tecnológicas y reconoce estar “encantado de hablar con ellos y de contarles algunos de los problemas reales de la gente”. Sin embargo, considera que estas “nuevas tecnologías” hacen “daño” y exige una regulación más dura para “que esta gente pague” [refiriéndose a las empresas].

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