La tecnológica china Huawei ha anunciado este lunes que su beneficio neto aumentó un 75,9% en 2021 hasta los 113.700 millones de yuanes (16.280 millones de euros). No obstante, la compañía, que no cotiza en bolsa, ha revelado que durante 2021 su facturación total se redujo en un 28,5% interanual en 2021 hasta los 636.800 millones de yuanes (91.190 millones de euros).
Según el informe presentado por la empresa, la unidad de servicios a consumidores, que incluye las ventas de teléfonos móviles inteligentes, descendió alrededor de un 50% interanual hasta los 243.500 millones de yuanes (34.770 millones de euros). Sus dispositivos se ven lastrados por el veto de EEUU a que sus tecnológicas vendan tecnología a Huawei, lo que la ha privado del acceso a componentes y a software, como el sistema operativo Android desarrollado por Google. El movimiento forzó a la firma china a desarrollar el suyo propio, que lanzó el pasado verano, pero parece que no ha convencido a los consumidores, que desde finales de 2020 no ha vuelto al top 5 de los principales vendedores.
El servicio dedicado a servir a operadoras telefónicas facturó 281.500 millones de yuanes (40.210 millones de euros), un 7% menos que el año anterior. En este caso su negocio podría verse afectado por un posible veto completo a su tecnología en las redes 5G de los países europeos. El Gobierno británico ha anunciado que está consultando con sus operadoras esta posibilidad. Medidas como estas se suceden desde que en 2019 el presidente de EEUU denunciara los vínculos de Huawei con la inteligencia china.
“Pese a que la facturación bajó en 2021, nuestra capacidad para generar beneficios y generar flujo de caja ha ido creciendo, y ahora somos capaces de lidiar con todas las incertidumbres que debamos afrontar”, aseguró la directora financiera de la firma, Meng Wanzhou, durante una rueda de prensa virtual celebrada en la ciudad meridional china de Shenzhen, donde Huawei tiene su sede.
Era la primera vez que Meng participaba en un evento público de estas características desde que regresó a China en septiembre del año pasado después de que Canadá la pusiera en libertad como parte de un acuerdo con las autoridades estadounidenses para suspender el proceso judicial por fraude contra ella y la tecnológica china.