Humor contra el miedo: las redes generan su propio antídoto social contra el coronavirus

El coronavirus cumple un mes en España. El primer caso era el de un ciudadano alemán de visita en La Gomera, que fue ingresado. Más tarde llegarían los primeros afectados en otros puntos del país. La rapidez de expansión, la novedad del virus y el desconocimiento sobre la enfermedad han generado mucha incertidumbre, la movilización de las autoridades sanitarias y una exposición mediática alta.

Todo esto es el caldo de cultivo ideal para activar la irracionalidad. La directora de Salud Pública de la OMS, María Neira, decía a eldiario.es: “El miedo se expande rápido frente a algo que no se conoce”. Solo en enero la demanda de mascarillas aumentó en un 77%. Sin embargo, también ha habido otra respuesta colectiva que podríamos considerar masiva y reseñable: hacer bromas sobre el tema.

Efectivamente, el coronavirus tiene ya su propia cuenta de Twitter donde, además, utiliza todos los lugares comunes que se han ido generando en las informaciones con respecto al virus. “Estoy cerrando la gira mundial con mi representante”, “Abrir la nevera y no tener un triste pangolín”, “Nadie está haciendo por el teletrabajo tanto como yo”.

Puestas en contexto, las bromas de cada tuit tienen relación con informaciones reales o debates muy importantes: desde la declaración de la OMS avisando del potencial carácter pandémico y global del virus, hasta la especulación durante semanas de la posibilidad de que el huésped inicial fuera el Pangolín (declarada no concluyente hace unos días), pasando, por último, por el debate sobre el teletrabajo, que el médico Javier Padilla –autor del libro '¿A quién vamos a dejar morir?', entrevistado recientemente en Carne Cruda– describía muy bien en Twitter. “Una de las principales medidas de prevención para parar la expansión del coronavirus (y cualquier infección respiratoria) es no ir a trabajar estando enfermo. ¿Van los empleadores y las instituciones a poner esto fácil (de una vez y para siempre)?”. Es decir, que el humor de la cuenta fundamenta sus bromas en la actualidad mediática en torno al tema. Hasta un beef entre Coronavirus y Gripe Común hay ya.

Al margen del país que cada uno escoja amar dentro de las posibilidades que ofrece el estado español, no parece descabellado considerar que las diferentes culturas que conviven en la península ibérica española e islas (Baleares y Canarias) coinciden en algo: utilizar el humor como herramienta para enfrentarse al miedo, a lo desconocido, al terror. De hecho, no es la primera vez que sucede.

Justo después del terrible atentado de ISIS en Barcelona en 2017, el autodenominado Estado Islámico publicaba un vídeo donde amenazaba a España. El vídeo estaba protagonizado por Muhammad Yasin Ahram Pérez, conocido como 'El Cordobés'. Hijo de la malagueña Tomasa Pérez, que se fue a Siria con sus hijos en 2014 para unirse al califato, el joven fue objeto de burla durante días en las redes sociales.

El humor, como las identidades, no es solo uno. Hay obviamente humor racista, clasista o tránsfobo. Hay humor cruel y sádico. Hay humor liberador. Humor transformador. Humor neutro o blanco. Hay hasta posthumor. Cada cual elige el suyo. Lo que resulta interesante es que este tipo de incidentes (globales, graves y expuestos mediáticamente durante un tiempo prolongado) activen una identidad colectiva que parece más sólida que cualquier Marca España o incluso una forma positiva de leer el 'Spain is different'.

De hecho, las bromas que han surgido en redes no se han circunscrito solamente al ámbito de lo que tiene que ver con el Coronavirus. Múltiples temas y lecturas más complejas de la realidad política y social de nuestro país se ponen en juego en algunos memes, virales o montajes que hemos podido ver estos días, demostrando que aunque en ocasiones exista la tendencia a hablar de la ciudadanía como una masa homogénea, ésta es poliforme y compleja. Y demuestra su inteligencia viralizando bromas que ni mucho menos parecen el resultado de una ‘audiencia manipulada’.

La comisaria de arte Mery Cuesta usaba el concepto “humor absurdo deliberado” para explicar su exposición “Humor absurdo. Una constelación del disparate en España” presentada en el Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles. Y para explicarla, el crítico Fernando Castro Flórez hacía una magnífica breve historia del humor español para concluir recordando a Gómez de la Serna en su sección sobre el humorismo de Ismos: “En futuros Parlamentos despuntará el partido humorístico, que primero se discutirá, como cuando apareció el socialista, si es legal o ilegal, pero al fin será el que conduzca el gobierno de la vida con el único aire soportable”. Una magnífica metáfora que impacta con precisión en la relación entre el coronavirus y el humor en redes.