La industria digital europea teme que una de las principales consecuencias del veto que la administración Trump ha impuesto a Huawei sea el retraso de la implantación del 5G en la UE. La empresa china es puntera en el desarrollo de esta tecnología de comunicación, clave en el proceso de robotización de la sociedad y el futuro de proyectos como el del coche autónomo. Aunque es pronto para precisar el efecto concreto del bloqueo, varias fuentes del sector adelantan a eldiario.es que esta medida viene a torpedear el plan de Huawei de liderar la carrera del 5G en Europa y se puede dificultar con ello la llegada de esta tecnología al continente, puesto que ni las empresas europeas ni las estadounidenses están tan avanzadas en algunos campos.
La estocada de Donald Trump a Huawei ha llegado en un momento clave. Sus directivos están en negociaciones para suministrar la tecnología necesaria para desplegar redes 5G con varios gobiernos europeos, como el de Reino Unido. Numerosas operadoras de telefonía ya cuentan con sus equipamientos. Huawei ha tomado la delantera en el desarrollo de los dispositivos que se usan para la transferencia de datos entre el emisor y la antena que lo recibe, detallan las mismas fuentes, directivos en operadores de telefonía, soluciones digitales y departamentos de innovación de empresas con implantación en toda Europa.
Detrás del veto contra Huawei hay varios objetivos, opinan. Uno es dar un aviso a navegantes: implantar hardware chino puede equivaler a quedarse sin software de empresas estadounidenses, que siguen a mucha distancia de cualquier competidor. Ejemplo de ello es lo que ha ocurrido tras la ruptura de Google con la empresa asiática, que ha dejado en el aire el futuro del sistema operativo que usa un cuarto de los móviles vendidos en España este año.
“Es una guerra comercial y esto, sembrar dudas sobre el rival, es una táctica de venta”, dicen fuentes del sector que piden no ser identificadas. “Para EEUU el objetivo más obvio era Huawei, porque matan dos pájaros de un tiro. Primero porque es una compañía que históricamente no ha tenido ningún respeto por la propiedad intelectual de las empresas americanas y ha crecido a base de eso. Ahora que está en una situación de cierto liderazgo respecto al 5G, puedes acabar con las dos cosas a la vez. Aquí nadie da puntada sin hilo, ni siquiera Trump”.
Otro es asfixiar a la compañía china. El bloqueo estadounidense va más allá de Google, que no se ha quedado sola a la hora de despachar de golpe todos sus negocios con Huawei. Tampoco la única capaz de afectar al desarrollo de la empresa a largo plazo. Qualcomm, una de los principales suministradoras de materiales semiconductores avanzados para redes de comunicación, anunció poco después de la multinacional digital que también iba a cerrar el grifo a Huawei. Intel y Broadcom, productores de chips, harán lo mismo.
Europa, “colonia digital”
Huawei ha anunciado que implantará su propio sistema operativo para competir con Android, el HongMeng y ha iniciado una defensa numantina. Sus directivos han defendido en medios de comunicación chinos que aventajan en “dos o tres años” a sus competidores en el desarrollo del 5G o que se sobrepondrán a la interrupción de los contratos de semiconductores avanzados de EEUU porque llevan “años” trabajando para afrontar un “escenario de supervivencia en condiciones extremas” con “planes de contingencia que podrían activarse de la noche a la mañana”. “Podemos hacer chips tan buenos como los que hacen las compañías estadounidenses”, capeaba el fundador y de la compañía, Ren Zhengfei.
Todas las fuentes consultadas coinciden en que tanto EEUU como China están destapando sus cartas a de cara al encuentro del G20 que tendrá lugar en Osaka (Japón) el 28 y 29 de junio. Allí Trump se reunirá con el presidente del gigante asiático, Xi Jingping. Con el veto a Huawei, el magnate estadounidense muestra que está dispuesto a “hundir” a las empresas chinas. Frente a sus embates, el presidente chino se prepara para una guerra de guerrillas y confía en la capacidad de resistencia de su economía.
En medio de las dos potencias ha quedado Europa, que en este terreno está “en una situación de dependencia de EEUU y China que se puede calificar de nuevo colonialismo digital”, afirma Andrés Ortega Klein, investigador del Real Instituto Elcano y director del Observatorio de las ideas. “Dependemos totalmente. La UE carece de una política única en temas de seguridad del 5G ante los aparatos de Huawei, pero el veto de EEUU nos afecta mucho más: en EEUU Huawei vende muy poco, pero es el segundo vendedor de móviles en Europa”, continúa
Pelea por ser el control de Internet
Para justificar el bloqueo, EEUU ha afirmado que Huawei es “una amenaza para la seguridad nacional” y la acusa de espionaje a través de sus dispositivos. Como ha detallado Javier Pastor en el medio especializado en información tecnológica Xataka, múltiples países (entre los que se encuentran Reino Unido, Alemania o Bélgica) abrieron investigaciones sobre los productos de la empresa china a raíz de la denuncia de EEUU. No encontraron ninguna prueba que la corroborara.
“Para EEUU la tecnología 5G no es solo la transmisión de información y datos, sino también una posibilidad de seguir controlando Internet. Como se ha demostrado, el hecho de que casi todas las comunicaciones pasen por EEUU facilitó por ejemplo lo que reveló Edward Snowden, el espionaje masivo y la capacidad de controlar hasta el teléfono móvil de la señora Angela Merkel”, recuerda Ortega Klein en conversación con este medio.
“A EEUU lo que le interesa es frenar el desarrollo tecnológico chino, que está acelerado, sobre todo en los últimos años de Xi Jingping”, prosigue el investigador, que eleva la apuesta de los directivos: “Si EEUU provoca el retraso de la implantación de aparatos de origen chino, probablemente la tecnología 5G sufra un retraso en todo el mundo”.