“Mansurasaurio” es el nombre del ejemplar de dinosaurio que ha sido descubierto por investigadores de la Universidad de Mansura en el desierto occidental de Egipto y es la primera evidencia de que pudo existir una conexión por tierra entre los continentes africano y europeo hace 80 millones de años.
Sus fósiles están custodiados por el departamento de Paleontología de Vertebrados de esa universidad, ubicada en el delta del Nilo, donde se conservan partes del cráneo, tres vértebras cervicales, dos dorsales, una de la cola y la mandíbula inferior, en la cual se pueden ver las cavidades de los dientes de ese gran animal herbívoro.
Colocados sobre dos mesas alargadas, protegidos por unas fundas para que no sufran daños y en medio de otros muchos objetos que abarrotan el lugar, también hay algunas pezuñas, un hueso del esternón y de la escápula, uno del húmero, dos huesos del cúbito, así como algunas costillas que soportaron la pesada estructura de este viejo vertebrado.
La vicedirectora del centro de investigación, Saná al Basiouni, explicó a Efe que todos esos restos representan cerca del 65 por ciento del animal: “Hemos encontrado el brazo (pata anterior) derecho, por lo que es como si hubiéramos encontrado también el izquierdo” porque los vertebrados son simétricos.
“Podemos considerar que el hueso estaba preservado en buen estado y esto hizo posible que conozcamos su forma y características”, añadió al Basiouni, la cual dijo que, sin embargo, el equipo tardó dos años en reconstruirlo por completo.
Los fragmentos de huesos fueron encontrados en diciembre de 2013 en el oasis de Dajla, 800 kilómetros al suroeste de El Cairo, fosilizados en rocas arcillosas de entre 230 y 65 millones de años de antigüedad.
Aún así, no fue hasta marzo de 2014 cuando los investigadores pudieron regresar a la remota zona desértica con las herramientas adecuadas para desenterrarlos, para lo que emplearon 21 días, tal y como relató Al Basiouni.
Posteriormente fueron trasladados a Mansura, donde se realizó una tomografía axial computarizada (TAC), a partir de la cual se pudo comenzar el tratamiento de los huesos para luego estudiarlos, compararlos y llegar a las conclusiones publicadas en la revista Nature a finales de enero.
A la entrada del departamento de Paleontología, en el interior del campus universitario de Mansura, una imagen reproduce el Mansurasaurio tal y como los expertos han conjeturado que era: un ejemplar de cuello alargado, con una longitud similar a la de un autobús mediano, perteneciente a los Titanosaurios.
Pero el Mansurasaurio “no era tan grande, pesaba alrededor de cinco toneladas”, lo que probaría la teoría, según la cual, los Titanosaurios en los últimos años de su vida y antes de su extinción sufrieron lo que se denomina enanismo, según Al Basiouni.
Precisamente, el “Mansourasaurus shahinae” -su nombre científico- aporta nueva información sobre la vida de estos animales al final de su existencia, en la época del Cretácico Tardío, hace entre 100 y 66 millones de años.
Entre las novedades más destacadas, los investigadores de Mansura averiguaron que el ejemplar egipcio se parece a los dinosaurios que en esa época poblaban Europa, lo cual apunta a una conexión entre el continente africano y el europeo.
“Los dinosaurios se trasladaban solo a pie, lo que significa que existió un puente terrestre entre los dos continentes, a través del cual estas criaturas podían moverse”, destacó Al Basiouni.
Otro miembro del equipo que bautizó al Mansurasaurio, Iman al Dauodi, aseguró que este descubrimiento arroja luz sobre la época precedente a la extinción de los dinosaurios en el continente africano, sobre la que poco se sabía hasta ahora.
“Ahora ha salido a la luz parte de la historia de África y de los dinosaurios que la habitaron, después de la separación de la Gondwana”, un antiguo continente que se desintegró hace 200 millones de años.
Por ello, Al Basiouni consideró que esta “investigación cambiará el curso de la ciencia” porque, hasta ahora, los restos fósiles de dinosaurios de esa época son escasos y su historia evolutiva en el continente africano había sido un misterio para los científicos.