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Mensajes directos entre grandes redes y mayor acceso a sus datos: estos son los muros digitales que caen en seis meses

La regulación europea es lenta, muy lenta a ojos de los ciudadanos que la esperan fuera de los pasillos de Bruselas. Pero acaba llegando. Este miércoles la UE ha designado de forma oficial cuáles son los grandes servicios de Internet que pasarán a regirse por una serie de reglas especiales tras la aprobación de la nueva Ley de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés). La regulación quiere atar en corto a estos gigantes de la red, que considera que se han convertido en actores clave en la forma que los ciudadanos acceden a la red y como tal deben ser tratados.

Bruselas ha designado un total de 21 plataformas que se verán afectadas por las nuevas normas. Pertenecen a seis empresas: Alphabet, propietaria de Google y YouTube; Meta, dueña de Facebook, Instagram y WhatsApp; ByteDance, que es la matriz de TikTok; Apple, que controla la App Store y el navegador Safari; Microsoft, con Windows y LinkedIn; y Amazon, que además de por su tienda entra por su servicio publicitario, que ha ganado mucho peso en los últimos años. La lista completa de servicios afectados se encuentra al final del artículo.

Estas compañías tienen seis meses a contar desde este miércoles para cumplir con 21 obligaciones que incluye la nueva ley, que la UE resume en una palabra clave: “interoperabilidad”. Las plataformas digitales que gestionan tendrán que tirar gran parte de las fronteras entre ellas que han construido durante años para mantener a sus usuarios dentro de sus ecosistemas de servicios. Bruselas las acusa de perjudicar la competencia y la libertad digital de los ciudadanos con esas fronteras virtuales.

¿En qué se traduce esto? Una de las consecuencias más visibles para los ciudadanos será que en seis meses o menos empezará a ser posible enviarse mensajes directos entre las grandes redes sociales. De esta forma Meta, por ejemplo, tendrá que permitir que los usuarios de otras apps de mensajería más pequeñas puedan escribir a los usuarios de WhatsApp sin necesidad de abrir una cuenta o tener la app de WhatsApp. O que los instagramers puedan mandar mensajes a los tiktokers sin necesidad de cambiarse de app.

La norma también busca evitar la creación de jardines vallados en los dispositivos. Apple no podrá evitar que los propietarios de iPhone descarguen aplicaciones desde otras tiendas al margen de la App Store, lo que tendrá dos efectos principales: por un lado, las apps que quieran estar en los iPhone dejarán de necesitar el visto bueno de Apple para hacerlo. Por otro, tendrán vías alternativas a la App Store y hasta el 30% de comisión que cobra a las apps. Samsung, por su parte, tampoco podrá predefinir qué apps vienen preinstaladas en sus teléfonos y cuáles no (ni cobrar por ello).

Las plataformas tampoco podrán dar un trato más favorable al resto de servicios de su empresa matriz por encima de los de la competencia, impedir que los usuarios desinstalen cualquier app preinstalada ni rastrear su actividad fuera de su plataforma si no tienen un consentimiento explícito.

Nuevos flujos de datos

Con la DMA, Bruselas no solo espera controlar de manera mucho más efectiva la forma en la que estas tratan a sus usuarios y lo que les prohíben hacer. También quiere impedir que sus bases de datos queden en su poder, impidiendo a otras compañías acceder a la información que estas generan.

Sectores como el bancario se verán beneficiados de esta parte de la norma. Por primera vez podrán tener acceso a los datos que manejan estas grandes compañías tecnológicas, que ha sido una de sus grandes reivindicaciones. Estos nuevos flujos de datos tendrán que contar con el consentimiento del usuario circular por autopistas seguras.

La DMA empezó sus negociaciones en 2019 y cuatro años después empieza a dar sus primeros pasos oficiales. Es, junto con la nueva Ley de Servicios Digitales (DSA, por sus siglas en inglés) el paquete de medidas con las que la UE quiere articular el Internet europeo. “Ya hemos empezado a discutir el cumplimiento [de la DMA] con las empresas, que han comprendido que las reglas del juego han cambiado”, ha declarado el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton.

La ley tiene además medidas de presión para obligar a las multinacionales a cumplirla. “Si la solución que proponen no es suficientemente buena, no dudaremos en tomar medidas contundentes”, ha advertido el francés. Las multas por saltarse la DMA pueden llegar al 10% de la facturación global de la empresa. Para los reincidentes, las sanciones pueden ser de hasta del 20%. En todos los casos, estos máximos suponen miles de millones de euros.

La UE ha dispuesto además un castigo especial para los reincidentes, con el fin de evitar situaciones como las de Meta, que recibe multas una y otra vez por saltarse la protección de datos europea pero tarda años en cambiar sus prácticas. Se trata de uno de los mayores temores de las grandes tecnológicas: la obligación de vender a un tercero la parte conflictiva de su negocio y separarla de su matriz. De esta forma, si Alphabet por ejemplo se salta repetidamente la legislación con el servicio publicitario que gestiona desde Google, podría ser obligada a traspasarlo o convertirlo en una empresa totalmente independiente.

Lista de servicios afectados por la nueva ley

Redes sociales

  • Facebook
  • Instagram
  • TikTok
  • LinkedIn

Mensajería

  • WhatsApp
  • Messenger

Intermediación

  • Google Maps
  • Google Play
  • Google Shopping
  • Tienda de Amazon
  • App Store
  • Tienda de Meta

Publicidad

  • Google
  • Amazon
  • Meta

Vídeo

  • YouTube

Buscadores

  • Google Search

Navegadores

  • Chrome
  • Safari

Sistemas operativos

  • Android
  • iOS
  • Windows

Samsung, que estaba en la nominación publicada en julio, finalmente se ha caído de la lista oficial ya que la UE ha considerado que su navegador que viene preinstalado en sus dispositivos no puede ser considerado una puerta de acceso a Internet como Chrome o Safari. Según StatCounter, el navegador de la compañía coreana tiene un 4% de la cuota de mercado mundial, mientras que el de Google tiene un 64% y el de Apple, un 25%.

Bruselas también ha abierto una investigación más pormenorizada sobre otros cuatro servicios que podrían entrar en la lista. Se trata de Bing y Edge, el buscador y el navegador de Microsoft, así como el servicio publicitario de esta misma compañía. El cuarto es iMessage, de Apple. El análisis durará un máximo de cinco meses y valorará el impacto en el mercado europeo que tienen estos servicios y si deben ser tratados como puertas especiales de acceso a Internet.