Al final de su segunda conferencia anual sobre el metaverso, Mark Zuckerberg hizo un alegato para recordar que ninguna revolución tecnológica se ha desatado de la noche a la mañana. El metaverso necesitará años para hacerlo, al menos cinco según sus cálculos, durante los cuales su compañía deberá invertir ingentes cantidades de recursos en el proyecto. La promesa es que al hacerlo, Meta se colocará en el centro de un salto digital comparable al que supusieron los teléfonos inteligentes, pero aún mejor: esta vez no solo tendrá el dominio del software sino también del hardware.
Lo único que pide Zuckerberg a los inversores para volver a llenar de dinero sus bolsillos es tiempo. “Aprecio la paciencia y creo que aquellos que sean pacientes e inviertan con nosotros acabarán siendo recompensados”, les dijo este miércoles. Algo que parece que los mercados no van a concederle.
Este jueves Wall Street volvía a penalizar a Meta con una caída del 24%, que acumula 13 meses de descenso a los infiernos. La compañía de Zuckerberg vale menos de un tercio de lo que valía cuando este anunció su intención de construir el metaverso. Equivale a 700.000 millones de dólares, el PIB de Suecia, desaparecidos en poco más de un año.
El motivo de este nuevo trastazo son los resultados que Meta presentó este miércoles. En ellos la compañía anunciaba una caída de ingresos del 4% respecto al trimestre anterior. El dato es mejor que la previsión de los analistas, que esperaban un descenso del 5%, y está muy en línea con la desaceleración que está sufriendo el resto del sector tecnológico. Sus problemas son los mismos que los de Google o Microsoft: el precio de la publicidad está cayendo y los costes, subiendo.
No obstante, hay una cifra que sí se reduce enormemente: el beneficio neto. Es una consecuencia directa de las inversiones del grupo matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp en el metaverso, que se está llevando decenas de miles de millones de dólares. Las ganancias de Meta después de impuestos han caído un 52% hasta los 4.395 millones de dólares (una cifra similar en euros).
Esta situación es patente en su unidad Reality Labs, centrada en el metaverso, que ha tenido unos ingresos de 285 millones de dólares y unas pérdidas de 3.700 millones de dólares, frente a los 2.600 millones de hace un año. La compañía ha adelantado que las pérdidas operativas de Reality Labs “crecerán significativamente año tras año” en los próximos ejercicios.
Todo esto está teniendo un impacto directo en los dividendos. En concreto sus accionistas se embolsaron 6,86 dólares por título este trimestre, por debajo de los 10,27 dólares del mismo período del ejercicio pasado.
A punto de caer a 2015
La depreciación ha dejado a Meta al borde de la barrera psicológica de los 100 dólares por acción. Hace un año valían 376 dólares. En la etapa en la que la compañía aún se llamaba Facebook, habría que remontarse a 2015 para que sus títulos tuvieran un precio similar.
Zuckerberg ha reconocido ante los inversores que su compañía se enfrenta a “retos a corto plazo en materia de ingresos”, pero dice que “los fundamentos están ahí para volver a un mayor crecimiento”. Las dudas de los analistas es si el negocio tradicional de Meta es lo suficientemente sólido para respaldar su apuesta por el metaverso.
Lo cierto es que Meta, que sigue ingresando enormes cantidades de dinero —espera que los ingresos del trimestre actual se coloquen entre los 30.000 y 32.500 millones de dólares, frente a las expectativas de los analistas de 32.200 millones de dólares— tiene cada vez más problemas con las regulaciones de privacidad y sufre las trabas de los fabricantes de dispositivos para extraer datos personales. Fue Apple quien abrió una guerra con Meta a cuenta de este límite, a la que poco a poco se va sumando Google a través de Android.
Las leyes de privacidad más restrictivas y una mayor concienciación de los usuarios inciden en este sentido. La red social Facebook ha detenido su crecimiento en usuarios y aunque Instagram amplía su base de forma sólida, también es la más amenazada por el auge de TikTok. Queda WhatsApp, que es la que menos rendimientos le deja debido a la ausencia de publicidad. Meta está intentando promocionar el uso de esta app como vía de venta y atención al cliente de las empresas, pero es un objetivo que no ha consolidado.
Hasta cuándo
La duda ahora es si Zuckerberg estará dispuesto a renunciar completamente al apoyo de los mercados en su apuesta por el metaverso, dejando que las acciones se sigan desplomando sin control y fiándolo todo a sus robustos ingresos.
Esto llevaría a la empresa a una posición difícil en la que sería dependiente de su rendimiento a corto plazo. Meta ingresa decenas de miles de millones de dólares cada trimestre, por lo que ahora puede permitirse sufragar por sí misma su inversión en nueva tecnología. Pero si los ingresos dejan de acompañarle se vería en una situación complicada para acceder a financiación.
El gran número de avances tecnológicos que la corporación tendrá que afinar para sacar al mercado un producto digital como el que está proponiendo con el metaverso es una de las razones que están sembrando la inquietud de los mercados, como apuntaron varios profesores de negocios en elDiario.es. “Muchos analistas consideran que la apuesta es prematura”, explicaba uno de ellos: “Existe el riesgo de que todo esto no tenga el desarrollo que están planteando”, añade.
Las nuevas gafas de realidad virtual presentadas por Meta hace dos semanas han sido consideradas un notable avance por el resto del sector y le han valido, por ejemplo, una alianza sin precedentes con Microsoft. Pero serán necesarios muchos más desarrollos de este tipo y parece que los inversores no van a dar a Zuckerberg el tiempo suficiente para que los saque adelante.