Víctor Domingo presidió la Asociación de Internautas durante más de 20 años y se convirtió en el activista metido en todos los fregaos que afectaban a los derechos digitales en España. Desde la pelea por lograr una tarifa plana accesible a lucha contra la ley Sinde. Ya hubiera que derribar a Teddy Bautista de la presidencia de la SGAE o tumbar en el Tribunal Constitucional un apartado de una ley en la que los políticos se autorizaban a sí mismos a elaborar perfiles ideológicos de los ciudadanos en base a sus opiniones en la red. En todas esas batallas colaboró de algún modo esta Asociación, que desde el fallecimiento de Domingo el pasado junio había quedado descabezada.
La elegida para sustituirle ha sido Ofelia Tejerina (Madrid, 1976), abogada especializada en derechos digitales. Sabe dónde se mete: suya fue la redacción de la denuncia que en 2007 dio comienzo a los problemas legales de la SGAE, es patrona de la Fundación España Digital y formó parte del Grupo de Trabajo sobre Derechos Digitales del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital. Atiende a eldiario.es poco después de su nombramiento y reconoce que el cambio entre el perfil activista de Domingo y el suyo como abogada resume por dónde se mueven ahora las reivindicaciones en el terreno digital: “La Asociación ha cambiado, pero Internet ha cambiado mucho más”.
¿Sigue teniendo sentido hablar de internautas?internautas
Cuando se creó la Asociación en 1998 el término internautas ni siquiera estaba reconocido por la RAE. Pero claro, 20 años en tecnología es como una era completa y el cambio ha sido radical. Hace 20 años ya no es que no hubiera WhatsApp, es que el correo electrónico lo utilizaban cuatro y hoy en día... pues imagínate. Ya no sólo somos usuarios, sino que somos individuos digitales. Esa identidad digital tiene que estar gestionada, tener unos derechos reconocidos y contar con una capacidad de reclamarlos.
¿Han cambiado también los políticos? Antes se les criticaba que no entendían Internet y por ello las leyes sobre la red generaban protestas. ¿Cree que ahora lo entienden demasiado bien?demasiado bien
No. Para nada.
Le preguntaba en relación a la Ley de Protección de Datos y los perfiles ideológicos que los políticos querían hacer de los ciudadanos en período electoral, posibilidad que el Constitucional tumbó en tiempo récord.el Constitucional tumbó en tiempo récord
Mira, cuando hablamos de la brecha digital entre personas de diferentes generaciones, entre personas que viven en la España despoblada o que tienen menos recursos económicos para disponer de una conexión de calidad, se piensa siempre en términos socioeconómicos. Pero cuando hablamos de la brecha digital entre los políticos es para echarse las manos a la cabeza. Salvo rarísimas excepciones de políticos muy interesados en conocer las raíces del problema, la mayoría ni quiere saber las repercusiones de determinadas normas en lo digital ni le importa.
Yo puedo entender que no todo el mundo puede saber de todo. Pero si ni siquiera quieres saber y no escuchas cuando un experto te dice algo, ya sea una persona que conoce las leyes o que ha trabajado ese terreno, y ya no digo una sola persona, sino que es un clamor general y te importa tres pepinos lo que te están diciendo, ahí es donde está el verdadero problema. O cuando te dicen: No, si lo sé, si yo te entiendo, pero es que me están presionando, como ocurre con los lobbies de la propiedad intelectual. Este tipo de cosas son las que deben preocuparnos.
¿Achaca al desconocimiento el hecho de que una ley como esta lograra el apoyo unánime de todos los partidos en el Congreso?
No puedo pensar otra cosa que sea por desconocimiento de los políticos. No creo que nadie en su sano juicio quisiera ser sujeto de semejante utilización de sus datos personales, que alguien pueda hacer una clasificación ideológica de las personas basándose en los datos que encuentra por la red. Al fin y al cabo esa ley nos perjudicaba a todos, a cualquier individuo y por lo tanto también a ellos. ¿Qué pasa si cambia la situación y todas esas bases de datos quedan en manos de un político totalitario, o hay algún tipo de filtración?
Por otra parte, está claro que lo que hubo en la negociación de esa ley fueron una serie de presiones entre políticos para cumplir favores, que entre diferentes grupos se pagaron con la aprobación y el apoyo total a esta norma sin apenas revisión y sin debate social de ningún tipo.
Hablaba del efecto de los lobbies en las leyes que regulan Internet. ¿Siguen teniendo tanto poder como tuvieron, por ejemplo, en la ley Sinde?en la ley Sinde
Absolutamente. Ahora estamos viendo también presión por parte del lobby del mundo influencer para regular la publicidad, porque no interesa que siga como están hasta ahora. Y hay mucho que decir, por ejemplo, con los niños influencers. Nos están llegando muchas voces que avisan de que se está presionando mucho para que se regulen determinadas áreas y no se entre en otras.
Es como ha pasado siempre, hay alguien ganando dinero y otro sector que quiere pillar un cacho de esa tarta. Ahora pasa por la publicidad digital: Oye, que esta gente está ganando mucho dinero con esto y resulta que no pagan impuestos. A mí la competencia de mercado y que se defienda tu posición no me parece grave, al contrario, puede ser positivo. Lo malo es cuando se hace tal forma que esos hilos se mueven en una única dirección y para beneficiar los intereses de unos pocos. De hecho ahí está la tasa Google, que todavía sigue en vigor y que fue una medida impulsada por los editores de prensa, que olieron la tarta de Internet y que pidieron su parte, con o sin argumentos. Al final lo único que provocó es que nosotros nos quedamos sin un servicio y a la vez ellos se quedaron sin ciertos beneficios que les reportaba Google News al redireccionar a los usuarios hacia su contenido.
¿El lobby de las multinacionales digitales (los Google, Facebook, Amazon, etc.) se nota en España o se queda en Bruselas?
Se centra un poco más en Bruselas. Pero aquí también hay mucho. Por ejemplo, pasó cuando llegó Donald Trump al Gobierno de EEUU, con los cambios que hizo en las normas que aseguraban la neutralidad de la red, aquí las grandes telecos presionaron bastante para poder gestionar los contenidos como les diera la gana. Ahí también hubo mucha presión, pero afortunadamente también hicimos presión desde el otro lado y se quedó un poco parado.
¿Una carta de derechos digitales o adecuar todas las leyes actuales a lo digital?
Creo que se deben ir actualizando las normas, porque en realidad esos derechos ya existen. No me parece mal si una norma única se dedica a reflejar esa actualización de forma unificada y, luego, con disposiciones transitorias adicionales, se practiquen las reformas oportunas en otras normas. Eso ayudaría un poco al ciudadano a conocer sus derechos, estaría muy bien. El problema de la Ley de Protección de Datos y Garantía de Derechos Digitales de la pasada legislatura es que se aprovechó que el Pisuerga pasa por Valladolid para introducir un capítulo de derechos digitales que nada tiene que ver con la protección de datos para crear una especie de anexo legal. Esa ley era muy importante y necesita mucho más debate social y mucha más reflexión.
¿Tiene arreglo Internet? Uno de sus padres, Tim Berners-Lee, aboga ya por crear desde cero una red nueva que centralice el derecho a la privacidad.
Internet ahora mismo es como un río sin orillas. Es imparable, pero también creo que tenemos que aprender a utilizarlo. Creo que todavía no somos conscientes de la capacidad de esta red conectada con la tecnología tal y como se está desarrollando. Internet no va solo ya de la conexión entre personas, sino de personas con prácticamente cualquier herramienta que utilizamos en el día a día. Todo eso nos hace la vida muy cómoda, pero la nosotros como sociedad civil tenemos que estar alerta. También tenemos que vigilar a las empresas de tecnología para decirles me parece maravilloso esto que me estás vendiendo pero ¿dónde están mis derechos? Y si hay una filtración o tus algoritmos fallan, ¿a quién reclamo?
Al final, si no podemos dirigirnos a un juzgado para reclamar, estamos completamente desvalidos y eso no se puede permitir. Por mucho que la gente diga que no hay leyes en Internet claro que las hay. Por mucho que se diga que no se puede hacer nada, claro que se puede hacer. Desde luego, como no se puede hacer nada, es sentados en casa mirando al techo. Hay mucho que trabajar y mucho que pedir.
¿En qué áreas va a trabajar la Asociación de Internautas? ¿Por dónde quiere empezar su labor como presidenta?
Mi labor como presidenta es darle continuidad a lo que era la Asociación de Internautas. Perder a Víctor Domingo ha sido un mazazo para todos porque en 20 años al pie del cañón nos han marcado. Ahora mismo nuestra prioridad es reestructurar un poco la forma de funcionar dentro de la asociación, porque obviamente ese timón ya no es el que era, ahora tenemos que ser un timón con satélites, porque es imposible que una sola persona asuma el trabajo que hacía Víctor. El rumbo de la asociación será, primero, mantener la línea de defensa de derechos y el carácter reivindicativo que hemos tenido siempre. En segundo lugar, ofrecer algún tipo de servicio de asesoramiento un poco más especializado a los usuarios es uno de nuestros objetivos. Y continuar, por supuesto, con la labor de la página web como medio de difusión. La información de asesoramiento y de canales de comunicación y altavoz para para todos aquellos expertos que lo necesiten.