Treinta años después de su primer viaje a la Antártida, el periodista y escritor Valentín Carrera (Ponferrada, 1958) publica “La aventura de la ciencia en la Antártida”, una monografía en la que narra 30 años de investigación española en el continente helado.
Carrera regresó a esta región helada del planeta para narrar la labor científica desarrollada por España durante las tres décadas desde que se inició su presencia en el último continente virgen del planeta.
“En el primer viaje casi no sabía a dónde íbamos”, ha explicado Carrera a Efeverde, “me avisaron una semana antes de embarcar y fue una aventura absoluta en la que yo jugaba a ser el Capitán Cook o R.L. Stevenson”.
Treinta años después el regreso ha sido diferente, “tenemos acceso a internet, herramientas de comunicación y mucha más información”, ha continuado, y “los protocolos de seguridad ahora son más rígidos”.
Su experiencia científica y personal de cinco meses a bordo de los buques oceanográficos Hespérides y Sarmiento de Gamboa ha quedado reflejada en “La aventura de la ciencia en la Antártida”, editado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad (Mineico) del que depende el Comité Polar Español.
En las páginas del libro, el autor describe el “trabajo científico de primer orden que España realiza en la Antártida” a través de temas muy variados, como la vida de los tardígrados (la especie más resistente del planeta) o la fotosíntesis “extrema” que realizan las plantas en esta región.
Para el autor, los temas de estudio “han variado mucho” pues en su primera expedición (1986/87), “estaba muy de moda la capa de ozono y otras cuestiones más generales, como oceanografía, química y el estudio de parámetros como la salinidad, la contaminación o la temperatura del mar”.
En estos años, ha explicado Carrera, se han abierto nuevas líneas de investigación y se han desarrollado nuevas técnicas, como las series temporales basadas en sensores que registran de forma continúa ciertos parámetros y ofrecen “una perspectiva temporal distinta”.
“Me sorprendieron muchos los estudios de glaciología, por ejemplo, que consisten en poner estacas en un glaciar y volver al año siguiente para ver cómo se ha movido este río de hielo, que parece estar quieto y, en realidad, no para de avanzar”, ha contado.
El libro recoge treinta textos fruto de las conversaciones con el equipo de marineros, militares, científicos e investigadores que han integrado esta expedición, a quienes el autor acompañaba en su trabajo de campo y cuya labor se publicaba en su cuaderno de Bitácora llamado Horizonte Antártida, blog que publicó en Efeverde, la plataforma de medio ambiente de la Agencia Efe.
Para Carrera, este segundo viaje le permitió sentirse emocionalmente más cercano a la necesidad de proteger el planeta, pero todo ello “desde la racionalidad del trabajo científico”, sensación que el autor ha calificado como “la Antártida emocional”.
A su juicio, esta región helada “es un gran laboratorio que tiene mucho que decir sobre lo que ocurre en el planeta si le hacemos las preguntas adecuadas”.