El porcentaje de mujeres en carreras científicas y tecnológicas todavía es reducido en España y parte del problema se arrastra desde la infancia, por eso hay que romper barreras en la escuela, pero también desde la política o los medios, dando visibilidad a las geniales matemáticas, ingenieras o físicas.
A los seis años las niñas ya asocian brillantez con masculinidad; más adelante, en la adolescencia, sienten mayor ansiedad ante las matemáticas que los chicos y muestran, además, menos seguridad en sus habilidades, especialmente en las asignaturas de ciencia.
Esta menor autoestima afecta a la elección de estudios y a su rendimiento. Asimismo, las chicas carecen de roles femeninos en el ámbito de la ciencia y la tecnología y el material educativo y los medios de comunicación cooperan a invisibilizar las contribuciones de las mujeres de forma general, pero más en ciencias y tecnología.
Por eso, en España, mientras que el 38 % de los chicos optan por estudiar carreras de ciencia, ingeniería, matemáticas o arquitectura, sólo el 15 % de las chicas lo hacen, señala la iniciativa 11 de Febrero, que este año se ha propuesto combatir la discriminación de género en ciencia y tecnología desde los colegios.
Esta iniciativa nació en 2016, tan solo un año después de que la ONU declarase el 11 de febrero Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, en reconocimiento al papel clave que las mujeres desempeñan en la comunidad científica y la tecnología y a la necesidad de promover el empoderamiento y la participación plena de mujeres y niñas en la ciencia, la tecnología y la innovación.
Para conmemorar este día, desde principios de mes se han ido celebrando en toda España cientos de actividades en centros de investigación, universidades, empresas o bibliotecas, como talleres, charlas o el concurso “Viraliza una científica” para estudiantes, puesto en marcha por la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno y la Real Academia de las Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Para Rosa Menéndez, la primera mujer en presidir el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), este tipo de celebraciones, si bien son una muy buena idea, no deben ser algo puntual, sino que las acciones tienen que continuar en el tiempo.
“Se trata de mostrarles a las niñas que lo que se considera ciencias duras como las matemáticas, la física o las ingenierías pueden resultar atractivas y muy útiles, con infinidad de aplicaciones prácticas en muchos campos (...) y que con tesón y esfuerzo se superan todas las barreras”, señala a Efe Menéndez.
De similar opinión es Ana Crespo de Las Casas, académica de la Real Academia de Ciencias, catedrática de Botánica y profesora en la Universidad Complutense de Madrid, quien argumenta a Efe que días como el de hoy recuerdan a la sociedad “que hay deberes por hacer”.
“Hay mucho capital científico e investigador en manos de mujeres que no se está aprovechando eficazmente; hay muchas niñas que no llegan a ser las competentes ingenieras que habrían sido porque no vieron a tiempo un modelo estimulante al que imitar”, resume.
Para esta investigadora, “las niñas tienen que sentirse cómodas, tiene que resultarles divertido y creíble estar en la piel de una matemática, como les encanta ser la princesa de hielo; los modelos son indispensables en la vida y en los juegos de los niños”.
Hay muchos caminos para ello y uno es visualizar a las mujeres que han sido y son grandes científicas: “que las y los más pequeños sepan que hay brillantes mujeres matemáticas, físicas o ingenieras, y que no son un caso raro o excepcional me parece una buena medida”.
“Es una lástima que en demasiadas ocasiones las instituciones científicas o políticas hayan sesgado sus decisiones, por ejemplo al otorgar premios o distinciones a favor de los científicos, pudiendo haber elegido científicas en igualdad de condiciones”, apunta.
El viernes el Gobierno aprobó una declaración institucional en la que se compromete a poner en marcha nuevas acciones para fomentar las ciencias y la tecnología entre las niñas y mujeres y combatir los estereotipos a fin de evitar sesgos de género desde la infancia.