El Senado aprobará este miércoles la nueva Ley Orgánica de Protección de Datos. Esta permitirá a los partidos políticos elaborar perfiles ideológicos de los ciudadanos con información extraída de páginas web y redes sociales, así como enviarles propaganda electoral por medios electrónicos (SMS, Whatsapp, email y mensajes privados a través de las redes sociales) sin su consentimiento previo.
Este tipo de prácticas está prohibidas para las empresas y comunicaciones comerciales, pero los partidos han incluido una excepción especial en la citada ley para poder llevarla a cabo en periodos de campaña electoral. Expertos y juristas lo han denominado como la legalización del “Cambridge Analytica español”.
Algunas de las prácticas son las que protagonizó Donald Trump para llegar a la Casa Blanca. Otras, en cambio, suponen para muchos expertos una novedad o incluso ir más allá del escándalo de Trump y Cambridge Analytica:
1. Elaborar perfiles ideológicos de los votantes
Los partidos políticos (pero también las coaliciones y agrupaciones electorales) podrán utilizar herramientas para rastrear la actividad de los ciudadanos en redes sociales y páginas web. De esa información, se les permitirá extraer aquello que les parezca relevante a nivel político y elaborar perfiles ideológicos: cuáles son los problemas que más te interesan, a qué partidos apoyaste en el pasado o qué es lo que te hizo variar el sentido de tu voto en un determinado momento. Si está en las redes, los partidos podrán recopilarlo.
El peligro que supone la creación de esa base de datos es el punto que ha provocado que múltiples juristas y organizaciones de defensa de los derechos digitales carguen contra la ley. Carlos Sánchez Almeida, abogado experto en Internet y director legal de la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI) explica que “los datos que tienes en cualquier red social se pueden monitorizar, se pueden cruzar para crear bases de datos muy completas”. “Es un matiz que no admite ningún tipo de rectificación: los partidos no deberían tener ningún derecho a manejar bases de datos con información ideológica de los ciudadanos”, asevera.
2. Averiguar cómo contactar contigo de forma privada
“El envío de propaganda electoral por medios electrónicos o sistemas de mensajería y la contratación de propaganda electoral en redes sociales o medios equivalentes no tendrán la consideración de actividad o comunicación comercial”, detalla la nueva ley. Implica que los partidos podrán extraer datos de contacto de su monitoreo de páginas web y redes sociales, como el número de teléfono o email.
Al evitar que la propaganda electoral sea equiparada con una comunicación comercial, los partidos podrán ponerse en contacto contigo por vía privada (vía Whatsapp, SMS o email) usando esos datos. “La ley legaliza el spam sobre cuestiones políticas durante la campaña electoral, sin necesidad de consentimiento previo del ciudadano”, expone Jorge Morell, abogado especializado en protección de datos.
3. Enviar propaganda personalizada
El objetivo de todo esto es dar una vuelta de tuerca a la publicidad electoral. Los partidos quieren enviarte propaganda enfocada en tus centros de interés, no gastar sus balas con información sobre aspectos que no te interesan. Por eso necesitan rastrear las redes: quieren saber si has opinado sobre pensiones o sobre educación pública, si has colgado fotos en una manifestación a favor de la unidad de España o por el derecho a decidir.
También es una vuelta de tuerca al escándalo de Facebook y Cambridge Analytica. Donald Trump utilizó los datos personales obtenidos por esa empresa para poder segmentar sus mensajes al máximo en sus anuncios a través de redes sociales. Enviar propaganda directamente al móvil de los ciudadanos supone ir más allá: de la propaganda segmentada a la propaganda personalizada.
4. Explotar “tus demonios”
La propaganda personalizada puede aprovechar los puntos de interés del usuario de forma positiva, por ejemplo, explicando las propuestas del partido que la realiza en torno a esos puntos. Pero también puede hacerlo de forma negativa, para enfatizar los errores de otros partidos o los miedos del votante.
“Tu perfil como votante no son solo los temas que te interesan, sino cuáles son los que te indignan. Es lo que hemos visto en EEUU, cuando Trump hacía propaganda política fake. Cambridge Analytica sabía que lo más interesante de un usuario eran sus demonios, sus odios. Sea verdad o no sea verdad, te tocan en la fibra sensible”, recuerda Borja Adsuara, letrado experto en derechos digitales y miembro del Jurado de la Publicidad.
5. Oponerte al envío de esta propaganda
El mismo artículo que establece que los partidos políticos podrán elaborar perfiles ideológicos de los ciudadanos y enviarles spam al móvil incluye un punto sobre la posibilidad de evitarlo: “Se facilitará al destinatario un modo sencillo y gratuito de ejercicio del derecho de oposición”.
Todos los partidos han defendido este punto como un avance notable, porque hasta ahora el buzoneo electoral quedaba en un limbo desregularizado y era difícil impedir que los partidos enviaran su clásica propaganda en formato físico. Esto cambia con la nueva ley. No obstante, este derecho tampoco ha quedado fuera de las dudas de los expertos. Carlos Sánchez Almeida se pregunta: “¿Qué garantía vas a tener de que no te metan en otra base de datos al ejercerlo, como opositor a ese partido en concreto?”.