La respuesta de los informáticos a la crisis de los refugiados tiene forma de APP

Se trata del mayor éxodo de refugiados vivido en plena era digital, y esto está marcando la forma en la que los refugiados afrontan su huída hacia territorio europeo, sus necesidades y también la respuesta que desde las asociaciones y sociedad civil se está dando a esta crisis humanitaria. La comunidad tech europea se está movilizando de forma espontánea para ayudar a la creciente comunidad de refugiados. Y lo hacen como mejor saben, a golpe de código (abierto, por supuesto).

Cruzan fronteras gracias a Google Maps, mantienen el contacto con sus seres queridos a través de WhatsApp o Viber, comparten la última selfie en Instagram tras cada etapa superada… Los smartphones se han convertido en compañeros de viaje indispensables para muchos de los miles de refugiados en ruta hacia Europa, en ocasiones es su única y más preciada posesión, un bien de supervivencia. Y no deja de serlo una vez que llegan a su destino.

Así lo ponen de manifiesto los refugiados presentes en el ‘Refugee Hackathon’ celebrado en Berlín el pasado fin de semana, comenta a eldiario.es Anke Domscheit-Berg, impulsora de la iniciativa y cara conocida de la escena política germana por su militancia y liderazgo en el Partido Pirata hasta su retirada el pasado año. “Muchas veces hay dificultades para las que la tecnología puede dar solución, por ejemplo, conectando mejor las donaciones con las necesidades reales de los refugiados o facilitando el acceso a la información en varios idiomas, con una simple aplicación de móvil” añade.

La capital alemana es una de las ciudades europeas con mayor afluencia de refugiados, se estima que cerca de mil personas llegan diariamente para ser distribuidos en centros de alojamiento berlineses o de otras localidades del país. A su llegada se sienten desorientados, muchos de ellos no pueden comunicarse en un mismo idioma con los locales, no tienen acceso a bienes básicos o necesitan una mano para empezar a reconstruir de nuevo sus vidas. Nadie mejor que ellos para identificar sus prioridades y desarrollar “las herramientas digitales que necesitan, no las que nosotros creemos que necesitan”, puntualiza Domscheit-Berg. Y para eso sirvió la sesión previa al maratón de programación.

Tras 36 horas de hackeo, 100 litros de café, 300 de zumo y 145 de maté (bebida energética predilecta del berlinés medio) y muchas horas de sueño menos de lo habitual, “las expectativas se han más que superado” reconoce la activista pro-OpenGob y cuyo apellido de casada le vincula irremediablemente con el ex-Wikileaks, Daniel Domscheit-Berg. Los más de 300 participantes del #RefugeeHackathon, en su mayoría programadores pero también trabajadores sociales, voluntarios y decenas de refugiados (recién llegado o ya asentados en Alemania, han conseguido dar vida a 18 proyectos digitales –algunos recién nacidos, otros ya en marcha que necesitaban ser mejorados o unos cuantos más que seguirán desarrollándose en los próximos días—.

APPs welcome!

Los 28 idiomas en los que está disponible el contenido del ‘Refugee Phrasebook pone de manifiesto que la diversidad lingüística de los refugiados es la gran barrera a la que se enfrentan los recién llegados –no solo de origen sirio sino de otros tantos países árabes en conflicto—, lo que dificulta no sólo su integración sino la labor de los asistentes sociales. Este ‘manual de conversación para refugiados’ contiene cerca de 600 expresiones recurrentes, traducidas a casi una treintena de lenguas, estructuradas temáticamente, bajo licencia Creative Commons y que permite crear manuales totalmente customizados listos para imprimir en formato PDF o a través de Wikibooks.

‘Interpreteer’, de la unión de los términos intérprete y voluntariado en alemán, es otra aplicación que pretende romper con los habituales muros de comunicación que contribuyen al aislamiento y marginación del extranjero. Por un lado, ofrecen traducción en vivo y de documentos oficiales –una de las grandes demandas de quienes se encuentran tramitando las peticiones de asilo al tener que enfrentarse a la temida burocracia institucional.

Y por otro lado, ponen en contacto a personas interesadas en hacer tándem con nativos en distintos idiomas. Estos intercambios lingüísticos para aprender mutuamente una lengua, son además un vehículo de integración, no sólo porque aprender el idioma local les abre muchas puertas sino porque es una actividad de distensión y contribuye a la creación de lazos sociales entre las comunidades.

“No quieren recibir sólo comida y techo de forma caritativa, quieren integrarse en el tejido social, interactuar con los vecinos de las localidades a donde han llegado, y hacerlo de tú a tú, no como seres débiles y necesitados. Quieren charlar, jugar al fútbol, ir a exposiciones, tomarse algo en un bar, compartir sus costumbres gastronómicas…”, recuerda Domscheit-Berg que contaban los refugiados participantes en el hackatón. Por eso otra de las plataformas ya existentes pero que se mejoraron durante el evento fue ‘We connect’, enfocada a compartir actividades de ocio.

Reescribir la ciudad con mapas colaborativos

Para cualquiera de nosotros puede ser ya una práctica habitual buscar el supermercado u hospital más cercanos con herramientas como Google Maps. El problema surge cuando no se tiene acceso a Internet --aunque para esto también Berlín tiene un mapa. 'Mapfix' permite crear en cinco minutos un mapa con los puntos imprescindibles que cada refugiado necesita localizar en la ciudad de destino, cualquiera que ésta sea, ya que se basa en Open Street Maps –herramienta cartográfica open source—, Leaflet y Mapbox. Los iconos prediseñados (médico, escuela, biblioteca,…) y explicados en distintos idiomas, se arrastran y ubican creando mapas totalmente personalizados e imprimibles.

Al igual que ‘Arriving in Berlin’ , un mapa abierto y colaborativo desarrollado con anterioridad  por Hamidullah Ehrari, Mohammad Yari, Farhad Ramazanali, Alhadi Aldebs, residentes del centro de alojamiento para refugiados Haus Leo.

“Los proyectos de mapeo abierto, colaborativo y crítico nos permiten reescribir la ciudad desde el punto de vista espacial” explican los autores de este mapa desarrollado completamente en código abierto y con iconos de Freepik, plataforma de recursos gráficos libres. “Son herramientas visuales para compartir información con otros, producidos por mucha gente, que nunca están acabados y que cuentan sólo una parte de la historia que puede ampliarse constantemente”.

Plataformas para ayudar mejor

La sociedad alemana se ha volcado desde un principio en la acogida de los refugiados, pero la gestión de la solidaridad también se convierte en un reto logístico para las instituciones y asociaciones involucradas en gestionar la ayuda. ‘Bedarfsplanner’ (del alemán: planificador de demanda) es una plataforma que consolida en una única lista todos los listados de donaciones que publican las organizaciones privadas y públicas, para que lo que sea una necesidad para una pueda ser cubierta con el excedente de otra.

La herramienta permite gestionar digitalmente las bases de datos de las donaciones y crea automáticamente para cada organización registrada su lista top 10 list de necesidades en cada momento. “Así la gente que quiere donar puede ver estas listas para saber dónde es más necesaria su ayuda, pero también, facilita el contacto directo a una asociación que necesita urgentemente pañales, por ejemplo, con otros puntos de la ciudad donde tienen excedentes de ese mismo artículo”, explica la co-organizadora del evento.

Para que ni falten ni sobren manos allá donde se las necesita, aplicaciones como ‘Volunteer-planner’ o ‘Helper-chain’ buscan organizar de la forma más eficaz la movilización de voluntarios, actores indispensables en la labor de atención en esta crisis humanitaria. U otras como 'Refugees Welcome', 'Home4Refugees' o 'Workeer' indexan bases de datos para poner en contacto oferta y demanda: quienes buscan alojamiento o trabajo con quienes lo ofrecen.

El movimiento #Techfugee se multiplica

Con la idea de que esto no sea sólo una movilización que se diluya en el tiempo, los organizadores (todos voluntarios) del Refugee Hackathon berlinés han creado toda una infraestructura virtual –que incluye un servidor propio, una nube y un alojamiento que garantice la seguridad de los datos de los refugiados, donación de la asociación de software de la región Berlin-Brandemburgo y otras compañías que están colaborando— y analógica que garantice la continuidad del proyecto.

El de Berlín no es ni mucho menos el único hackatón celebrado por la comunidad tecnológica en Europa a fin de dar respuesta a la crisis de refugiados. A principios de mes Londres organizó el #Techfugees Hackathon, que ha dado nombre a un movimiento que se replica ya en otras ciudades como Viena, Ámsterdam o la alemana Wuppertal, que próximamente celebrarán los suyos.

“Para nosotros lo importante es el largo plazo, este reto humanitario no es cosa de un fin de semana”, recalca la activista alemana. Está surgiendo informalmente una red de hackatones solidarios, promovida por voluntarios, para crear sinergias entre proyectos, compartir ideas y evitar duplicidades. Y es que queda mucho código, SQL y API por desarrollar.