El sector industrial se ha automatizado casi por completo. Los 3.500 ingenieros, diseñadores, investigadores y desarrolladores de software que han visitado esta semana Madrid prestaban poca atención a los robots destinados a fábricas donde apenas quedan unos pocos seres humanos que las controlan. Esa es una etapa superada para los asistentes al International Conference on Intelligent Robots and Systems (IROS), cuya edición de 2018 se ha centrado en los “robots colaborativos”: las máquinas que en el futuro próximo van a compartir el espacio vital de los seres humanos, no solo como herramientas de trabajo pesado.
Esta inmersión de la máquina en nuestra vida diaria también implicará la automatización de tareas, pero esta vez en el sector servicios. La robótica mira a los coches autónomos como su gran meta y algunos de los investigadores más expertos lo señalan como un punto de inflexión. En cuanto los coches se conduzcan solos la desaparición de trabajos como el de cajero de supermercado, recepcionista o reponedor será cuestión de tiempo. Así lo piensa Carlos Balaguer, catedrático de robótica de la Universidad Carlos III y presidente y organizador de IROS, que defiende en entrevista con eldiario.es que, pese a todo, esta tecnología traerá más alegrías que desventuras.
Todo el mundo en IROS2018 habla de los “robots colaborativos”. ¿En qué consistirá este nuevo avance?
El concepto 'robot colaborativo' es muy amplio, es más una etiqueta comercial. Consiste en señalar que antes los robots estaban como en una jaula, aislados, y nadie podía estar cerca de ellos por seguridad, porque podían herirte. Ahora se pretende que sea al revés: los robots están en el campo de acción de las personas, que pueden cogerlos, moverlos, manipularlos y ellos te obedecen.
¿Los robots saldrán de las fábricas y llegarán a las casas?
Una de las ideas en las que se está trabajando es en el robot que sirva en el “Me he olvidado las gafas, ¿dónde están? Espere que se las traigo”. Aquí no hay una colaboración física, el robot no se toca con la persona; pero también es un tipo de colaboración, a un nivel más inteligente. El robot sabe dónde están las gafas y que son las tuyas, no las de tu mujer. ¿Cómo se va a desarrollar? ¿Cuándo va a estar listo? Es una incógnita, es complicado.
¿Qué falta para llegar a ese tipo de robots?
Nuevas empresas que hoy en día no existen: las empresas tradicionales no van a hacer esto. Tendrá que crearse una Nokia, como la que creó los teléfonos móviles. Nadie la conocía y de repente, ¡pum!. Esa Nokia robótica a día de hoy no existe. ¿Por qué? Porque la crisis ha afectado a la inversión. La gente no invierte en cosas excesivamente novedosas, y en segundo lugar, porque todavía hay algunas tecnologías que no están maduras, en el sentido de que sean más seguras, que funcionen 24/7... Esto yo creo que vendrá muy pronto, no sé si en 10, 15 o 20 años.
¿Esa Nokia robótica podría ser española?
La crisis que hemos tenido en España, brutal con las universidades, ha llevado a que nosotros, siendo un grupo muy grande y muy activo, hayamos leído muchísimas tesis. Por lo menos cuatro o cinco al año. Pero a esa gente no la podíamos colocar. Nadie nos daba plazas ni dinero. Esta gente joven, con mucho conocimiento y sin trabajo, ¿qué ha hecho? Colaborar con sus universidades. Les hemos ayudado, casi sin quererlo, a crear más de 10 spin off. A unas les va mejor, a otras les va peor. Esta tecnología, estas empresas, este mercado, saldrá de algún lugar como IROS. Eso sí: falta un “creemos en usted, vamos a poner 10 millones de euros”. Si pones 5.000 euros, pues no.
¿Qué ocurre con la financiación pública a este tipo de proyectos?
Crear una spin off tecnológica en España son 3.000 euros y mes y medio de papeleo. Esto es inaceptable. ¿Qué hacen mis chicos? Por 50 libras se registran en Reino Unido y en tres días tienen una licencia de empresa. Además, si demuestran que ganan equis al año les hacen deducciones. En España, en estos temas, da igual un partido que otro. Todos dicen: 'ay que interesante, no lo sabíamos, tomo nota...'. La implicación del sector publico es fundamental. No solo en el dinero, sino para dar facilidades. Aquí, por desgracia, ni lo público ni lo privado funcionan bien. La situación del investigador es muy complicada.
¿Qué diría a la gente que teme la robotización por la pérdida de empleos?
Está claro que la robótica está muy unida al empleo. Pero en general es la digitalización la que está unida al empleo. Que van a desaparecer empleos con esta robótica mucho más avanzada es cierto. Habrá empleos de muy baja cualificación, muy repetitivos, como el de cajero de un supermercado, que lo harán robots. Este tipo de trabajos van a crear paro.
De lo que nadie habla es de que la robotización creará millones de empleos que hoy no somos capaces ni de imaginar. Quiero decir, ¿hace 10 años alguien se imaginaba que habría tanta empresa de apps? Si nadie sabía qué era eso. Ahora hay miles de empresas, miles de empleos. Y no todos son ingenieros.
Con la robótica va a pasar lo mismo. ¿Se creará paro en algunos sectores? Sí. ¿Hay que vigilar a los más vulnerables? Sí. Pero va a dar unas oportunidades tremendas de empleo, de negocio, que ni nos imaginamos. Por ejemplo en empresas que desarrollen programas de robot de ocio, eso a lo mejor es un boom y empiezan a aparecer empleos, millones. Yo sería muy cuidadoso afirmando eso de que “vamos a eliminar empleos, esto será fatal”. Siempre, durante la historia de la humanidad, la tecnología nos ha traído riqueza.
¿Estamos lejos de los robots que se programen a sí mismos?
Muy lejos. Los avances ahora mismo son muy, muy grandes, pero estamos muy lejos de los robots con inteligencias asimilables a la humana. El robot ahora mismo puede hacer todo para lo que se le programe con un gran nivel de detalle. Puede entrar en esta habitación y mapearla en tres segundos. Pero luego no sabe que esa mesa es una mesa, y sus características como mesa.
Para eso hay que enseñar, pero el proceso de enseñar no es fácil. Surgen muchos problemas que nosotros pensamos que son fáciles y realmente no lo son. Cuando nos referimos a robots inteligentes, nos referimos a capaces de tomar una serie de decisiones por ellos mismos. No a una inteligencia dinámica, capaces de autoprogramarse.