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Ocho aplicaciones para no perder la fe en la tecnología

Ejecutivos de Google, Facebook o Amazon convertidos en estrellas, emprendedores, inversores, teléfonos buscando wifi y muchas ideas. Es la resaca que deja el Web Summit, el foro tecnológico global celebrado la pasada semana en Lisboa (Portugal).

Entre las ideas, la mayoría presentadas por startups, se encontraban varias de carácter social. El objetivo: utilizar la tecnología como una herramienta para cambiar y mejorar las sociedades del presente y el futuro. Destacamos algunas de las más interesantes.

Trabajo para los refugiados

“Conectamos a refugiados con particulares dispuestos a ofrecerles un empleo”, resume Christian Jantz, fundador de Aiden. Esta startup alemana exige que el salario ofrecido sea superior al mínimo legal y, según comenta su creador, las tareas a desempeñar suelen consistir principalmente en “jardinería, reparaciones, cuidado de animales domésticos o limpieza”.

Los refugiados encuentran así lo que muchas veces puede convertirse en su primera experiencia laboral que después les ayude a conseguir un empleo más cualificado, destaca su promotor. Actualmente desarrollan su actividad en Bonn, aunque ya preparan su salto a otras ciudades alemanas como Colonia.

Nunca más ambulancias que no llegan

El sistema de ambulancias en la región del Punjab, en la India, es “lento y deficiente”, explica Munira Miyazi, de Murgency. Esta app surge para paliar ese problema y conecta de forma rápida a personas que necesitan atención sanitaria urgente con varias empresas de ambulancias públicas y privadas.

El servicio no supone ningún coste extra para el paciente, ya que tiene el mismo precio que el de una ambulancia pública convencional allí: cinco dólares, de forma que la compañía que presta la atención recibe cuatro y Murgency, uno. “Es una ventaja para ambos, porque proporcionamos trabajo a las empresas y el paciente recibe atención antes”, subraya Miyazi. Murgency ha recibido más de diez premios en ferias de emprendedores y mantiene acuerdos de colaboración con Harvard, Standford y el MIT.

Un paso por delante de las epidemias

Zika, Dengue, Chikungunya... son algunas de las enfermedades que amenazan a países como Brasil y a las que Epitrack quiere plantar cara. “Es una aplicación en la que el usuario puede reportar síntomas y partir del tratamiento de esos datos se consiguen identificar áreas de riesgo para algunas epidemias”, expone el epidemiólogo brasileño Onicio Leal, padre de esta startup que ya emplea a 10 personas.

“Al alertar de forma temprana, el gobierno puede dar una respuesta mucho más anticipada y asertiva para que la enfermedad no se disemine”, detalla Leal. También señala que en ningún caso pretenden sustituir el diagnóstico que pueda hacer un profesional sanitario, sino poner sobre la pista de una posible epidemia. Epitrack también funciona en algunas áreas de EEUU y se financia mediante colaboraciones con gobiernos y organizaciones no gubernamentales.

La startup de los presupuestos participativos

startup¿Qué tienen en común Santiago de Compostela, Glasgow, Aberdeen o el área metropolitana de Lisboa? Que en todos estos lugares la ciudadanía decide qué hacer con parte del presupuesto municipal y que la startup portuguesa Change Tomorrow está detrás de ello.

Esta organización emplea a 25 personas y ayuda a 20 municipios de diferentes países a poner en marcha sus presupuestos participativos. Han conseguido que, de media, el 15% del censo de cada localidad vote, aunque han llegado hasta el 25% en la ciudad lusa de Ovar, detalla orgulloso César Silva, promotor de la startup. “También instalamos puestos de votación públicos para que participen personas que no usan Internet, como los mayores o determinadas minorías, que son precisamente las que más necesitan muchas de las medidas puestas en marcha con los presupuestos participativos”.

Evitar violencia machista y acoso escolar con el dedo

SocialDinapp contribuye a la detección temprana de problemas sociales. “El usuario introduce datos sobre lo que le preocupa de manera confidencial”, explican en su web. La app ayuda a detectar y prevenir situaciones de violencia de género, bullying o “cualquier otro tipo de problemática relacional”, describe José Luis Rodríguez, educador social y creador de la aplicación.

Una vez perfilado el problema, la app envía los datos a un “simulador social” en el que se prueban las distintas opciones de actuación y las posibles consecuencias de cada una. “Es un laboratorio virtual”, apunta Rodríguez, que señala que una de las claves de su proyecto es que “despersonaliza el contacto y hace aflorar la demanda temprana” de ayuda por parte de personas que, de otra manera, no la solicitarían.

La plataforma también ofrece servicios de atención personal en el entorno familiar o social a través de profesionales especializados si los usuarios lo piden o lo necesitan. Social Dinapp ya se ha probado con madres víctimas de violencia machista con buenos resultados. Además, el educador social y padre de la aplicación trabaja en una experiencia piloto en el distrito madrileño de Hortaleza.

¿Cómo comprar sin olvidarse del medio ambiente?

“Hay un montón de recomendaciones para cuidar de la Tierra, pero también tienes que tener en cuenta el dinero en esa ecuación”, sostienen desde Planetiers. La iniciativa analiza productos de consumo general y los evalúa en función de su impacto medioambiental sin olvidar que muchos ciudadanos tienen un presupuesto ajustado.

Planetiers proporciona “un certificado de impacto medioambiental” para todo tipo de bienes de consumo, sin coste para el usuario. Financiada por sus fabricantes, estos subrayan que todo el proceso de evaluación de impacto está realizado por ingenieros, lo que garantiza su veracidad. Además, dicen estar preparando un “Tinder de productos sostenibles” para subirse al carro de la 'gamificación'.

Marketing para proyectos de cooperación

“Por ejemplo, un periodista puede realizar un voluntariado online con un proyecto de cooperación charlando por Skype con sus miembros una hora por semana y asesorándoles sobre cómo comunicar mejor su iniciativa”. Así explica el francés Oliver Eyres una de las posibilidades que ofrecer Share a Dream, organización de la que es vicepresidente y que busca dar “visibilidad” a proyectos de cooperación.

Esta startup promociona proyectos solidarios en su web sin ningún coste, facilitando que estos reciban donaciones, asesoría gratuita y voluntarios, tanto online como offline. Su financiación proviene de las aportaciones de los planes de responsabilidad corporativa de las empresas con las que colaboran y a las que ofrece oportunidades de voluntariado para sus empleados.

Cuando una cirugía tarda demasiado

Medifix trabaja en Costa Rica, un país en el que el sistema público de salud atiende con un importante retraso, según el promotor de esta startup, Alberto Alfaro. “Juntamos a pacientes que necesitan urgentemente una operación para que puedan negociar colectivamente mejores precios con los hospitales privados”, resume el creador de esta iniciativa con la que se han conseguido rebajas de hasta el 60%.