“Me temblaban las manos antes de publicar los últimos tuits”
Durante una semana Manuel Bartual ha sido varias veces trending topic mundial. El dibujante, escritor y cineasta, que ya era conocido en el mundo de la cultura independiente por dibujar en la revista Orgullo y Satisfacción, ser coeditor de Caramba Comics (donde también está Alba Diethelm, coeditora del sello y pareja de Bartual, clave para entender la producción de este experimento) y haber dirigido la película Todos tus secretos, ha triunfado con un experimento narrativo que le ha proporcionado más de 400.000 seguidores y que ha cautivado a miles de personas.
Todo comienza el 21 de agosto. Manuel Bartual publica un aparentemente inquietante tuit:
A partir de ahí, se suceden una serie de extraños sucesos que culminan con el inicio del nudo central de la historia: Manuel Bartual se encuentra con una persona idéntica a él en un supermercado y lleva una camiseta que hacía unos días había perdido.
Es entonces cuando se desarrolla una historia de intriga, llena de cliffhangers (frases a modo de gancho que dejan al lector en suspense con respecto a lo que va a pasar a continuación) y cuyo núcleo es la posible existencia de su doble y que Manuel esté en peligro por alguna razón. Tras encontrarse con su propio yo en el hotel, Manuel decide volver apresuradamente a Madrid. Pero allí está de nuevo 'el otro Manuel'.
La penetración de la historia fue tan profunda que tras finalizarla Bartual escribió en varios tuits lo siguiente:
“Hola. Gracias por leer hasta aquí. Nunca imaginé esta repercusión. Yo sólo quería contar una historia divertida. Ha sido todo mentira. No tengo ningún doble. Estaba de vacaciones con mi novia y nuestro hijo. Fue mi novia quien me hizo las fotos y grabó los vídeos. El lápiz era uno de los lápices de colores de mi hijo. En realidad ni tan siquiera nos alojábamos en ese hotel”.
Bartual, a quién hemos interceptado entre entrevista y entrevista con varias televisiones, cuenta por teléfono a eldiario.es que no se trata exactamente de una disculpa, sino de parte de la historia. “Se ha creído que pido disculpas pero en el fondo es parte del final. Se podría interpretar que me ha reemplazado el doble y que está haciendo esto para cubrirse las espaldas. De hecho me vendría muy bien el doble ahora para las entrevistas”, comenta entre risas.
Escaleta y ensayos
Bartual lo tenía todo planeado. Sí que estuvo realmente de vacaciones. Hubo una diferencia de varios días con respecto a la publicación de los tuits. Durante parte de sus días libres y guión en mano, Manuel Bartual y Alba Diethelm produjeron todos los contenidos que luego han formado el grueso de la historia.
“Teníamos una escaleta. Y luego probábamos y ensayábamos. No es que haya sido muy elaborado, pero sí que había que simular el movimiento en algunos planos para que pareciera espontáneo o en las imágenes en las que que aparece el otro Manuel en la piscina, por ejemplo, hicimos varias pruebas y me puse en varias partes hasta dar con aquella en que la luz dibuja una silueta oscura y que finalmente publicamos”.
Con claras referencias al género del falso documental, Bartual reconoce que no está inventando nada porque existen muchos precedentes tales como el El Proyecto de la Bruja de Blair o el más obvio y clásico, La guerra de los mundos de H.G. Wells adaptada a la radio por Orson Welles. Pero su objetivo era hacer algo para pasárselo bien contando una historia en Twitter.
“Twitter es mi red social favorita y en estos últimos años me parece que se está volviendo muy gris. Gente muy enfadada discutiendo todo el rato. Hace unos años Twitter era otra cosa, mucho más lúdica. Lo que no esperaba era la repercusión que ha tenido”, explica.
Bartual reconoce que todo iba sucediendo muy rápido y que lo ha estado viviendo en casa y en pijama. “Ha sido todo muy emocionante. Ver cómo surgían cuentas de personajes de la historia, Manueles Bartuales falsos, vídeos, memes... La verdad es que no contaba con el alcance que ha tenido. Se generaba todo a una velocidad de vértigo. A veces aparecían todo tipo de contenidos minutos después de haber publicado un tuit y yo me decía, ¿qué está pasando aquí?”.
A pesar de algunos análisis escépticos que ya han surgido y que critican el trabajo de Bartual como viñetista y lo contradictorio de celebrar su éxito, y mientras otros se quejan de lo superfluo de la historia, lo cierto es que lo más destacable de su experimento ha sido cómo se han involucrado muchos espectadores. “Voy a recordar con más cariño todo lo que ha pasado gracias a los lectores. A mí esto me pasa como espectador y me encanta. Encontrarme con ese tipo de obras con las que te dan ganas de escribir, de participar, de comentar. La cantidad de mensajes de agradecimiento que he recibido es abrumadora”, asegura.
En un contexto de exceso de historias y de cronificación de la hostilidad como modus operandi en Twitter, conseguir movilizar la participación creativa y lúdica de miles de personas es un hecho reseñable. De hecho, el cineasta Nacho Vigalondo ha celebrado que Manuel Bartual haya conseguido que Twitter no tenga que ser un espacio de lapidación digital de la reputación ajena.
Al margen de las discusiones teóricas sobre si nos encontramos ante el nacimiento de un género (“El folletín en la era de los GIF animados” podríamos llamarlo) o un formato, el fenómeno de fanfiction generado a su alrededor ha sido un acontecimiento brutal y bello. Algunos de los contenidos destacados podrían ser:
Este tráiler que condensa parte de los contenidos publicados por Bartual.
La amigable disputa entre dos cuentas parodia de Netflix y HBO por llevar a cabo la serie basada en la historia.
O esta intervención de las trabajadoras Las Kellys que a partir de insertarse en el contexto narrativo de la historia llevan a cabo denuncias sobre su situación laboral en los hoteles.
Otros personajes públicos como Gerard Piqué, Iker Casillas o Berto Romero participaron con bromas que apelaban a la historia. No faltaron tampoco ni la Guardia Civil, ni la Policía, ni por supuesto algunas marcas comerciales tratando de hacer publicidad a costa de Bartual. Una avalancha colectiva de creatividad ha servido de distracción en días donde la actividad mediática se veía plenamente afectada por el atentado de Barcelona.
Bartual tendrá que volver a su vida de siempre con la diferencia de que 400.000 personas forman parte de ahora de una comunidad que ha tratado su tuit-novela como si de una temporada de Juego de tronos se tratara y esperarán ansiosos sus próximos pasos creativos.
“No he tenido tiempo de pensar qué esperarán de mí. Quiero pensar que la gente que ha leído esto y les ha gustado también pueden gustarle otros de mis cortometrajes, historietas, etc. Igual podría pagarme con un crowdfunding las próximas vacaciones y hago una segunda parte”, bromea.
El pasado domingo, por fin fueron publicados los tuits finales de la historia. Uno de ellos incluye el que, para Bartual, sería el título de la obra.
“Publicando los últimos tuits me temblaban las manos. Literalmente. Pensaba en el hecho de que había medio millón de personas pendientes y no podía creerlo”, confiesa.
Tras la conclusión de la historia, se generó el hashtag #GraciasManuel, con el que miles de personas le han agradecido su obra. Una celebración de que la ficción todavía puede darnos muchas alegrías en tiempos sombríos y de que todo está por hacer.