Los sueños de Elon Musk se cuentan por presentaciones multitudinarias. Primero fue el coche eléctrico, después el cohete capaz de viajar a Marte, luego vino Hyperloop y el (otro) cohete para cruzar la Tierra en menos de una hora y ahora toca el camión definitivo. Aerodinámico, rápido, eléctrico, futurista. Con cuatro motores (uno en cada rueda) y piloto automático. El Tesla Semi es la última materialización en la realidad de los anhelos de Musk.
Por eso una presentación así solo podía tener cabida en el país del sueño americano. Hasta el jueves por la noche, los camiones, o eran diésel o no eran. Un día después, Musk demuestra que existe otra opción, la eléctrica; que si bien aún no está disponible, sí pasará a estarlo desde finales del 2019.
No es autónomo, pero casi
Musk presentó el camión el jueves por la noche en Hawthorne, California, en el mismo lugar donde fabrica los cohetes de Space X. Su Tesla Semi se asienta sobre tres pilares de la automoción: la velocidad, la seguridad y la autonomía. Salvo en esto último, mejora lo ya existente.
Según el visionario tecnológico más admirado de Silicon Valley (solo a la altura de Steve Jobs), el camión podrá acelerar de 0 a 96 km/h en cinco segundos. Un diésel normal necesita quince segundos para alcanzar esa velocidad. En pendiente ascendente, el Tesla Semi llegará a los 105 km/h; lo que significa, según Musk, que “si llevas un cargamento por las [Montañas] Rocosas ganas un 50% más [de velocidad] por milla que si estuvieras en un camión diésel”.
Teóricamente, los Tesla Semi vendrán con un piloto automático mejorado que les permitirá frenar de forma automática si el conductor no toma el control en un tiempo determinado. Junto a ello, una función para mantenerse en el carril por el que se esté circulando y avisos sonoros en caso de salida del mismo. Cuatro motores (uno en cada rueda) evitarán que el camión derrape ya que, de esta forma, el torque podrá regularse manualmente desde cada rueda.
La autonomía es el único punto débil del camión. Débil por decir algo, porque 800 kilómetros para una mole eléctrica que pesa unas 37 toneladas (cargado al máximo) no está nada mal. Si tenemos en cuenta que la distancia media de las rutas de transporte en EEUU se sitúa en torno a los 400 kilómetros o menos, el Tesla Semi va sobrado. Por si acaso, Musk asegura que pondrá una estación de recarga cada 640 kilómetros, abiertas las 24 horas: “Si conduces durante cinco o seis horas, eso es lo máximo que quieres estar conduciendo sin parar”.
Según los números que presentó Tesla, los costes operativos de usar un camión de este tipo frente a uno diésel serían menores. En sus estimaciones, la suma del gasto teniendo en cuenta conceptos como el leasing (alquileres a largo plazo con opción a compra), el seguro y otros costes, sería de 1,26 dólares por cada kilómetro a los 160 kilómetros (100 millas). Un ahorro considerable si tenemos en cuenta que los camiones diésel se sitúan en torno a los 1,51 dólares de media en la misma distancia.
Aerodinámica del futuro
Ya hay quien saca parecidos entre el camión y Darth Vader, entre el camión y una aparición en gris y blanco metalizado o entre el camión y el Model 3, el coche más mediático y esperado de la compañía cuyas primeras unidades se entregaron en julio. No hay duda de que no se parece a nada antes visto. La culpa la tiene un número, 0,36, que representa el coeficiente de resistencia frente al aire y le otorga ese aspecto, como de recién salido de Tron.
Para contextualizar un poco, ni el deportivo más rápido del mundo, el Bugatti Chiron, supera ese coeficiente (tiene un 0,38). Y, rizando más el rizo, un camión diésel de la era preTesla Semi oscila entre el 0,65 y 0,7.
El conductor irá sentado en el centro de la cabina, que no tendrá botones. Dos pantallas, una a cada lado, harán las veces de salpicadero. El habitáculo medirá dos metros de alto y contará con visión panorámica. Como suele ser habitual en los coches Tesla, desde aquí se podrán controlar todas las funciones del camión; un primer paso para convertirlo en autónomo aunque aún no se haya dicho ni una palabra de eso.
Por lo demás, el Tesla Semi contará con cristales a prueba de explosiones nucleares. “Si no, te devuelvo el dinero”, dijo Musk entre risas en la presentación. Ha hecho las lunas delanteras indestructibles, un detalle que, según él, “solo le importará a alguien que de verdad entienda de conducir camiones”.
Las primeras unidades del Tesla Semi llegarán a finales del 2019, pero se puede reservar ya pagando 5.000 dólares. “Si lo pides hoy, lo tendrás en un par de años”, sentenció Musk. Y cuando parecía que todo había acabado, one more thing (una cosa más).
One more thing
One more thingEn vez de ser un iPhone fue un deportivo rojo escarlata al que llamaron Roadster y que prometen, tendrá 1.000 kilómetros de autonomía. Entre sus bondades, acelerará de 0 a 100 en 1,9 segundos y se pondrá a 150 km/h en 4.
A diferencia de los deportivos tradicionales, el Roadster contará con 2+2 plazas. No es el coche más grande de Tesla hasta la fecha, pero sí el más potente y el de más autonomía. Dobla al Model 3, que posee 400 kilómetros en una carga.
No será barato. Musk dice que la versión básica del deportivo eléctrico costará unos 250.000 dólares y que la premium (descapotable) se situará en el millón de dólares. Lo empezará a comercializar a partir de 2020, aunque eso sí, existe la opción de reservarlo ya y hacerse con una de las primeras 1.000 unidades por 200.000 dólares.