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El baile más viral de Tik Tok fue creado por una adolescente que fue ignorada durante meses

TikTok y la cultura que ésta genera se va abriendo paso cada vez más en otros espacios y dándose a conocer. Aunque muchos lo siguen considerando un espacio adolescente y miran con cierto recelo los contenidos que se generan en ella y las tendencias que emergen de la plataforma. Pero las personas que lo usan siguen a lo suyo. Y una de las cosas que más importan en TikTok son las coreografías y la música.

Esta es Daniela Golubeva, una jovencísima creadora de contenidos con 1.6 millones de suscriptores en Youtube y casi 500 mil en TikTok, con doble nacionalidad: rusa y española. En este vídeo explica los pasos para realizar una coreografía conocida como “Lottery (Renegade)”, que usa la canción de K-Camp como base instrumental.

El vídeo es del 1 de Enero de 2020 y Golubeva no menciona su origen. Pero en ese momento ya habían pasado casi 3 meses de que la tiktoker americana Charli D’Amelio, con casi 30 millones de seguidores, publicara una de las primeras versiones de la coreografía que se popularizaron. Más tarde publicaría muchas más, algunas más largas y en colaboración con otras personas.

Durante meses la coreografía se ha viralizado por todas partes. La búsqueda del término “Renegade Lottery Dance” arroja un total de 556.000 resultados y según Google Trends el índice de popularidad de estas tres palabras juntas ha pasado de 0% a 100% de Octubre hasta ahora. Es decir: nos encontramos ante un fenómeno cultural que ha traspasado fronteras y ha generado miles de bailes, versiones, vídeos, comentarios, etc. Lo que ocurre es que su creadora no recibió crédito por la autoría del baile original durante meses.

La periodista del Taylor Lorenz (NY Times) publicaba hace unos días un artículo titulado “The original Renegade” donde desvelaba la historia de la verdadera autora de la coreografía: Jalaiah Harmon, una adolescente negra de 14 años que reside en un barrio residencial a las afueras de Atlanta y que entrena desde hace años en una academia de baile donde combina disciplinas muy dispares: hip-hop, ballet, lírico, jazz o tap entre otras.

El 25 de Septiembre Harmon quedó con una amiga que también baila para hacer un post entre las dos. Ella misma creó la secuencia coreográfica usando como base la canción “Renegade (Lottery)” del rapero K-Camp e incorporando otros movimientos que se han hecho virales: una mezcla de sus aprendizajes en la escuela de danza y de lo que ve en la red, dando como resultado un baile que mezclas distintas disciplinas y estilos.

La viralidad a veces es muy cruel con la fuente ‘original’. Ocurre con los memes y cómo no, ocurre con las coreografías. La noción de apropiación está tan inserta dentro de las lógicas de Internet que a veces parece no importar la autoría.  Sin embargo, hay bastantes ocasiones en las que sí parece existir una cierta ética que al menos acredite un contenido que es imitado o copiado. Esto no sucedió con Harmon. Nadie acreditó su autoría del baile. 

“Lo publiqué en Instagram y tuvo unas 13.000 visualizaciones. Luego la gente empezó a hacerlo de nuevo una y otra vez. Estaba enfadada, no me parecía justo”, declaraba Harmon a Lorenz en su entrevista en el NY Times. Esa pieza cambió el rumbo de los acontecimientos. En un movimiento tardío pero inteligente, Charli D’Amelio se citó con Harmon y bailó la coreografía dando el lugar que se merecía a ésta y situándose en un segundo plano.

Detrás de este baile viral no hay una simple historia de apropiación indebida de una creación ajena. Hay una cuestión cultural y racial. Dubsmash es una app más antigua pero menos conocida que Tik Tok en estos momentos donde la comunidad negra es muy activa en los Estados Unidos creando y compartiendo bailes, memes y otros contenidos. La propia Charli D’Amelio se vio involucrada en una polémica, de nuevo, por no acreditar a D1 Nayah una creadora negra con 1 millón de seguidores de la que había usado un baile sin citarla.

Afortunadamente para Jalaiah Harmon dejó de estar en la invisibilidad y en tan solo 10 días su días su vida ha dado un vuelco: del anonimato a participar en el programa de Ellen DeGeneres a actuar en el All Star de la NBA. Encaja perfectamente en las historias de éxito que tanto gustan en los EEUU y si maneja bien la fama seguramente sus condiciones materiales y la de su familia hayan cambiado para siempre.

Más allá de ser un ejemplo más de apropiación indebida con trasfondo racial y de clase, la historia de “Renegade” nos vuelve a recordar que lo que sucede en Internet casi nunca está exclusivamente acotado a lo digital: plantea retos políticos y sociales que se suman y complejizan los ya existentes. Y sobre todo y como demostró la visita de las Twin Melody a La Resistencia: sus protagonistas generan su propio lenguaje y por tanto su propia cultura.