El año 2020 ha tenido teorías de la conspiración para todos los gustos. Está la que dice que el 5G transmite la COVID-19 que salió de un cura británico, la de la científica china que denuncia que el coronavirus se escapó de un laboratorio de su país (pagada por Steve Bannon), la de Bill Gates y los nanochips de la vacuna o la de que Pedro Sánchez te espía el WhatsApp y por eso es mejor usar Telegram. Pese a ello, la mentira que más temen las redes sociales aún no se está difundiendo, sino que puede explotar en la madrugada del 3 al 4 de noviembre con un tuit de Donald Trump basado en datos falsos o incompletos: “Yo he ganado las elecciones”.
Los ingredientes de esta conspiración se cuecen a fuego lento desde hace meses y confluirán en una noche electoral muy caliente. La pandemia de coronavirus ha provocado que se esperen cifras récord en el voto por correo y que este tenga un papel fundamental en el resultado final. Sin embargo, la mayor dificultad que esto implicaría en el recuento podría hacer que los resultados definitivos se retrasen más de lo habitual. Esas horas, o incluso días, de incertidumbre son uno de los períodos que las redes sociales consideran más crítico de todo el proceso electoral.
El temor es que un anuncio precipitado de victoria por parte de Trump derive en que grandes grupos de sus simpatizantes no acepten que el resultado final real sea una derrota y denuncien un pucherazo. Facebook y Twitter contemplan incluso la posibilidad de que existan llamamientos a la violencia. No en vano, Trump ha centrado sus esfuerzos en atacar el voto por correo y difundir el bulo de que es un mecanismo impreciso y preparado para el fraude electoral.
Pese a los desmentidos, el mandatario ha denunciado que el voto por correo provocará que cada ciudadano pueda votar varias veces, que “el resultado de las elecciones del 3 de noviembre puede que nunca sea determinado de forma precisa, que es lo que algunos quieren” o que permitirá “la injerencia extranjera en las elecciones”. Detrás de todo ello, ha señalado a “un grupo de personas (en su mayoría demócratas de izquierda radical) que pretenden el caos electoral”.
Esas denuncias han ido llegado a través de Twitter, la red social preferida de Trump. En todas ellas la plataforma incluyó un aviso que indicaba que el tuit contenía desinformación: “Conozca por qué el voto por correo es seguro”, que lleva a informaciones preparadas por verificadores de datos y medios de comunicación. Facebook ha incluido una alerta similar cuando se difunden aseveraciones ya desmentidas sobre el voto por correo en su plataforma.
No obstante, la amenaza de que el mandatario dé un paso más en la noche electoral y genere una conspiración de pucherazo han hecho que las redes sociales vayan un paso más allá. Por primera vez, tanto Twitter como Facebook (propietaria de Instagram y WhatsApp) dispondrán un protocolo especial para impedir que los candidatos anuncien su victoria sin pruebas.
“Podría ser un período muy largo de tiempo”
Twitter ha anunciado que corregirá a cualquier usuario, candidatos presidenciales incluidos, si se atribuyen una victoria de forma precipitada. Si no existe un anuncio oficial por parte de funcionarios electorales, o bien dos informaciones preparadas de forma independiente por medios de comunicación de alcance nacional, Twitter incluirá un aviso de desinformación como los que insertó en los tuits de Trump sobre el voto por correo. Debido a los últimos cambios en la mecánica de los retuits, si algún usuario intenta compartir tuits con esas etiquetas, la plataforma le mostrará una alarma más para indicarle que esos datos son engañosos.
Facebook se encuentra en una situación similar. “Nosotros también nos estamos preparando para varios posibles resultados en la noche de las elecciones y más allá de ella, incluyendo un prolongado período de incertidumbre”, reconoció en una conversación con periodistas el actual vicepresidente de la compañía y ex vice primer ministro británico, Nick Clegg: “No aceptaremos declaraciones prematuras de victoria”.
“Cuánto durará ese período es algo que no está bajo nuestro control. Podría ser muy largo. Ciertamente, ese fue el caso en anteriores elecciones en las que hubo disputas legales y prolongadas. Y eso bien podría suceder esta vez”, afirmó Clegg. Facebook ha firmado un acuerdo con Reuters, una de las agencias de noticias más importantes del mundo, para que verifique el momento en el que los comicios tengan un ganador. Hasta ese momento, cualquier declaración de victoria en su plataforma incluirá un aviso de desinformación similar al de Twitter. Los candidatos tampoco podrán pagar para aumentar el alcance de sus mensajes durante la noche electoral, puesto que la promoción de anuncios políticos estará prohibida desde una semana antes.
Las redes sociales basadas en vídeo como YouTube y Tiktok también han anunciado medidas especiales. No obstante, en ambos casos su plan consiste en elevar la visibilidad de las fuentes “fiables” cuando los usuarios busquen información sobre las elecciones. Algunos estudios ya ha apuntado que esta estrategia, si bien puede evitar que la desinformación se viralice en sus propias plataformas, es poco efectiva a la hora de impedir que los vídeos que difunden bulos se distribuyan en otras redes sociales.
Planes de acción que contemplan la posibilidad de violencia
La mejor prueba de que las redes sociales se están preparando para una de las noches y resacas electorales más calientes de los últimos años en Estados Unidos es que sus protocolos, tanto de Facebook como de Twitter, han previsto la posibilidad de que haya disturbios o llamamientos a cometer actos violentos desde sus plataformas.
En este sentido, Facebook ha sido el más tajante. En su conversación con los periodistas, Clegg adelantó que su compañía se ha preparado para “escenarios que implican, in extremis, la existencia de disturbios civiles generalizados”. “Hemos trabajado con expertos externos para ayudarnos en la planificación de ese escenario”, dijo el vicepresidente de la red social. Para contrarrestarlo, Facebook ha preparado un botón rojo que denomina “romper el cristal”. “Son acciones en las que podemos, de forma temporal y si es absolutamente necesario, restringir la circulación de algunos contenidos en nuestra plataforma”, detalló Clegg.
Aunque no fueron tan explícitos, los representantes de Twitter también contemplan traspasar la línea roja que supone el borrado de contenidos de la plataforma. “Los tuits que inciten a la interferencia en el proceso electoral o en la aplicación de los resultados de las elecciones, por ejemplo mediante acciones violentas, serán objeto de eliminación”, han expresado en un comunicado Vijaya Gadde y Kayvon Beykpour, directivos de las áreas de seguridad y producto de la compañía.