El Gobierno de Donald Trump prepara un decreto para regular el contenido que se publica en las redes sociales y evitar así la deriva “anticonservadora” que según el propio Trump y otros miembros del gabinete presidencial habrían tomado en los últimos años estas plataformas. Entre las posibles afectadas se encontrarían Facebook, Google, Twitter, YouTube, Instagram, Snapchat y el resto de redes sociales que pululan por Internet.
La noticia fue adelantada por Politico y confirmada a principios de esta semana por la CNN, que asegura haber tenido acceso al borrador del decreto. En ella, la Casa Blanca insta a la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones) a desarrollar una serie de reglas que aclaren cómo y cuándo la ley protege a las redes sociales a la hora de eliminar o suprimir contenidos en sus plataformas. Según la cadena estadounidense, en el decreto también se contempla a la Comisión Federal de Comercio (FTC) como entidad reguladora y garante de esas nuevas normas. La FTC, un órgano independiente del gobierno, sería la encargada de aplicar las nuevas reglas a la hora de presentar demandas o investigar a las redes sociales.
Según la CNN, la orden llevaría por título Protegiendo a los americanos de la censura online y contiene más de 15.000 denuncias que el Gobierno estadounidense habría recibido de sus ciudadanos protestando por la censura en diversas plataformas de Internet. El pasado mayo, Trump abrió una web a modo de buzón de quejas donde los usuarios pueden enviar sus protestas si consideran que su discurso o sus comentarios están siendo discriminados por las redes sociales.
En el borrador, también se le pide a la FTC que trabaje mano a mano con la FCC y que sea la primera quien abra un “expediente de quejas públicas”, según la cadena de televisión. Ambas comisiones tendrán que preparar informes acerca de cómo las redes sociales gestionan los contenidos que en ellas aparecen y si lo hacen de manera neutral. Según el decreto, aquellas plataformas que tengan una base de usuarios mensuales superior a la octava parte de la población total de EEUU serán sometidas a duras investigaciones y escrutinios sobre si están cumpliendo con las reglas marcadas por las nuevas normas incluidas en el borrador.
La nueva orden sería el resultado del encuentro que en julio mantuvo Trump con algunos simpatizantes de la extrema derecha estadounidense en el que se dedicaron a hablar sobre redes sociales y su manera en la que estas gestionan contenidos.
In the land of free permanece vigente desde 1996 la ley de Telecomunicaciones, donde está contenida la ley de Decencia de las Telecomunicaciones. En la Sección 230, se especifica que las plataformas de Internet no son responsables de la mayoría de las opiniones, los comentarios o los contenidos que en ellas se publican. Es la manera en la que se protege la libre expresión del discurso en la Red considerándolas como el medio, no como el mensaje.
Si el decreto es finalmente aprobado, serían dos comisiones a rueda del Gobierno las encargadas de fiscalizar a Twitter, Facebook, YouTube y las demás y sancionarles cuando borren un comentario sin notificárselo al usuario o eliminen un contenido que atenta contra sus políticas de uso. Uno de los senadores que redactó la Sección 230, el demócrata Ron Wyden, valora en la CNN la nueva norma como algo “horrible”.
Trump y su cruzada contra las redes sociales
En los últimos años, los comentarios de Trump criticando a las plataformas de Internet se han vuelto bastante frecuentes. Por ejemplo, el pasado mayo el presidente estadounidense aseguró en Twitter estar “sorprendido” por las expulsiones del actor James Woods (en Twitter) y Paul Watson (en Facebook). “¡Cada vez se pone peor esto para los conservadores en las redes sociales!”, tuiteó poco después en referencia a Diamond and Silk, dos blogueras proTrump que se quejaron en abril de que Facebook les censuraba. Trump, una semana después de los tuits, dijo que iba a “investigar” los baneos de todos ellos.
De manera similar, en septiembre del año pasado Twitter expulsó al periodista ultraderechista Alex Jones y a su medio, InfoWars, de la red social. Incluso, en el verano de 2018, el propio Trump cargó contra el algoritmo de Google por mostrarle noticias “malas” contra él de los “muy peligrosos” medios de izquierda de su país. Llegó a tuitear: “Google y otros eliminan las voces conservadoras y esconden las noticias buenas”. El pasado julio, el presidente estadounidense dijo estar “vigilando de cerca a Google” tras una serie de reportajes del canal de televisión Fox News en los que se insinuaba, según él, que la multinacional intentaba hacerle campaña en su contra para no salir elegido de nuevo en 2020.
Una y otra vez, Facebook, Twitter, YouTube y el resto de plataformas de Internet se han defendido de las acusaciones alegando que no tienen nada en contra de los conservadores y que sus ataques son difícilmente demostrables.