El día que iba a cerrar la cuenta, @anonymus_es publicó cuatro comentarios en Twitter. Más de los que acostumbraba, pero en línea con su modus operandi: a las 11.07 del 30 de marzo denunció “escraches” en Barcelona por parte de “independentistas fascistas” e introdujo el comentario en la conversación general #FelizSábado y en la de #CataluñaPorEspaña, con la que Vox promocionó su acto en la ciudad condal que tendría lugar ese día. A las 11.28 publicitó ese mitin compartiendo un vídeo de otra usuaria. A las 11.44 escribió: “VEO a muchos independentistas diciendo que ha sido un pinchazo, COMO LES JODE VER LA Plaça D'Espanya LLENA”, incluyendo #ALasTresSonLasDos para que sus palabras aparecieran en la conversación general sobre el cambio de hora en España. Su último tuit, a las 13.32, fue una crítica a Podemos. Entonces despareció.
A las 14.40 del mismo sábado se publicó el primer mensaje de un usuario que daba cuenta de que uno de los perfiles mercenarios con más repercusión de España, con más de 36.000 seguidores, se había esfumado. @anonymus_es había borrado su cuenta y sus comentarios dejaron de ser accesibles desde la plataforma. Pero eso no borró su rastro. Varios investigadores lo tenían monitorizado desde hace meses por su comportamiento tóxico y su voluntad de manipular y radicalizar el debate político en Twitter España.
La actividad de esta cuenta hizo saltar las alarmas cuando empezó a divulgar de forma sospechosa comentarios extremistas en hashtags (los términos usados en Twitter para contextualizar los comentarios en una misma conversación) sin ninguna relación con la política. Como hizo en su último día con #FelizSábado o #ALasTresSonLasDos, charlas habituales en la plataforma empezaron a ver como los comentarios más compartidos eran críticas feroces a los políticos progresistas, mezclados con xenofobia y machismo.
La cuenta decía representar a “un grupo de personas apasionadas del mundo hacker” y no ser “ni de izquierdas ni de derechas”. Utilizaba la iconografía de la identidad colectiva Anonymous, pero tenía una errata en su nombre de usuario y al contrario del estilo apartidista de este movimiento, @anonymus_es apoyaba abiertamente a Vox. También retuiteaba a políticos como Matteo Salvini, líder la formación xenófoba de La Liga y vicepresidente italiano.
Su clara vocación por promocionar a los de Santiago Abascal mientras reforzaba ideas marco de la formación como “España para su gente”, ocultando cualquier relación oficial con Vox hicieron que la investigadora de la Universidad Carlos III, Mariluz Congosto, analizara en profundidad sus conexiones y su pasado. Como informó eldiario.es, lo que encontró fueron las pruebas de un cambio de identidad a finales de 2017: el usuario @zzxbx había desaparecido y en el lugar que ocupaba su cuenta lo ocupó @anonymus_es. Todos los comentarios de la antigua identidad fueron borrados. Entonces empezó a divulgar mensajes de extrema derecha.
Estudiando sus seguidores, la investigadora halló dos comunidades muy diferenciadas, sin apenas conexión entre ellas. “Todas esas pruebas apuntan a una actividad profesional, no a una cuenta activista ni al comportamiento de una persona normal”, explicó entonces Congosto: “Al cambiar de identidad una cuenta lo que hacen es borrarles los tuits y las personas a las que siguen, y las ponen a funcionar de otra manera. Pero siempre les dejan los seguidores porque siempre les conviene tener cuantos más mejor”.
Su actividad apuntaba a un claro caso de astroturfing político, una práctica de marketing que consiste en hacer propaganda encubierta de un candidato o partido haciéndola pasar por un apoyo social real, un movimiento de base. Los políticos han encontrado en estas técnicas, que las empresas privadas llevan años empleando para mejorar artificialmente la imagen de sus productos o criticar los de la competencia, el método perfecto para alterar los debates políticos online en su beneficio. Es un negocio en el que operan multitud de empresas, por lo que no se puede relacionar directamente la actividad de una cuenta mercenaria o una granja de bots con un partido político concreto. Los intereses tras la intoxicación de la conversación pueden ser más profundos o buscar, simplemente, radicalizar el debate político y hacer que los usuarios moderados no puedan respirar en él.
Las revelaciones de Congosto dejaron señalado a @anonymus_es, pero no acabaron con él. Los usuarios intentaron emplear los datos revelados por la investigadora como contrafuego a sus mensajes, aunque su influencia siguió creciendo. Tanto en seguidores (pasó de 26.900 en noviembre de 2018 a 36.525 cuando publicó su último tuit) como en la influencia en las conversaciones. Radicalizó las más triviales y llegó a conseguir que muchos debates políticos pivotaran en torno a sus comentarios:
Si no lograba monopolizar los debates lanzados por los partidos de la izquierda, la misión de @anonymous_es era erigirse al menos en un polo de crítica y visceralidad. Como muestran los gráficos de José Blanco Oliver, fundador de Trendinalia, dedicada a monitorizar las tendencias de Twitter, Google y YouTube en España, su impacto en los debates fue palpable durante los meses que ha estado activo.
Bulo cazado y desaparición
Dos días antes de cerrar su cuenta para siempre, @anonymus_es dejó muestras de por qué era un elemento tan peligroso en la conversación política española. Intentó acuñar un bulo sobre la formación académica de Irene Montero, portavoz de Unidos Podemos en el Congreso, comparándola con la de Iván Espinosa de los Monteros (Vox). Como carga de profundidad y enlazado con una idea marco de la formación de extrema derecha, intentó sembrar la duda sobre si Montero ocupa un lugar en política por su valía o por el hecho de ser mujer.
“Ivan Espinosa (VOX): -Licenciado en Ciencias Económicas -Trabajo en EEUU -Sabe 3 idiomas Irene Montero (Podemos) -No acabo la carrera -No tiene experiencia laboral -No sabe idiomas Te dirán que Irene Montero tiene que liderar el país. Solo por ser mujer”, escribió @anonymus_es, añadiendo el hashtag #NuestraDeudaEsContigo, que Podemos utilizó para promocionar su sistema de microcréditos para financiar la campaña.
Pese a que el bulo sobre los estudios de Montero no era difícil de desmentir y no requirió la acción de ningún verificador especializado, muchos usuarios mordieron el anzuelo y lo utilizaron para atacarla a ella y a Podemos. La reacción contra la desinformación también fue inmediata por parte de otros usuarios. Consiguieron mitigar su difusión, aunque lo suficiente para impedirle formar un foco crítico en la conversación en torno a #NuestraDeudaEsContigo con el argumento de los estudios de Montero.
El intento de difusión fallida del bulo de Montero ocurrió el 28 de marzo. El 30, @anonymus_es cerraba su cuenta. “Creo que lo de decir que Irene Montero no había terminado la carrera le ha matado”, explica Congosto en conversación con este medio. “Fue la puntilla”, opina.
Ante la vista gorda de Twitter
Twitter no interfirió en las actividades de la cuenta mercenaria. Tras las primeras revelaciones de Congosto sobre su cambio de identidad, el perfil de @anonymus_es pasó unas horas oculto: “Advertencia: Esta cuenta está temporalmente restringida”, rezaba un aviso previo que colocó la red social, explicando que “esta cuenta ha presentado actividad inusual”. No obstante, la cuenta volvió a la normalidad poco después.
Este medio ha intentado recabar la opinión de Twitter sobre las actividades de @anonymus_es y su política para combatir el astroturfing de cara a las próximas elecciones generales del 28 de abril y locales y europeas del 25 de mayo. La empresa no ha ofrecido respuesta, excusándose en que el equipo destinado a España se encuentra actualmente en EEUU.
Tradicionalmente, la estrategia de Twitter para controlar la plaga de bots, cuentas falsas y mercenarios a sueldo ha sido recopilar información sobre sus actividades para luego llevar a cabo barridos masivos que eliminan millones de cuentas a la vez. @anonymus_es se libró de esas purgas tras haber sido denunciado en múltiples ocasiones por reconocidos expertos.