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Invertir en la lucha contra el cambio climático es malgastar el dinero, dice la Casa Blanca

En noviembre de 2012, Donald Trump dejó claro cuál es su opinión sobre el cambio climático. No existe. Es un fraude, una invención que tiene un origen muy concreto (China) y una intención (perjudicar a la industria de EEUU).

No fue la única vez en que sostuvo esa descalificación que va contra el consenso científico. Ya como presidente, sigue pensando lo mismo. Y lo ha dejado claro en su primer proyecto de presupuesto, donde el mayor recorte se lo lleva el Departamento de Medio Ambiente (EPA, en sus siglas en inglés), que pierde un 31% de su presupuesto y unos 3.200 de sus puestos de trabajo.

Varias iniciativas relacionadas con la lucha contra el cambio climático se quedan sin fondos, lo que supone un recorte directo de 100 millones de dólares, incluidas las contribuciones de EEUU a programas internacionales.

Mick Mulvaney, director de la Oficina del Presupuesto de la Casa Blanca, dio una explicación directa en la rueda de prensa del jueves.

“Creo que el presidente fue bastante claro con esto. No vamos a gastar más dinero en eso. Consideramos que es desperdiciar el dinero”, dijo Mulvaney.

El tijeretazo elimina las partidas que financian la aplicación del Clean Power Plan, que obliga a los estados federados a reducir las emisiones de dióxido de carbono y que supone uno de los elementos clave para que EEUU reduzca sus emisiones que contribuyen al cambio climático en la línea de lo pactado en el acuerdo de París.

En noviembre de 2012, Donald Trump dejó claro cuál es su opinión sobre el cambio climático. No existe. Es un fraude, una invención que tiene un origen muy concreto (China) y una intención (perjudicar a la industria de EEUU).

No fue la única vez en que sostuvo esa descalificación que va contra el consenso científico. Ya como presidente, sigue pensando lo mismo. Y lo ha dejado claro en su primer proyecto de presupuesto, donde el mayor recorte se lo lleva el Departamento de Medio Ambiente (EPA, en sus siglas en inglés), que pierde un 31% de su presupuesto y unos 3.200 de sus puestos de trabajo.