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Trump escamotea 25.000 dólares a la familia de un soldado muerto

En la América de Donald Trump ya no hay nada sagrado, ni siquiera los militares muertos en acto de servicio y sus seres queridos. Las llamadas “familias de estrella dorada” están en lo más alto del imaginario colectivo de un país que vive con el patriotismo disparado, pero ni por esas. Esta semana ha vuelto a demostrar que Donald Trump es Donald Trump con todo el mundo.

El presidente presume de “llamar a las familias de todos los militares muertos” y ha establecido una macabra competición al decir que “si miras a Obama y otros presidentes, no hacían esas llamadas”. No solo es que sea mentira, es que además Trump debería tener más cuidado con lo que dice en esas conversaciones. El Washington Post ha revelado que ofreció 25.000 dólares a la familia de un soldado fallecido hace meses y que luego, oh sorpresa, no les envió el dinero.

El padre del Cabo Dylan Baldridge, muerto en Afganistán a los 22 años, recibió la generosa llamada de Trump en el mes de junio y en pleno mes de octubre el cheque seguía sin llegar. Milagros de la vida, después de la publicación del artículo la Casa Blanca ha confirmado que sí, que ahora ha enviado el talón. Lo ha hecho no sin antes dejar claro que “es repugnante que los medios tomen algo que debería ser reconocido como un gesto generoso y sincero del presidente y lo hayan usado para avanzar el interés manipulador del medio”. La nueva normalidad.

No sería tan llamativo si Trump no tuviera un largo historial de prometer obras de caridad, hacerse la foto, y luego olvidarse de entregar el dinero. También ayudaría si esta misma semana no se hubiera metido en otro lío con otra familia de un militar muerto. Mientras la viuda embarazada del Sargento David Johnson se dirigía a recibir el féretro al aeropuerto, recibió la llamada de la Casa Blanca. Según una congresista presente, Trump dijo a la viuda que su marido “sabía en lo que se metía, pero cuando pasa duele de todas formas”. El presidente lo niega pero la familia del fallecido, sin confirmar los detalles, ha declarado que el presidente les “faltó al respeto” en esa llamada.

El primer incidente puede ser achacado a su tacañería, sorprendente en una persona con 4.500 millones de fortuna. El segundo es simplemente una torpeza que demuestra que es alguien con muy poca empatía y ningún respeto por la verdad. Tratándose de Trump ninguna de estas cosas resulta del todo sorprendente, pero si ya no se controla ni con las familias de los militares muertos... ¿qué pasará con los demás?

En la América de Donald Trump ya no hay nada sagrado, ni siquiera los militares muertos en acto de servicio y sus seres queridos. Las llamadas “familias de estrella dorada” están en lo más alto del imaginario colectivo de un país que vive con el patriotismo disparado, pero ni por esas. Esta semana ha vuelto a demostrar que Donald Trump es Donald Trump con todo el mundo.

El presidente presume de “llamar a las familias de todos los militares muertos” y ha establecido una macabra competición al decir que “si miras a Obama y otros presidentes, no hacían esas llamadas”. No solo es que sea mentira, es que además Trump debería tener más cuidado con lo que dice en esas conversaciones. El Washington Post ha revelado que ofreció 25.000 dólares a la familia de un soldado fallecido hace meses y que luego, oh sorpresa, no les envió el dinero.