Desmontando los estudios de la Coalición de Creadores contra la “piratería”

“El 87,94 % de todos los contenidos digitales consumidos en España en 2014 fueron piratas”. Este fue el titular que ayer soltó la Coalición de Creadores durante la presentación de su informe anual sobre piratería y hábitos de consumo de contenidos digitales. El estudio, encargado a la consultora Gfk, y que este año también ha apoyado la Liga Profesional de Fútbol, ya que se han incorporado los visionados de partidos online, abundaba en cifras catastrofistas: 571 millones de euros en pérdidas para la industria del cine; 410 millones para la música; 226 millones para la de videojuegos; 100 millones para la editorial; 227 millones para la de fútbol; y 116 millones para la de series de televisión.

Esto es, 1.700 millones de euros de “lucro cesante” –lo que ellos determinan como pérdidas por la piratería-, que, según ellos también, suponen 637 millones de euros menos para las arcas públicas y hasta casi 30.000 puestos de trabajo posibles en estos sectores.

Sin embargo, leído el informe, muy calcado al que esta Coalición, creada por las principales entidades de gestión de derechos de autor en 2008, realiza desde hace siete años, surgen las dudas.

Apenas hay datos sobre su metodología (señalan que ha sido una encuesta a 50.000 personas entre los 11 y los 74 años), se desconocen las preguntas que se han realizado, cómo se han elaborado los porcentajes para establecer las pérdidas y en base a qué criterios. Es un enjambre de datos en el que se mezcla el “valor del contenido pirateado” y el “lucro cesante”, es decir, lo que ellos estiman que vale una canción, película o ebook obtenido ilícitamente y lo que se ha dejado de ganar por ello, que genera mucha confusión.

Hace unos meses, el periodista especializado en tecnología, Antonio Delgado, ya contaba en este artículo sobre cómo se elaboraban estos informes que el maquillaje y precocinado de estas encuestas están a la orden del día. Por ejemplo, sobre el ‘lucro cesante’, tal y como ha ocurrido ahora, se preguntaba a los encuestados cuántos contenidos comprarían legalmente si no pudiese descargarlos. A esa cifra se la multiplicaba por 10 euros, el precio medio del mercado según GfK. Según este estudio, serían 8 contenidos legales por cada 100 ilegales, en total, 80 euros. La dificultad –y el trabajo del artesano consultor- llega a la hora de echar las cuentas. Como concluía Delgado, “la realización de informes como el que se acaba de publicar es uno de los métodos que utilizan las patronales de la industria para presionar a los Gobiernos para que legislen a favor de sus intereses empresariales”.

En este sentido, el abogado Javier de la Cueva señala a eldiario.es que el delirio de este tipo de informes se basa en que es imposible conocer los datos reales sobre descargas ilícitas, “al igual que no se puede saber cuánta cocaína se consume en España. Se puede saber cuánta cocaína se aprehende en la aduana, pero no la que se consume. Para saber cuántas copias digitales de un archivo se descargan desde un servidor, sólo puede saberse de una de dos maneras: o bien conocer los logs del servidor, que sólo los tienen los administradores del mismo y que, por supuesto, no los van a poner en conocimiento de la Coalición de Creadores o de sus consultoras independientes. O bien tener el tráfico intervenido vía el proveedor de servicios de internet. El resto son puras estimaciones sin otra base o fundamento más que el especulativo”. De esta manera, para él, este estudio es “una operación de puro márketing”.

La propia Carlota Navarrete, directora de la Coalición, manifestaba a este diario que la conclusión a la que ellos han llegado, según sus cifras, es bastante clara: “No se han implementado las medidas que pudiesen hacer atractivas las plataformas legales”. Es decir, no se aplaude la actual Ley de Propiedad IntelectualLey de Propiedad Intelectual, la cual a dos meses de su entrada en vigor ni siquiera tiene un reglamento para su aplicación, y lo que se pide es más mano dura, tal y como quedaba explícito en algunas de las preguntas de este informe. Por ejemplo, sobre si habría que sancionar con multas, se reflejaba que un 30% consideraría que sería una medida “muy eficaz”.

“Es evidente que es una coalición creada en 2008 para hacer lobby. Y hacen estos informes tan espectaculares porque les ayudan en su acción de lobby”, ratifica a eldiario.es el fundador de Menéame, Ricardo Galli, quien añade que “les ha ido bien, tuvieron la ley Sinde, luego la Ley Sinde-Wert y ahora han conseguido cosas como el canon AEDE”.

No obstante, para tal afirmación hay que acudir a las cifras que ofrece la Coalición y las que se manejan en la industria. Y hay que realizar algunas operaciones que dan algunos resultados que, como dice Galli, “son números sin sentido. Además, hay cosas que no quedan nada claras. Por ejemplo, si escuchas música online y dices que es través de YouTube, lo cuentan como piratería”. Analizamos los tres sectores más agredidos por la piratería.

MÚSICA

El informe calcula el valor de la industria en 171 millones de euros y señala que como ‘lucro cesante’ se han perdido 410 millones de euros, con lo cual, la industria discográfica, sin piratería, valdría 581 millones de euros. Por otro lado, sostienen que en la red se piratearon en 2014 1.831 millones de canciones y ponen como valor 6.673 millones de euros. Este sería el llamado ‘valor de lo pirateado’. El problema es que si se hace el cálculo del precio por canción en la red sale a 3,6 euros, y no hay ninguna plataforma en la que una canción cueste ese precio, como mucho es 1 euro. Como afirma Galli, “ya es una cifra exagerada”.

Por otro lado, si estiman que el lucro cesante son 410 millones de euros, es decir, lo que se ha dejado de ganar, ¿cómo puede ser el valor de lo pirateado 16 veces mayor (6.673 millones de euros)? “Esto lo hacen porque ponen un precio por canción muy alto. Además, según el estudio cada español adulto se baja 68 canciones al año ocasionando unas pérdidas de 252 euros, el equivalente a decir que cada adulto deja de comprar 7 álbumes al año, una media imposible, nunca visto en la historia”, explica Galli. Pero hay otra cosa que llama más la atención: ¿cómo se cuentan la música que se escucha vía plataformas como Spotify? ¿También se considera piratería?

CINE

En la industria cinematográfica, el informe indica que sin piratería su valor sería de 1.244 millones de euros, ya que de forma legal mueve 673 millones de euros, mientras que las pérdidas por lucro cesante están en 571 millones de euros. Sin embargo, si se estima que se descargaron de forma ilegal 877 millones de películas por un valor de 6.139 millones de euros (siempre según el informe), el coste de cada película en la red sería de 7 euros, es decir, casi como en una taquilla del cine, cuando las películas en las plataformas de Internet están en torno a los 3-4 euros.

“La taquilla del cine español en 2014 fue de 123 millones, por lo que las pérdidas según el informe son 50 veces más que el volumen de negocio real. Ni aun considerando también las películas de Hollywood tiene sentido, España ocasionaría el 100% de las ”pérdidas“ que estima la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos, que ya sabemos es otro lobby con informes poco rigurosos. En el lucro cesante asegura un 9.1% del valor ”pirateado“ y que es 1.8 veces el valor actual de la industria, es decir 317 millones de euros, pero el cine español fue de 123 millones. En todo caso el ”lucro cesante“ es para el cine extranjero (mayormente Hollywood)”, explica Galli acerca de estas cifras.

LIBROS

Con respecto a los libros, los números aún son más extraños. Sin piratería se dice que la industria tendría un valor de 907 millones de euros, ya que el ‘lucro cesante’ está en los 100 millones de euros. Ahora bien, el valor de lo pirateado, según ellos es de 335 millones de ebooks, todo ello por un valor de 2.680 millones de euros, con lo que estiman que cada contenido pirata (copia de ebook, escaneado de libro en papel...) costaría en realidad 8 euros.

Aunque esa cifra del coste del ebook no es del todo inexacta, hay algunos datos que chirrían. Para empezar, la industria editorial en sus informes ha señalado que el libro digital generó 70 millones de euros en 2013. ¿Cómo puede ser que el valor de lo pirateado alcance más de 2.500 millones de euros? Aunque exista un porcentaje de contenido ilícito y miles de escaneados, la cifra es desmesurada.

Por otro lado, en un año como 2005 se vendieron 230.626.086 libros en papel, según la FGEE (unos cinco libros por habitante al año). Si lo multiplicamos por 10 euros cada libro saldrían 2.306 millones de euros. ¿Cómo es posible que ahora se hayan perdido 2680 millones de euros y, además, de ventas digitales? Por otro lado, 335 millones de ebooks obedecen a más de siete ebook al año por habitante. Las últimas cifras del CIS reflejaban que los españoles leen 8 libros de media al año. Y por adulto, según el informe sale a 12 libros al año, cuatro más que el CIS.  Por tanto, ¿todos son piratas? ¿No cuentan las compras ni las bibliotecas?

EMPLEO

Sobre los datos del empleo perdido por la piratería, Galli también se muestra muy circunspecto. Según señala, “el informe asegura que actualmente la industria de estos contenidos emplea a 62.252 profesionales directos, lo que da una media salarial bruta sobre el total del volumen de negocio que aseguran que poseen (983 millones) de 15.800 euros anuales por persona, además aseguran que por cada empleado directo crea 5 indirectos. Es imposible con estas cantidades”.

En cuanto a los posibles puestos de trabajo creados y el dinero que deja de recibir el Estado (637 millones de euros), Galli saca su propia conclusión: “Aunque sean verdad los números, el dinero que no se gasta por la ”piratería“ no se pierde ni se lo come, se gasta en otras cosas, por lo que es falsa la afirmación de que se pierde en impuestos o puestos de trabajo”.