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Las alternativas al desarrollo se debaten en la Cumbre de los Pueblos frente al Cambio Climático

Durante cuatro días se celebró en el Parque de la Exposición de Lima (Perú) la Cumbre de los Pueblos frente al Cambio Climático con la participación de aproximadamente tres mil personas, provenientes en su mayoría de América Latina. La Cumbre tenía como objetivo fortalecer una agenda común de los movimientos sociales y presentar argumentos alternativos a la vigésima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP20). “Es un espacio para recoger todas las propuestas y convertirlas en vinculantes. Esta es la exigencia que vamos a hacer a los Estados”, explicaba el portavoz de la Cumbre, Antolín Huascar.

A la Cumbre de los Pueblos también asistieron algunas personas acreditadas como observadores de la COP20 oficial. Es el caso de Chavannes Baptiste, de la Confederación Nacional Agraria de Haití. “Ahorita vengo de la COP20 y aquello es un espacio de locos en donde nadie escucha a nadie. Es un lugar de negocios donde las transnacionales están defendiendo sus intereses para utilizar el calentamiento global para hacer más plata”. Crítico porque a la sociedad civil le tienen vetada la entrada, Baptiste se mostró confiado en la posibilidad de que desde la Cumbre de los Pueblos se lleguen a articular propuestas reales.

Ocho ejes temáticos y múltiples voces

La Cumbre de los Pueblos, que surgió como respuesta a la crisis civilizatoria ocasionada por un mal llamado modelo de desarrollo que ha mercantilizado la vida humana y la naturaleza, se estructuró en ocho ejes temáticos. Crisis de civilización y modelos alternativos de vida social; calentamiento global y cambio climático; soberanía y transición energética; agricultura y soberanía alimentaria; gestión sustentable del territorio y los ecosistemas; financiamiento y transferencia de tecnología; mujeres y sostenibilidad de la vida; y las falsas soluciones, fueron las grandes temáticas en torno a las cuales giraron los debates.

“La Cumbre es una gran oportunidad para hacer visible todas las demandas, y es un punto donde podemos iniciar un movimiento ambiental sólido con un mensaje regional; y si se puede a nivel global, mucho mejor”, aseguraba Stefani Acosta, del Comité Juvenil de la Cumbre de los Pueblos.

Para el colectivo ecuatoriano Yasunidos, la Cumbre era una oportunidad para posicionar una demanda muy concreta. “Creemos que hasta este momento la única forma conocida y real de luchar contra el cambio climático es dejar el petróleo en el subsuelo. Se ha manifestado que hay que cambiar el sistema y no el clima, pero este sistema no se cambia cambiando los discursos, se cambia modificando las prácticas y las políticas”, afirmaba Pato Chávez.

Cambio climático y transiciones

Entre las más de 150 actividades que se celebraron durante la Cumbre de los Pueblos destacó la organizada por la Red Peruana por una Globalización con Equidad (RedGE) y el Centro Latinoamericano de Ecología Social (CLAES) denominada “Cambio climático y transiciones”. Entre los ponentes, se encontraba el investigador uruguayo de CLAES, Eduardo Gudynas, que presentó una propuesta de transiciones con énfasis en las regiones andino-amazónicas, para iniciar una salida al actual modelo de desarrollo. Además, también intervino el ex presidente de la Asamblea Constituyente de Ecuador, Alberto Acosta, que habló sobre el concepto del Buen Vivir destacando que no se trata de una alternativa de desarrollo sino de una alternativa al desarrollo, que abre la puerta a nuevos horizontes.

Durante su intervención, Acosta aseguró que hay que aprovechar la posibilidad de reconstruir en el buen sentido las propuestas indígenas y además construir otras opciones para tener una forma de vida diferente que garantice dignidad a los seres humanos y armonía para vivir con la naturaleza. “Este es el punto de partida para transitar de lo que no queremos a lo que queremos construir. Y tenemos que ir desechando algunos conceptos tradicionales, para construirlos de otra manera e ir desarrollando nuevos indicadores”, afirmó.

Por su parte, Gudynas se mostró crítico con la falta de voluntad política. “En CLAES creemos que las negociaciones en marcha en la COP ya han llegado a un punto de sucesivos estancamientos y no podemos seguir esperando, sino que tenemos que iniciar nosotros las transiciones inmediatamente”. Estas transiciones, según el investigador uruguayo, deberán ser transformaciones democráticas, consensuadas, y que sirvan de ejemplo para avanzar hacia esa salida del desarrollo con una orientación clara hacia el Buen Vivir.

La propuesta de “alternativas al desarrollo para un clima seguro” se compone de dos ejes principales. El primero tiene que ver con anular o reducir las emisiones internas y se centraría en las transiciones post-petroleras, transiciones de energía y transiciones en ambiente, bosques y agricultura. El segundo eje consiste en tratar de anular o reducir exportaciones de recursos energéticos o recursos que generan emisiones en otros países, avanzando hacia la desvinculación selectiva de la globalización y el regionalismo autónomo. 

También puso énfasis en señalar que, ante la réplica de gobiernos y empresarios que cuestionan la falta de alternativas, la respuesta desde la sociedad civil es que existen, son viables y aseguran mejores condiciones para la sociedad y el medio ambiente. “Y ante las retóricas presidenciales de compromiso con la naturaleza, nuestra posición es que tomen ese compromiso en serio y defiendan los derechos de la naturaleza y comiencen las transiciones ya, en el día de hoy, porque éstas son posibles”, concluyó.

 

Durante cuatro días se celebró en el Parque de la Exposición de Lima (Perú) la Cumbre de los Pueblos frente al Cambio Climático con la participación de aproximadamente tres mil personas, provenientes en su mayoría de América Latina. La Cumbre tenía como objetivo fortalecer una agenda común de los movimientos sociales y presentar argumentos alternativos a la vigésima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP20). “Es un espacio para recoger todas las propuestas y convertirlas en vinculantes. Esta es la exigencia que vamos a hacer a los Estados”, explicaba el portavoz de la Cumbre, Antolín Huascar.

A la Cumbre de los Pueblos también asistieron algunas personas acreditadas como observadores de la COP20 oficial. Es el caso de Chavannes Baptiste, de la Confederación Nacional Agraria de Haití. “Ahorita vengo de la COP20 y aquello es un espacio de locos en donde nadie escucha a nadie. Es un lugar de negocios donde las transnacionales están defendiendo sus intereses para utilizar el calentamiento global para hacer más plata”. Crítico porque a la sociedad civil le tienen vetada la entrada, Baptiste se mostró confiado en la posibilidad de que desde la Cumbre de los Pueblos se lleguen a articular propuestas reales.