UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.
Los recortes de Trump a UNRWA frenan a generaciones de futuros líderes
Nací en Jaffa, Palestina, en el seno de una familia trabajadora y próspera de palestinos cristianos. En 1948, cuando solo tenía 10 años, mi familia y yo nos vimos obligados a huir de nuestro hogar tras la creación de Israel, dejando atrás a nuestros amigos, el negocio familiar, y nuestro cómodo estilo de vida. Subimos a bordo del barco que mi padre utilizaba para exportar sus naranjas, y navegamos hasta Líbano.
Rápidamente comenzamos a establecer una nueva vida allí, tuvimos suerte de poder instalarnos en una modesta casa que nos prestaron unos amigos de mi padre. Para todo lo demás, a parte de este humilde refugio, nos vimos obligados a recurrir a la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA), que fue establecida poco después del desplazamiento masivo de Palestinos para atender las necesidades básicas de toda la comunidad refugiada de Palestina.
Mientras establecíamos una nueva vida con pocos medios en Líbano, UNRWA nos proporcionó, a mis hermanos y a mí, ropa y comida para llevarnos a la boca. Con estas necesidades básicas cubiertas, los palestinos – al igual que otros alrededor de mundo– pueden mejorar sus vidas y sacar a sus familias de la pobreza y la miseria.
Años después, tras mudarme a Estados Unidos, decidí ayudar a los palestinos de la mejor manera que sabía: creando empleo.
En 1995, establecí la primera franquicia de Coca-Cola en Cisjordania y la franja de Gaza – región en la que el desempleo alcanza un alarmante 44 por ciento –. Hoy, en esta franquicia, trabajan más de 700 personas de Palestina.
Mi historia de éxito no hubiera sido posible si UNRWA no me hubiera proporcionado acceso seguro a educación, alimentos, ropa y dignidad. Con su apoyo, yo y millones de palestinos establecimos los cimientos para construir no solo nuestro futuro y el de nuestras familias, sino el futuro de Palestina.
Siempre fui consciente del papel que UNRWA jugó en dar forma a mi futuro, incluso cuando era estudiante de posgrado, aún me ponía el abrigo de invierno que la Agencia me dio cuando tenía 12 años. Siempre estaré en deuda con UNRWA porque me proporcionó los medios para llegar a ser alguien y para que mi familia recuperara la autoestima. Le enseñó a mi generación que éramos más que refugiados y que con acceso a los recursos necesarios, teníamos la capacidad de generar cambios positivos en nosotros y en nuestras comunidades. Gracias a UNRWA, pude concentrarme en mis estudios en vez de preocuparme por mi próxima comida.
A principios de este año, Estados Unidos, históricamente el mayor donante de la Agencia, anunció recortes de financiación a UNRWA y transfirió tan solo 60 millones de los 365 millones prometidos. Si esta congelación de la financiación se hace permanente, pondrá en peligro las operaciones del organismo y pondrá en peligro a toda una generación de niños y niñas palestinos, muchos de los cuales podrían ser los líderes empresariales del mañana.
Yo lo sé. Crecí como refugiado en Líbano y ahora, gracias en gran parte al sentido de responsabilidad cívica que UNRWA me inculcó, soy un empresario palestino orgulloso de poder devolver a la sociedad y a mi pueblo parte de lo que he recibido.
De un hombre de negocios a otro, pido al Presidente Trump y a su equipo que considere el impacto a largo plazo sobre los niños y niñas que se verán privados de comida, atención médica, empleos y, quizás lo más importante, de educación, como resultado de estos recortes de fondos.
UNRWA es un ancla para los refugiados palestinos y es fundamental para el bienestar social y económico de sus familias y comunidades. Sin ella, la paz seguirá siendo inalcanzable.
Zahi Khouri es un empresario palestino-estadounidense, fundador y presidente de National Beverage Co. y ganador del premio Oslo Business for Peace Award 2015.Zahi Khouri
Nací en Jaffa, Palestina, en el seno de una familia trabajadora y próspera de palestinos cristianos. En 1948, cuando solo tenía 10 años, mi familia y yo nos vimos obligados a huir de nuestro hogar tras la creación de Israel, dejando atrás a nuestros amigos, el negocio familiar, y nuestro cómodo estilo de vida. Subimos a bordo del barco que mi padre utilizaba para exportar sus naranjas, y navegamos hasta Líbano.
Rápidamente comenzamos a establecer una nueva vida allí, tuvimos suerte de poder instalarnos en una modesta casa que nos prestaron unos amigos de mi padre. Para todo lo demás, a parte de este humilde refugio, nos vimos obligados a recurrir a la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA), que fue establecida poco después del desplazamiento masivo de Palestinos para atender las necesidades básicas de toda la comunidad refugiada de Palestina.