UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.
El trauma de los niños en Gaza a través de sus dibujos
Más allá de las muertes y las lesiones físicas, la guerra también se está cobrando un precio extraordinariamente alto en la salud mental de todos los habitantes de la franja de Gaza.
Un millón de niñas y niños sufren traumas diarios en Gaza. 17.000 de ellos han perdido a sus padres y madres o están separados de sus familias y se enfrentan a una realidad desgarradora en soledad.
Los niños y jóvenes, en particular, se están viendo profundamente afectados y enfrentan angustia aguda, estrés postraumático, problemas de conducta y confusión emocional. Una preocupación particular es el futuro de los aproximadamente 17.000 niños que, trágicamente, ahora se encuentran solos o separados de sus padres. Y en general, hasta el 70% de los casi 1 millón de niños y adolescentes de la franja de Gaza padecen trastorno de estrés postraumático.
Como en las zonas de guerra de todo el mundo, los dibujos ofrecen una visión cruda del impacto del trauma en los niños.
Asmaa es madre de tres niños pequeños. Ella, su marido y sus hijos fueron desplazados al comienzo de las hostilidades en Gaza. Asmaa ha compartido dibujos de sus hijos, realizados mientras buscaban refugio en una instalación de UNRWA. Primero utilizó los dibujos para animar a sus hijos a hablar sobre sus sentimientos y pensamientos. Asma hablaba con sus hijos cada vez que terminaban un dibujo.
“Al principio, los dibujos servían como medio para animar a mis hijos a hablar sobre sus sentimientos y pensamientos”, señala Asmaa. Su hija Menna, de seis años, hizo el dibujo de arriba. “Una escena triste donde un niño pobre dormía en una cama en la calle sin refugio. De repente, un avión de combate apareció en un cielo ya lleno de personas convertidas en estrellas. Los cohetes comenzaron a caer y el niño perdió la vida, uniéndose a las estrellas de arriba”, describe Menna.
“Me preocupa que estas percepciones y reacciones puedan dar lugar a posibles problemas en el futuro, especialmente cuando asistan a la escuela”, lamenta Asmaa.
“He observado un cambio notable en su comportamiento. Mi hija mayor, en particular, muestra una mayor sensibilidad. Llora con frecuencia, al menos una o dos veces al día. Incluso los momentos que comienzan con alegría pasan rápidamente a la tristeza. A menudo expresa que extraña a sus tías, su abuela y sus amigas de la escuela”, explica Asmaa. Mientras tanto, su hijo Khayri, de cinco años, dibujó la imagen de arriba. “En un tiempo y lugar perdidos en este mundo injusto, sólo había casas llenas de tristeza y lágrimas, donde un árbol rezaba para que todo terminara. Del cielo llovieron fuegos, misiles, ira y odio. Un gran torbellino nació y se tragó todo a su paso. El árbol cayó, las casas se derrumbaron y los sueños dentro de las casas desaparecieron”, así recuerda Asmaa lo que Khayri describió cuando lo dibujó.
En investigaciones anteriores realizadas en Gaza, se destacaron las disparidades de género, que revelan que las niñas soportan una carga desproporcionadamente mayor de estrés y ansiedad que los niños. Mira, de 3 años, hizo el dibujo de arriba. Asmaa lo describe: “Una madre valiente protege valientemente a su pequeño incluso cuando se encuentra rodeada de muertos. Mientras su corazón tiembla de miedo, su valentía y amor por su hijo brillan como una luz en la oscuridad”.
“Mi hija menor vuelve a comportarse como un bebé, como una niña de unos meses de edad. Durante estos episodios, no habla, se tumba en el suelo y sólo pronuncia letras fragmentadas, parecidas a los sonidos que emiten los recién nacidos, como ”mma bbba“, dice Asmaa.
Algunos estudios sugieren que cuanto más prolongado es el conflicto, más graves son los síntomas. Estos incluyen sentimientos de desesperanza y trastornos disociativos, con síntomas comunes como la desvinculación del mundo externo. Asmaa explica lo que la pequeña quiso transmitir con otro de sus dibujos: “Las madres están llenas de tristeza. Cada madre e hija están dibujadas en un color especial. Todos lloran porque sus casas –los escombros azules– han sido destruidas. Día tras día, las madres empiezan a perder a sus hijos y, al final, los pierden a todos”.
Asmaa y su familia fue evacuada a Turquía, donde Gaza permanece en la mente de sus hijos. “El tema de Gaza domina nuestras conversaciones diarias... mis hijos lo mencionan incesantemente, no menos de cien veces al día”, dice. Menna realizó otro dibujo a modo desahogo cuando un complejo residencial completo fue destruido. “Llovieron sobre él bombas. Trágicamente, muchos niños inocentes perdieron la vida y, en su memoria, sus espíritus se elevaron al cielo, donde ahora brillan como estrellas”, le dijo Menna a su madre.
Recordemos que la guerra en Gaza ya se ha cobrado más de 31.000 vidas palestinas. Los niños constituyen más de 13.000 de los muertos. Casi 74.000 personas han resultado heridas, entre ellas miles de niños y niñas.
UNRWA continúa brindando servicios de apoyo psicosocial, incluidos servicios de primeros auxilios psicosociales y consultas de apoyo psicosocial y sesiones de intervención en la franja de Gaza. De forma constante se realizan sesiones de manejo de la fatiga psicológica, así como actividades grupales y recreativas. Desde que comenzó la guerra, alrededor de 570.000 desplazados internos han recibido apoyo, entre ellos más de 300.000 niños.
Más allá de las muertes y las lesiones físicas, la guerra también se está cobrando un precio extraordinariamente alto en la salud mental de todos los habitantes de la franja de Gaza.
Un millón de niñas y niños sufren traumas diarios en Gaza. 17.000 de ellos han perdido a sus padres y madres o están separados de sus familias y se enfrentan a una realidad desgarradora en soledad.