'Traitors' llegó a Antena 3 con un Juanra Bonet metido en su papel y su propio cónclave de anónimos dispuesto a todo

Este miércoles, 7 de mayo, Antena 3 estrenó Traitors, su nuevo reality producido con Gestmusic (Banijay Iberia), que ya lanzara Max hace ahora dos años, aunque con dos diferencias importantes: en la plataforma lo presentaba Sergio Peris-Mencheta y los concursantes eran 18 famosos.
En esta nueva temporada, es Juanra Bonet el maestro de ceremonias, totalmente metido en su personaje, casi salido de cualquier novela de Agatha Christie, y dejando con ganas de más. Porque el presentador aparece poco, y con un perfil bajo ante los participantes, dejándoles el protagonismo absoluto, pero sembrando algunos guiños cómicos para ver crecer la complicidad con ellos.
Por lo que el gran peso del formato lo llevan los 18 anónimos que llegan en el momento histórico perfecto para mostrarnos lo que podría estar pasando de puertas para adentro del cónclave para elegir al sucesor de Francisco. Los concursantes son víctimas y verdugos de traiciones, sospechas, secretos y estrategias sin descanso.
Lejos del deseo de Bonet de que el espectador lo sienta más como una serie que como un reality, el público nota a la perfección las costuras del primer formato citado, pero eso no resta, al contrario, podría sumar al sentirlo como un experimento sociológico de hasta donde llegan nuestros límites con tal de ganar.
Como también podría sumar esta edición de anónimos, y no famosos, ya que los primeros pueden despistar con más secretos. De los segundos solemos tener mucha más información, por lo que la capacidad de sorpresa es menor.
Estos son los 18 concursantes anónimos y los tres traidores
El programa no dejó descansar al espectador, ya que la presentación de los concursantes arrancó desde sus primeros segundos, con el nombre, edad y profesión de cada uno:
David “Popeye”, 44 años, ex boina verde
Eva, 30 años, marketing digital
Marhya, juez internacional de gimnasia, 58 años
Blanca, 31 años, tatuadora
Sieira, 23 años, estudiante y árbitro
Juan Cuesta, 60 años , expaparazzi
Vicky, 41 años, administrativa
Paula, 23 años, creadora de contenidos (su madre es Anuska)
Anuska, 52 años, empresaria (su hija es Paula)
Cano, 32 años, publicista
David, 35 años, adiestrador canino
Charo, 63 años, asesora fiscal
Julio, 34 años, profesor universitario
Vergara, 46 años, comercial
Lucía, 27 años, diseñadora de videojuegos
Lía, 27 años, enfermera
Carlos, 24 años, influencer de viajes
Juan Ferrer, 36 años, el hombre más fuerte de España
De todos ello, Bonet escogió a dos para convertirles en traidores: Vicky y Carlos. Y ellos dos eligieron a Popeye para ser el tercero de su grupo.
La mecánica del reality y la primera “cagada” de uno de los traidores
La mecánica es la misma que la del formato de famosos: 18 concursantes conviven en el Monasterio de Piedra divididos en dos grupos. El primero está compuesto por tres 'traidores' elegidos al inicio de la primera entrega.
Y el segundo, por 15 'fieles'. El objetivo de los 'traidores' es mantener oculto su rol y acabar, uno por uno, con todos los 'fieles'. Y el de los 'fieles', descubrir quiénes son los tres 'traidores' que viven con ellos.
Sin embargo, el primero en “cagarla” fue Carlos que en un descuido comentó a uno de los fieles que esa noche “matamos”, por lo que levantó todas las sospechas de que podría ser uno de los traidores.
Al final de cada día, los participantes votarán en una mesa redonda cuál de ellos debe ser eliminado. Cada concursante expondrá los indicios por los que cree que tal o cual persona es un 'traidor' y tratará de convencer al resto de que voten lo mismo que él. Los 'fieles' votarán a ciegas, mientras que los 'traidores' intentarán eliminar al 'fiel' que más les interese en cada momento.
Cada noche, tras la mesa redonda, los 'traidores' se reunirán en el cónclave para 'asesinar' a uno de los fieles, que dirá adiós al programa. Pero antes, por la mañana, los participantes deberán trabajar en equipo para superar diversas pruebas con dos objetivos: sumar dinero al premio final y optar al escudo que les da inmunidad frente al 'asesinato' de los 'traidores'.