Crítica

7 motivos por los que 'Los hombres de Paco' sí consiguen mantener su esencia en su regreso

Imagen de la nueva temporada de 'Los hombres de Paco'

Laura García Higueras

Vivimos tiempos en los que reavivar la nostalgia se ha convertido en una constante. Inmersos en plena era de revivals -véase El Internado: Las cumbres, Física o química, Los protegidos o Friends, por citar solo algunos ejemplos-, Los hombres de Paco también reclaman su pedazo del pastel, dispuestos a volver a conquistarnos. Equipo y elenco se han pasado semanas de promoción asegurando que la continuación de la mítica serie iba a mantener “su esencia”; la naturaleza con la que la ficción ha envejecido sorprendentemente bien diez años después de su final.

“Los Pacos” consiguieron ganarse el cariño de una audiencia que asistió a sus más inverosímiles, divertidas y torpes misiones, confiando en cómo su desparpajo, inocencia y vocación les permitirían seguir resolviendo todos los casos. Paco (Paco Tous), Mariano (Pepón Nieto) y Lucas (Hugo Silva) se convirtieron casi en miembros de la familia, nos divertimos con sus hazañas, su buen hacer, sus preocupaciones, enredos y amoríos; disfrutando y sufriendo con ellos. Sobre todo, porque era difícil que algo les saliera bien a la primera, circunstancia que se convirtió en una bomba de empatía para el público que, pasara lo que pasara, siempre quisimos que triunfaran en sus intentos.

El primer capítulo de su regreso se estrena este lunes en Antena 3 (22:45h) y Atresplayer Premium. La plataforma será quien que albergue a partir de entonces, cada domingo, las nuevas entregas de la producción. El debut de la continuación -único al que al prensa hemos tenido acceso- sirve como aperitivo de lo que promete ser un gran banquete de esa prometida esencia, pero evolucionada. Una década después, todos hemos cambiado, guionistas, personajes y casting también, por lo que realmente la expectativa no está en verles exactamente igual y donde les dejamos. La riqueza y reto estaba en conseguir una elipsis coherente y que generara el suficiente interés como para querer saber qué ha sido de ellos.

Si Lucas y Sarita siguen juntos, si el grupo se mantiene, qué cargos ocupan, si alguno se ha casado o ha incluso dejado la policía, si la comisaría sigue siendo la misma, si han sido padres. Y del mismo modo, seguir reflejando el ahora de una España (audiencia, gustos y paradigma incluidos) muy diferentes a la de mediados de los 2.000. Ahora impera lo tecnológico, las redes sociales. Los protagonistas pertenecen a una generación que dista de los nativos digitales, pero que ha tenido que adaptarse de igual forma. Siendo una serie basada en generar comedia de lo cotidiano, nada de todo esto podía faltar. Y está. Para corroborarlo, recopilamos 7 puntos que demuestran que Los hombres de Paco no solo siguen siendo los mismos, sino que se han permitido madurar como el buen vino.

1.) Humanidad y humor ante el abismo

Si algo caracterizó a Los hombres de Paco en su momento es que eran buena gente. ¿Metían la pata? Sí, pero no por maldad, egoísmo o hipocresía. Lo hacían porque se permitían ser humanos. Esto no quiere decir que fueran unos santos a venerar. Cometieron y siguen cometiendo errores, pero también se mostraron vulnerables, acertaron con su intuición y dieron ejemplo con su lealtad. Alejados de la figura de héroe impertérrito, implacable y perfecto; aquí la admiración la genera la naturalidad, espontaneidad y humildad con la que afrontan cada 'peligro'. Esa heroicidad terrenal que conecta con la voluntad inherente de querer hacer las cosas bien, de sumar, conseguir y celebrar.

Otra clave fundamental es tomarse las cosas con humor y la gran virtud que implica ser capaz de reírse de uno mismo. Sin duda, la mejor arma de Los Pacos. En su regreso va a seguir estando. De nuevo, sin caer en la caricatura, que no es ni lo que pretenden ni esperan. El humor es un pilar básico del entretenimiento, y no habría tenido sentido prescindir ni un ápice de él.

2.) Los Pacos son mucho más que tres 'garrulos'

Antes del regreso de Los hombres de Paco, el ejemplo más reciente en la ficción de retrato de cuerpos de Policía fue la potentísima Antidisturbios, que nada tiene que ver en foco, objetivo ni en forma. En el caso de la serie de Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen, sus protagonistas son víctimas de una masculinidad que no les hace ningún bien, de un sistema que acoge la violencia y que les convierte en el último y culpable eslabón de los 'marrones' por los que deberían pagar otros.

Los líderes de la ficción de Atresmedia son los integrantes de una comisaría que se sale de este esquema, que no pecan al mismo nivel de paternalismo, que no tienen tanto que cumplir con el insano canon de hombre, blanco, heterosexual que todo lo puede y que nada teme. Los Pacos tienen miedo y lo demuestran, sienten y lo demuestran, lloran sin avergonzarse, hacen la compra, cambian pañales y luchan por recuperar al 'amor de su vida'.

3.) Acción y adrenalina

La serie sigue siendo un policíaco que se entrega a la acción, ahora con una factura que ha mejorado notablemente y les ha permitido rodar secuencias de persecuciones bastante más elaboradas y lucidas. No podían faltar tampoco para generar tensión, anclar en el sofá y obligar a entrecerrar los ojos por si acaban atropellando ese “carrito” o son fusilados en un tiroteo sin, aparentemente, demasiadas esperanzas de salir vivos. El ritmo es bueno, se ve rápido y fácil, con una bien medida combinación de secuencias de desenfreno y de desahogo. Además, la renovada paleta de color les permite transmitir nuevos matices.

4.) Casos importantes y a la altura

Más allá de la comedia y parodia, Los hombres de Paco son creíbles porque les son asignados todo tipo de casos. No hay nada de menosprecio a esta aparentemente torpe panda de agentes. En ese “hacer las cosas a nuestra manera”, obtienen los resultados que esperan. No tienen un pelo de tontos y no dudan en decir que 'sí' a las situaciones más disparatadas si son las necesarias para sacar adelante la trama que toque. Ahora es una amenaza nuclear la que en primera instancia les azota. Pero, dado el punto de partida, podemos confiar en que vendrán más amenazas dignas para la ocasión y que seguirán ancladas a la realidad con la que nos topamos el resto. Ya como anticipo, en la presentación avanzaron que aparecerán la tumba de Franco, el independentismo y la reina Letizia.

5.) Ellas también cuentan (y mandan)

Lola, Sara, Rita y Silvia ya fueron fundamentales en la primera etapa de Los hombres de Paco, que vuelven sumando a sus filas a nuevos personajes femeninos como Ika (Amaia Sagasti) y Dolores (Amparo Larrañaga). Sarita es ahora la inspectora jefe más joven de España; mientras que Rita y Lola ocupan cargos superiores. Entonces la figura del personaje encarnado por Michelle Jenner permitió que muchas mujeres vieran en la Policía un destino igual de posible. Pero, más allá de los servicios de vigilancia, hacía falta igualmente que ellas siguieran estando ahí, ocupando cargos de poder y siendo tan necesarias para los Pacos como ellos lo son para ellas.

6.) “Parece que va a llover”

Si echamos la vista atrás, suele ocurrir que las ficciones que han conseguido no calar, sino empapar al público, han sido aquellas que han contado con historias de amor épicas e inolvidables. Sin duda, la de Sara y Lucas fue una de ellas. Todo aquel que intentó entrometerse en su amor imposible -por eso nos enganchó tanto- fue en seguida descartado del mapa para conseguir que lo único que quisiéramos, como ellos, es que “pareciera que va a llover”. O también: “Te regalaría una bola del mundo para jugar contigo a cerrar los ojos y hacerla girar y señalar los sitios donde podríamos ir juntos... ¿Sabes la cantidad de lugares donde podríamos ser felices tu y yo?”.

Imposible no acordarse y no dejarse engatusar por su tierna y eterna relación que -menos mal- se ganó el beneplácito del suegro Paco Miranda. El tiempo ha pasado igualmente para ellos -ya podrían haber tomado nota en Cuéntame en su tratamiento de Carlos y Karina-, pero la serie se ha permanecido fiel a una historia por la que tanto se apostó en su momento.

7.) Salto temporal bien aprovechado

Como comentábamos, el salto temporal podía ser una herramienta a favor...o en contra. En este caso, ha servido para adaptar a los Pacos a los nuevos tiempos. A las clases de mindfulness, a los coches automáticos, a Instagram, a los vídeos virales de YouTube y a Siri. Elementos con los que la ficción juega para que Pepón Nieto y Paco Miranda brillen dibujando sonrisas, y alguna que otra carcajada entre los espectadores.

Más allá de las cuestiones dadas por contexto, los diez años transcurridos les han hecho ganar en madurez. El tiempo ha pasado por ellos y ellos por el tiempo. El resultado: contar con una mochila de experiencia, reflexión, dolor y alegrías con las que seguir mirando al mundo con la misma determinación e inocencia; pero también con un prisma de tesón y sensatez aún más valiosos para su profesión, y para buscarse la vida si les toca reinventarse. ¿Acaso no hay algo más actual? “Pase lo que pase, siempre seremos Los hombres de Paco”, recitarán ellos mismos. Menos mal que han sido capaces de traducirlo en imágenes, tramas, miradas y nuevas aventuras.

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