Posiblemente no sepa quién es Aida Domènech pero sí haya oído hablar de Dulceida. Ambas son la misma persona: la mujer que ostenta el liderazgo entre los influencers españoles. Más de 3,2 millones de personas la siguen en Instagram, la red social que ha convertido en su empresa, en el escaparate donde luce las marcas que compran el carisma de esta catalana de 33 años que acaba de lanzar su propia serie documental en Amazon Prime Video.
Este viernes 4 de noviembre se ha estrenado Dulceida al desnudo, la docuserie de cuatro capítulos en la que Domènech muestra lo que quiere mostrar. “Aquí me van a conocer en todas mis formas porque se me ve feliz, emocionada, nerviosa... Es como si dejara a la gente ver mi vida por una mirilla”, explicaba a verTele antes del estreno de esta producción que dirige Alberto Oliva bajo el paraguas de Mediaset España en colaboración con Producciones Mandarina.
El público parece estar bastante interesado en las extravagancias de celebrities como Dulceida. De lo contrario no tendrían millones de seguidores en Internet ni habrían surgido proyectos como este, que se parece bastante a las docuseries de Tamara Falcó y Georgina Rodríguez.
Quienes impulsan estas producciones nos quieren hacer creer que van a mostrarnos el lado desconocido de toda esta gente famosa que no se caracteriza precisamente por cuidar su privacidad. La realidad es que siempre nos encontramos ante documentales edulcorados que enseñan más bien poco y, por supuesto, evitan cualquier polémica que pudiera dejar mal paradas a sus protagonistas. No nos sirven para conocer a la persona; son pura propaganda.
Dejando a un lado esta premisa que sirve para todos los ejemplos citados y que conviene recordar para no llevarnos a engaño, Dulceida al desnudo tiene algunos momentos que agradecerán los seguidores de la influencer catalana. Aunque en las redes sociales Domènech comparte con ellos muchos aspectos de su vida, la docuserie de Prime Video nos permite acompañarla en esa actividad frenética que tiene delante y detrás de las cámaras.
También nos muestra algunas situaciones íntimas de su protagonista. Sus despertares malhumorados, sus problemas de salud, su terapia en el psicólogo, el trauma de tener que denunciar a una acosadora y dos momentos críticos que le dejaron el ánimo por los suelos: la ruptura con su mujer Alba y la muerte de su abuela.
En el documental conocemos a sus padres, su hermano Álex y a compañeros de profesión como Laura Escanes, Madame de Rosa, Luc Loren y las influencers colombianas Calle y Poché. Con ellos pasa algunos momentos íntimos que la bajan de los altares, que le dan este toque de humildad que es difícil de encontrar en esos ambientes glamurosos que frecuenta. Aquí la vemos reír, llorar, sufrir y competir por mantenerse en la cúspide del olimpo de los influencers.
El documental de Prime Video nos explica quién es Dulceida pero solo nos ofrece unas pinceladas sobre Aida Domènech. Cierto es que se muestra natural cuando habla de sus sentimientos o cuando se refiere de forma tan explícita al problema de salud que tiene en los genitales, del que habla sin tapujos y en total confianza pese a que las cámaras están presentes. Sin embargo, la parafernalia que la rodea hace que todo parezca plástico.
Dulceida al desnudo es otra docuserie que se sirve de lo poco o mucho que quiera contar su protagonista. Funciona bien porque es ágil y tiene algunos elementos de tensión que enganchan, pero parece que está hecho para contentar a sus fans –que no son pocos– más que para el conocimiento general.
De hecho, da la impresión de que sería injusto emitir una opinión sobre Dulceida basándose simplemente en lo que muestra el documental. Y esa es la mayor prueba de lo superficiales que pueden llegar a resultar este tipo de series.