Aitor Albizua celebra el primer año de 'Cifras y letras': “Cuando despuntó 'La Revuelta' pensé que nadie nos vería”

Aitor Albizua, en el plató de 'Cifras y letras'

Pedro Zárate

La presente etapa de Cifras y Letras celebra este miércoles 15 de enero (21:30h) su primer año de vida en La 2. Doce meses atrás, la cadena pública dio la sorpresa recuperando el mítico concurso para una franja huérfana de ellos, el access prime time. Era abrir “una puerta hacia lo desconocido”, tal y como reconoce ahora, su presentador, Aitor Albizua, que ahora celebra con verTele el éxito de tan arriesgas apuesta.

En este tiempo, Cifras y letras ha ganado un premio Iris y ha sido reconocido en el FesTVal de Vitoria, pero su mayor logro es haber conseguido hacerse un espacio en el tramo de emisión más competitivo de la parrilla. Así lo reflejan sus cuotas, que rondan el 5% con picos por encima del 6%, el doble de lo que La 2 suele promediar a diario.

El éxito del programa es consecuencia, entre otras razones, de su capacidad para usar una marca mítica y adaptarla a los nuevos tiempos a nivel de tecnología, ritmo y el papel del propio presentador. “Tenía muy claro que si me ponía muy serio y muy académico, el programa podría resultar muy aburrido. Y tenía claro que se podía divulgar siendo simpático y teniendo buen rollo”, comenta Albizua, que en todo momento manifiesta su respeto por las anteriores etapas del concurso, todas ellas hechas “a su manera y con sus circunstancias”.

La presencia de concursantes tan asombrosos como Álvaro Gamboa, Fer Castro y Carlos Rodríguez también ha ayudado al programa, cuya recuperación ha sido uno de los grandes aciertos de RTVE en el último año. Con permiso de La Revuelta, claro. “Según empezó a despuntar y consolidarse pensé que a nosotros nos barrería, que de 21:30 a 22h nadie vería Cifras y Letras”, reconoce Albizua sobre el show de David Broncano, al que atribuye parte del buen rendimiento de su programa: “Ayudó a poner el foco en esa franja, a que muchísima gente se empezase a fijar en el access y a que fuese tema de conversación y el centro de las informaciones televisivas”.

Aun así, el mérito de Cifras y letras es del propio programa y de su propuesta. “Hay gente que, hastiada de cierta información política y de otro contenido, encuentra en nosotros ese momento de tranquilidad, de entretenimiento y de concentración que le permite conseguir esa paz mental necesaria para poder dormir”, valora al respecto Albizua, que más que dormir, dice estar “cumpliendo el sueño de un adolescente mariquita”. Un momento profesional que no podía imaginarse hace un año, cuando vivió con tristeza la cancelación de El Comodín (La 1), pero que ahora mismo es toda una realidad.

Ha pasado un año del estreno de 'Cifras y letras'. ¿Cómo ha pasado este tiempo para ti?

Ha pasado rápido y lento al mismo tiempo. Por un lado, no me creo que sea ya otra vez 15 de enero, el aniversario de la primera emisión. Y por el otro, han pasado tantas cosas que no me creo que solo haya pasado un año. El tiempo tiene esta cosa tramposa, pero supongo que es una buena señal y un síntoma de que hemos hecho un buen trabajo. Ha sido un año superfeliz, la verdad.

Entiendo que el balance de este primer año es difícilmente mejorable.

Si hubiéramos tenido esta entrevista hace un año y me hubieras dicho entonces que íbamos a ganar un premio Iris, que nos iban a premiar en el FesTVal, que nos iban a ampliar a los viernes o que íbamos a tener programas especiales por Navidad, te hubiera dicho a todo que no (risas). Bueno, más que no, te hubiera dicho que ojalá. Cuando empiezo un proyecto soy muy prudente, y todas las alegrías que nos ha dado Cifras y letras en este primer año espero que solo sean la base sobre la que seguir creciendo. Para mí, todo esto ha sido inesperado para bien.

Espero que todas las alegrías que nos ha dado 'Cifras y letras' en este primer año solo sean la base sobre la que seguir creciendo

Aitor Albizua

Hablando de entrevistas de hace un año, dijiste en verTele que ir al access te parecía “una cosa extraña” y que veías con “incertidumbre” la emisión de 'Cifras y letras' en esa franja. Imagino que ahora la extrañeza y la incertidumbre han desaparecido por completo.

La verdad es que sí. Aquella sensación de prudencia era generalizada. Antes de que empezase La Revuelta y otros proyectos, la mentalidad era de 'bueno, a ver qué pasa'. Estábamos abriendo una puerta hacia lo desconocido, pero me fiaba del buen ojo de la cadena y de la productora. Ahora, evidentemente, solo tengo que darles la razón y, por supuesto, también dar las gracias a la gente que se ha unido a Cifras y letras. Para mí, que Cifras y letras se haya convertido a las 21:30h en La 2 en una cita ineludible para mucha gente, en una parte más de su rutina, es la leche. Me emociona muchísimo.

¿Qué pensaste cuando llegó 'La Revuelta' y empezó a despuntar en audiencias?

Me alegré muchísimo porque ya era fan de La Resistencia. Además, me molestaba toda esta oleada de desinformación que se había armado en torno al fichaje [de Broncano por La 1] y, al mismo tiempo, todos estábamos expectantes. Recuerdo que según empezó a despuntar y consolidarse pensé que a nosotros nos barrería, que de 21:30 a 22 horas nadie vería Cifras y Letras. Pero todo lo contrario. La Revuelta ayudó a poner el foco en esa franja, a que muchísima gente se empezase a fijar en el access y a que fuese tema de conversación y el centro de las informaciones televisivas. Esto ha ayudado a que muchos espectadores descubran Cifras y letras, aunque creo que ha sido positivo para todos los que estamos en esa franja.

¿Os ha podido beneficiar también todo el ruido y toda la politización que ha habido alrededor de su duelo con 'El Hormiguero'? Puede que algunos espectadores os encontraran a vosotros buscando una alternativa fuera de los dos bandos.

Puede ser. Está claro que Cifras y letras no es de un bando ni de otro. Sí, estamos en La 2, en RTVE, pero es un programa divulgativo y educativo, y así queremos que siga siendo. Queremos que aúna a todos los públicos y que tenga una diversidad de apoyos, porque al fin y al cabo, el programa habla de lo que dice su nombre, de cifras y de letras.

A mí se me acerca gente que, hastiada de cierta información política y de otro contenido, encuentra en nosotros ese momento de tranquilidad, de entretenimiento y de concentración que la aísla de todo ese ruido y le permite conseguir esa paz mental necesaria para poder dormir. También pienso en muchísimas familias y en muchísimo público grande que tiene derecho a ver la televisión y que está al margen de todas esas polémicas. Es gente que nos ve como un producto amable que le puede aportar algo. Yo creo que sí, algo seguro ha tenido que ver.

Entiendo que, en este contexto, el éxito del programa sabe mejor. Al fin y al cabo, a los obstáculos que podía tener 'Cifras y letras' cuando se estrenó, en septiembre se sumó el éxito de 'La Revuelta', que ni os ha perjudicado ni os ha impedido firmar vuestros mejores datos de audiencia.

Sí, nosotros crecimos en audiencia en el momento en que coincidimos con el programa más visto de una cadena. Esto es mérito del equipo y del público, pero a mí me reconforta igual. Estoy muy pendiente de la información televisiva porque soy muy friki de estos temas, pero cuando estoy trabajando me aíslo de ellos porque hagamos un buen o mal dato, al día siguiente hay que volver a grabar.

Cuando os dieron el Premio Iris de la Crítica, el jurado destacó la capacidad del programa para “reinventarse” en esta nueva etapa. Para ti, ¿cuál ha sido la clave de esta reinvención?

Creo que en la digitalización y el ritmo. La televisión de 2024, o ahora de 2025, no puede ser igual que la de los 90. Esto chocó a los fans de las primeras etapas por la idea y el recuerdo tan dulce que tenían en su cabeza de lo que era el programa. La mayoría de las críticas iban en esa dirección, gente a la que le molaba la romantización de Cifras y letras o que pensaba que íbamos muy rápido. Y puede ser, pero es que tenemos que hacer una televisión actual.

Además, yo tenía muy claro que si me ponía muy serio y muy académico, el programa podría resultar muy aburrido. Y tenía claro que se podía divulgar siendo simpático y teniendo buen rollo. Es decir, yo no tenía que cambiar mi manera de hablar y presentar por estar en Cifras y letras. A esto han ayudado muchísimo y lo han sabido hacer desde el principio Elena (Herraiz, experta en letras del programa) y David (Calle, experto en números), que ya tenían esas cosas a la hora de enseñar y divulgar.

Todo esto ha sido clave, aunque no hay que desmerecer, ni mucho menos, las etapas anteriores del programa, pues cada una fue hecha a su manera y con sus circunstancias. Pero el tono, la digitalización (tablet y pantalla) y el ritmo era básico cambiarlos, y teniendo como referencia la versión francesa, poco a poco vamos encontrando el tono adecuado.

Al final, se trataba de tocar las teclas justas para mantener la esencia de Cifras y letras y, al mismo tiempo, conseguir romper la barrera de la nostalgia.

Totalmente. Además, superar esa nostalgia no es fácil. Tanto en la vida como a nivel audiovisual superar un recuerdo o ese imaginario colectivo, en este caso un programa de televisión, y conseguir el mismo enganche con otras características no es fácil. Muchas veces tampoco es fácil superar las expectativas o ese recuerdo, que en multitud de ocasiones se ve modificado por el paso del tiempo. En este caso, sin embargo, era real. Cuando se anunció Cifras y letras, en parte yo sí temí un poco por cuánto nos pesaría el recuerdo de las etapas anteriores. Pero bueno, creo que con el trabajo diario y el paso de las grabaciones lo estamos superando.

'La Revuelta' ayudó a poner el foco en la franja del access y a que muchísima gente se empezase a fijar en ella. Esto ha ayudado a que muchos espectadores descubran 'Cifras y letras'

Aitor Albizua

Por esta etapa ya han pasado grandes concursantes como Fer Castro, Álvaro Gamboa o Carlos Rodríguez. ¿A concursantes así los ves venir desde el principio?

Te diría que sí, pero creo que no. El proceso de casting consiste en rellenar un formulario, hacer una prueba de nivel y demás, pero hay gente muy muy buena en su día a día que hace pruebas muy buenas y que, por X motivo, llega al plató y no da la talla.

Además, yo no tengo información al respecto. A mí me dicen, por ejemplo, en el caso de Álvaro, que se llama Álvaro, que es de Madrid, que estudia Matemáticas, y ya está. Yo, poco a poco, voy descubriendo al concursante, sobre todo cuando van pasando programas, veo que se quedan y veo que hacen gestas en varios programas que no son casualidad, sino que detrás de ellas hay mucho talento y mucho conocimiento. Ahí es cuando me doy cuenta de su valía y cuando pienso “qué ganas de que la gente los vea”.

Pero ya te digo que muchas veces es aleatorio. Por aquí ha pasado gente preparadísima, que ha estudiado muchísimo y que ha practicado muchísimo con las cuentas que, de repente, se pega la leche en el primer o el segundo programa. A veces también pasa al revés, gente que aguanta un poco más por suerte. En cualquier caso, agradezco muchísimo que gente tan top y con tanto conocimiento sea tan generosa como para venir a jugar con nosotros a Cifras y letras.

Entiendo que los concursantes que más destacan funcionan, a su vez, como un reclamo para que vengan otros.

Absolutamente. Es un pique y un reclamo para que haya competencia y para que la gente lo vea, porque al público le mola que haya grandes duelos y concursantes de nivel. Además, a veces ese pique va un paso más allá y provoca que mucha gente que está viendo el programa en casa se presente al casting y se prepare para concursar. También hay gente que viene, no con miedo o acongojada, pero sí preocupada pensando que iba a enfrentarse a Álvaro o Carlos cuando aún estaban en el programa. Pero claro, a lo mejor se encuentran con alguien que aún no habían visto en pantalla, pero que es igual de bueno que ellos.

Pero sí, ese pique motiva a la gente a presentarse. De hecho, el equipo de casting me dice que no necesitamos movernos para encontrar gente porque hay miles de solicitudes de personas que quieren participar. Lo que pasa es que tenemos un número de programas grabados y unos filtros de casting que van poco a poco. Hay gente incluso que me escribe a mí para decirme 'oye, que os escribí hace mucho y no me habéis contestado'. Calma, calma, que tenemos los recursos que tenemos y vamos despacio.

Estamos hablando del primer aniversario de 'Cifras y letras', cuyo estreno se produjo poco después de la cancelación de 'El Comodín'. Lo normal, cuando un presentador se queda sin programa, es que permanezca un tiempo en la sombra hasta volver con el siguiente. Tú, en cambio, has compaginado 'Cifras y Letras' con tu segundo 'Telepasión' consecutivo y con tu segundo año, también consecutivo, presentando 'La noche del Benidorm Fest'. Se puede decir que, pese a quedarte sin 'El Comodín', has visto reforzada tu posición en TVE.

Todo esto lo veo como si estuviera viviendo un sueño [risas]. No soy consciente de que me dedico a lo que me estoy dedicando y de que me están dando tantas oportunidades. No me gustan nada, pero nada, las frases hechas del tipo 'cuando se cierra una puerta, se abre otra', pero en mi caso se cumplió. Solo puedo estar agradecido a los jefes y jefas de RTVE de que me den oportunidades de crecer haciendo. Al final, quiero creer que soy un recién llegado a esto de la televisión; cada vez menos, pero tengo mucho por hacer y por aprender, sobre todo, y que me dejen aprender en directo, con proyectos que poco a poco van encajando, es un privilegio inmenso.

En este mundo las oportunidades son muy pocas, sobre todo porque en este mundo la imagen pública y mediatizada, es decir, el ser famoso y conocido, pesa mucho. Muchas veces es más fácil poner a un presentador o presentadora ya conocido, o que tenga muchísimos seguidores en redes sociales, antes que a un chico vasco que está empezando y que poco a poco quiere hacer una carrera televisiva. Hay que dar ese paso de riesgo.

Teniendo en cuenta todas circunstancias, yo aún no me creo nada de esto. Me siento un privilegiado. Ojalá dure muchísimo, ojalá siga teniendo oportunidades y ojalá, por supuesto, dure muchísimo Cifras y letras. Hace un año, cuando aún estaba triste con la cancelación de El Comodín, nunca me hubiese imaginado que me pasarían todas estas cosas, qué va, qué va. Sigo como en un sueño televisivo. Voy a trabajar como si fuese a trabajar a una redacción cualquiera, pero sin ser todavía consciente de que soy el presentador o de que la gente me reconoce por la calle (risas). Esto último me sorprende genuinamente, y aunque es normal, aún digo “joder, qué fuerte”.

Al final, en tu caso todo ha ido muy rápido. Tu primer programa de televisión, aún en ETB, fue en 2021. Es decir, hace solo cuatro años.

Sí, ese año pasé de la radio a la televisión en ETB, que para mí ya fue como “guau, qué raro que me hayan cogido a mí en este casting”. Un año después fue el casting de El Comodín, que me avisaron el 2 de septiembre de 2022. No, no hace tanto de aquello.

Por eso digo que te han pasado muchas cosas en muy poco tiempo.

Claro, claro. Entre ellas, ser una de las caras de la programación de Navidad de RTVE o estar en la final del Grand Prix navideño. Son cosas que me llevan a preguntarme qué está pasando con mi vida. ¿Qué es esto? Estoy cumpliendo el sueño de un adolescente mariquita, te lo juro (risas). Que dure lo que tenga que durar, porque me lo estoy pasando súper súper bien.

Etiquetas
stats