Berto Romero: “Nunca me ha llamado la atención la televisión grande, ni la lucha por las grandes audiencias”

Pedro Zárate

El consultorio de Berto reabre esta semana sus puertas tras dos temporadas de ausencia. La sección que durante años lideró Berto Romero en Late Motiv vuela ahora en solitario como un programa con entidad propia producido por El Terrat (The Mediapro Studio). La primera consulta, disponible desde este lunes 20 de mayo en Movistar Plus+, devuelve al catalán al terreno de la comedia pura y dura, que es lo que quería para su tercera aventura televisiva de la temporada.

Las otras dos —la serie El otro lado, también para Movistar Plus+, y el programa cultural Ovejas eléctricas, estrenado recientemente por La 2 de TVE—, junto a la que aquí nos ocupa, muestran a un Berto polifacético, y al mismo tiempo, cómodo fuera de las principales franjas y ventanas de emisión. “Nunca me ha llamado la atención la televisión grande ni la lucha por las grandes audiencias”, reconoce el humorista, guionista y actor durante esta entrevista con verTele.

De hecho, no se ve metiéndose en batallas como las que, a priori, van a protagonizar Pablo Motos, David Broncano y Carlos Latre la próxima temporada en el access prime time, pues como él mismo dice “la esclavitud del programa diario y la competición al más alto nivel no me apetece mucho ahora”.

Lo que sí le interesa, al menos ahora, es responder a las disparatadas preguntas de sus seguidores, que ven en él una especie de gurú para resolver sus dudas sobre “sexo, escatología y animales”, los tres temas por los que más le han preguntado. Berto hablará de todos ellos con mucho humor y siempre con la duda por delante, pues él, a diferencia de los tertulianos que acaparan nuestra televisión, no tiene respuestas para todo. “El tertuliano no sabe de todo, pero finge que sí, y yo a lo mejor sé más cosas de las que cuento, pero finjo que no”, reflexiona al respecto.

¿Por qué has decidido reabrir ahora tu consultorio?

Porque tengo tres hijos, tengo que trabajar mucho (ríe). Bueno, porque trabajo haciendo estas cosas y me gusta proponer formatos antes de que me los propongan a mí. Creo que es una reacción a lo que estaba haciendo, porque vengo de hacer El otro lado, que es una serie que tiene comedia, pero que es un muy densa, de género y con terror.

También estoy haciendo Ovejas eléctricas, que es un programa cultural y un poco serio, así que me apetecía volver un poco a las raíces de la comedia y hacer un formato que fuera puramente cómico. Son 25 minutos de pura comedia donde no hay más coartada que esta. Y en cuanto al formato de consultorio, me gustaba el mecanismo tan sencillo y tan fácil de entender que tiene. Son como pipas: ves una consulta y ahora viene otra, y así hasta que hacemos 25 minutos y para casa.

Te has declarado alguna vez como una persona 'anti-nostálgica', pero no sé si reabrir el consultorio tiene algo de nostálgico.

No. Bueno, hace cinco años que empecé a hacer el consultorio y tres desde que dejé de hacerlo. No ha pasado tanto tiempo como para hacer un ejercicio de nostalgia. En cualquier caso, no lo he hecho por la nostalgia de un pasado mejor, sino simplemente porque me apetecía volver a hacerlo. Me parece que tenía todos los elementos para hacer un formato sencillo y de vuelta al stand-up, que es como mi base; lo que empecé a hacer y lo que continúo haciendo. El formato son 16 especiales de comedia, porque son monólogos que se articulan en base a preguntas del público. Pero no, nada de nostalgia. No me gusta.

¿Qué dice de tu público las preguntas que te plantean?

(ríe) Bueno, más bien es qué dice de mí, porque el público te da lo que cree que espera. Ahí hay algo de reflejo de ambos. Me parece que son unos cachondos y unos guarros, como yo (ríe). Son la mejor gente del mundo. Mi gente, mis panas.

¿Hay algún tema en concreto sobre el que te guste más responder?

Que me guste más, ninguno. Lo que hacemos los guionistas —que en este caso somos Rafel Barceló, Júlia Cot y yo— es escuchar todas las consultas, y si alguna nos hace un 'click' y se nos ocurre algo, lo apuntamos, lo debatimos, lo ponemos en común y lo desarrollamos. No es que un tema me interese porque sí, sino que tiene que haber algo especial en esa consulta. A lo mejor es una consulta sobre un tema muy manido, pero la forma de plantearla es graciosa o le da un giro inesperado o tiene un ruido raro con el que puedo jugar. Pero en cuanto a temas...¿quieres que te diga el top 3 de temas?

Por supuesto.

Son sexo, escatología y animales. Concretamente, gatos. No sé por qué, es de lo que más preguntan. Pero bueno, yo luego lo combino para que no sea un especial cada programa.

Me parece que mis espectadores son unos guarros y unos cachondos, como yo

En una de las promos de 'El consultorio de Berto' apareces diciendo todo el rato 'no sé'. Además, copresentas un programa llamado 'Nadie sabe nada'. Teniendo en cuenta ambas cosas, te pregunto: ¿te sientes un poco como la antítesis del tertuliano, esa figura que aparentemente tiene que saber de todo?

Me parece muy guay. Me lo quedo. Ser la antítesis del tertuliano me parece un buen objetivo en la vida. Lo que has visto es un fragmento de la cabecera del programa. La cabecera siempre narra un recorrido desde que me despierto hasta que llego a plató en el que se me van formulando preguntas que no sé, pero cuando entro en el plató las sé todas. Hemos rodado 16 versiones de la cabecera con 16 preguntas diferentes.

Quizá hay un cierto paralelismo con la figura del tertuliano. El tertuliano no sabe de todo, pero finge que sí, y yo a lo mejor sé más cosas de las que cuento, pero finjo que no. Son dos aproximaciones a lo mismo: llenar tiempo y minutos. Mi objetivo es que os riais y el de los tertulianos, que os creáis lo que cuentan.

Hay otra figura, la de presentador, que has retomado ahora por partida doble con 'El consultorio de Berto' y 'Ovejas eléctricas' después de muchos años sin presentar en solitario. ¿Cómo se ha dado ahora esta situación?

Bueno, porque estos dos proyectos me han interesado. El consultorio es algo que ha nacido de mí y que propuse a Movistar Plus+ porque me apetecía reconectar un poco con mi esencia de cómico, sin hacer series ni mandangas. Y Ovejas eléctricas fue porque conocí a José Antonio Pérez Ledo, que es un crack al que quería conocer. Me puso el proyecto encima de la mesa y coincidió con que tenía un hueco libre en la agenda para hacerlo.

Pero no, no hay ningún maestro detrás y, sobre todo, algo que es importante para mí y que me gustaría que reflejaras: estoy bien en casa, no me quiero divorciar ni nada. Como han coincidido los dos programas, hay gente que piensa que esto es lo típico de un tío de casi 50 años que, de repente, ya no quiere ir a casa porque hay movidas. No, estoy bien.

Además, hace unos meses estrenaste 'El otro lado'. ¿Habrá segunda temporada o tienes pensados otros proyectos de ficción de cara al futuro?

Tengo varios proyectos de ficción que están en diferentes fases de desarrollo. Me gustan mucho y me apasionan, pero ahora los tengo un poco detenidos porque estoy grabando El consultorio. Pero sí, me apetece mucho ponerme unos meses a escribir y no estar tanto en el foco ni dando la cara. Supongo que son momentos de acción-reacción. Cuando estás un año escribiendo, de repente te apetece hacer un programa de televisión si tienes la inmensa suerte, como yo, de que te los dejen hacer. Por suerte, funciono un poco así.

Y sí, hay proyectos de ficción, pero no puedo hablar de ellos porque provocarían la llegada de un grupo de abogados fornidos, que además de empapelarnos nos darían una paliza. Seguramente a mí sí, pero a ti seguramente no te tocarían.

Antes mencionabas 'Ovejas eléctricas'. ¿Qué balance haces de estos primeros programas?

Me metí en el proyecto porque me gustaba mucho y me parecía interesante. El programa me gusta y me consta que está encontrando su público. Es decir, que a la gente que le gusta, le gusta mucho. Esto parece una tontería y una perogrullada, pero es importante para los programas encontrar su público. Es un programa para La 2, con vocación cultural y divulgativa sobre narrativa, así que no es un programa de variedades donde nos disfrazamos y cantamos, pero está hecho con la voluntad de no ser encriptado y de que la gente lo disfrute. Yo estoy muy contento, y por lo que me dicen desde la cadena, ellos también están contentos con los números que hacen, así que va todo bien.

Ser la antítesis del tertuliano me parece un buen objetivo en la vida

Tienes un programa en La 2 y otro en Movistar Plus+, que son cadenas con una visibilidad menor que la que tienen Antena 3, Telecinco y La 1. ¿No te interesa formar parte de proyectos más mainstream, por así decirlo?

Nunca me ha interesado y nunca me he planteado mis proyectos en televisión en términos de impacto, repercusión popular o cantidad de gente que pueda verlos. Yo empecé con Andreu [Buenafuente], y el programa de Andreu siempre fue un programa de autor. Pasó por diferentes etapas, tuvo su nicho de público y estuvo en Antena 3, pero yo empecé con él cuando ya estaba en laSexta. Es decir, cuando empecé ya no entraban elefantes en el programa, sino que yo me hacía caretas con cartón. Yo empecé en la tele en 2007 o 2008 con Lehman Brothers, así que soy uno de los signos del apocalipsis.

Yo los proyectos me los planteó en función de lo que me apetezca hacer, de lo que me dejen hacer y de que crea que puedo hacer algo interesante, y ya está. No he hecho la reflexión de 'hostia, Ovejas eléctricas está en La 2'. De hecho, por estar en La 2 va a tener más audiencia mucha más audiencia que El consultorio, que está en Movistar Plus+.

Te lo preguntaba porque, de cara a la próxima temporada, se avecina una batalla por el access prime time entre Pablo Motos, David Broncano y Carlos Latre. ¿Tú te verías compitiendo en un escenario así?

No me lo he planteado. La esclavitud del programa diario y la competición al más alto nivel no me apetece mucho ahora. Pero también te digo: creo que tampoco me hubiera apetecido cuando tenía menos edad y más energía para atacarlo. De hecho, cuando hice El programa de Berto, que fue mi primer programa en solitario y que no funcionó, ya tenía una voluntad más pequeña. No sé si llamarla 'indie', porque es muy pretencioso, pero nunca me ha llamado la atención la televisión grande ni la lucha por las grandes audiencias. Pero al igual que te digo esto, a lo mejor llega alguien que me lo propone, me parece flipante la idea y me meto, pero no lo veo.

Lo que sí tengo es mucha curiosidad por que llegue septiembre, eso sí. Te aseguro que no tengo más información que tú. Conozco a Broncano y su equipo y somos amigos, pero ellos trabajan en lo suyo y yo en lo mío y no nos comentamos los planes que tenemos. Pero tengo mucha curiosidad porque me parece que [Broncano y La Resistencia] han sido la última revolución del medio televisivo en la comedia, independientemente de si te gustan o no. Si sí, tengo muchas ganas de que llegue septiembre. ¿Y tú?

Yo suelo escribir a diario de audiencias, así que fíjate ese primer día; puede ser una locura.

Siempre es bueno para los programas de televisión que entre competencia. Yo recuerdo que Andreu me contaba que sus mejores épocas fueron cuando tuvo competencia dura con otro late. Lo de la próxima temporada será bueno para La Resistencia y también para El Hormiguero, sin duda.

Los que trabajáis en televisión siempre lanzáis ese mensaje, que la competencia es obliga a ser mejores.

Totalmente. La competencia te estimula.

Has dicho en alguna ocasión que eres una persona que no consume mucha televisión más allá de ficción y documentales, pero ahora mismo tienes dos programas en emisión. ¿Ves una distancia muy grande entre lo que ofrece la televisión, en general, y el tipo de proyectos que te gustan hacer a ti?

No, y además en esa hipotética respuesta subyacería cierto elitismo de 'no, yo lo que hago está bien o es lo que a mí me gusta'. No, no va por ahí. Simplemente es que a mí siempre me ha gustado mucho consumir ficción. Me gusta la narrativa de ficción, la novela, los cómics, las series y las películas. Es lo que más me gusta en el mundo, y desde que empecé a ver televisión yo he usado la televisión como aparato para poder meter VHS y ver películas. Los formatos puramente televisivos, como los concursos y los realities, no me han interesado nunca. No sé por qué, pero no me gustan tanto.

Además, viví una época en un piso de estudiantes donde no había conexión de antena, así que todo ayuda. No podía ver la televisión, así que me acostumbré a ver lo que me gustaba. Nunca he desarrollado la disciplina de ver un programa a tal hora. Evidentemente, veo los grandes eventos que ve todo el mundo, como Eurovisión, porque no vivo en una cueva. Y de vez en cuando descubro programas que me gustan, como Forjado a fuego, que lo descubrí hace unos meses y me flipa un montón. Pero no soy una voz autorizada para hablar de la televisión porque no la consumo. No es una pose, es una realidad.

Repasando tu carrera, tienes tres formatos que llevan tu nombre en el título: 'El programa de Berto', 'El consultorio de Berto' y 'MovieBerto' [microespacio emitido por Paramount Channel entre 2014 y 2015 el que hacía críticas de películas en 5 minutos]. ¿Cómo te tomas esta curiosidad? ¿La gente que trabaja contigo intenta venderte como una marca o algo parecido?

La respuesta es sencilla: yo empecé a hacer televisión en el programa de un tipo que se llamaba Buenafuente, así que a lo mejor se me ha pegado algo (ríe). Los tres son formatos que están basados en la forma que tiene un determinado cómico, que soy yo, en hacer algo. Llamar 'Críticas de cine a un programa pues no tiene mucho sentido, porque era cómo las veía yo. Y El programa de Berto era un magacín en el que lo único que se podía vender era que estaba yo, porque todo eran gags de humor y no había entrevistas. Pero mira, las cosas han salido así.

Pero, por ejemplo, ahora estoy pensando en La noche D, que fue un programa que intentó no poner el nombre del presentador y entonces se quedó como muerto, como esperando siempre a que llegue. Pues coño, pon el nombre. La noche de Berto, ya está. De todas formas, cuando hicimos El programa de Berto hicimos el ejercicio de pensar 'si al final, la gente lo va a llamar El programa de Berto, así que le ponemos El programa de Berto'. También te digo que yo soy muy malo poniendo títulos.

La esclavitud del programa diario y la competición al más alto nivel no me apetece mucho ahora

No sé si son tuyos, pero los de tus series están bien.

Mira lo que has hecho lo puso Domingo Corral [director de ficción original de Movistar Plus+], porque yo propuse Yo soy tu padre, que no estaba mal. Y El otro lado se me ocurrió a mí, pero no creo que lo mejor de la serie sea el título.

'Mira lo que has hecho' me gusta más, pero 'El otro lado' tampoco está mal.

Sí, pero suena demasiado abstracto y demasiado ambiguo. Molaría algo más concreto, pero bueno, al final se quedó ese.

Te puedes resarcir con el título de tu próxima serie.

Si me dejan repetirlo todo la mayor cantidad de veces, al final lo acabaré haciendo bien del todo. Hay que confiar, solo tengo 50 años.