Chenoa, entre 'OT' y 'El Desafío': “Estoy en una etapa de mi vida muy explosiva”
“Estoy ahora mismo en una etapa de mi vida muy explosiva”. Reconoce sincera Chenoa, consciente del gran momento profesional que atraviesa, combinando su debut como presentadora en OT 2023 con su participación en El Desafío, programa de Antena 3 que se grabó antes de que la cantante fichase por Amazon Prime Video para convertirse en maestra de ceremonias del talent musical que hace 22 años la catapultó a la fama.
“Conozco los subidones y bajones de mi profesión, pero en este caso estoy subiendo a un nivel que me está gustando”, reflexiona la artista a verTele durante una entrevista junto a su compañero Mario Vaquerizo. Juntos hacen balance de su paso por el concurso presentado por Roberto Leal, haciendo hincapié en la forma en la que los jueces han valorado sus retos: “No empaticé con el jurado, no. El bienquedismo, no...”, dice con sorna la mallorquina, que admite que algunas pruebas han sido “un trauma potente”.
A pesar de todo, Chenoa revindica que, como todo lo que ha hecho en su carrera, este proyecto se lo ha tomado de forma muy seria: “Habéis vivido muchas fases de mi vida, y siempre he estado trabajando duro. He sido una tipa que curra. Jamás me habréis visto decir que no a algo en ninguna etapa vital”, defiende antes de responder si ha sido más difícil enfrentarse a El Desafío o ponerse al frente de Operación Triunfo.
¿Hubo algún momento de 'El Desafío' en que quisierais tirar la toalla?
CHENOA: Yo he visto la opinión generalizada de mis compañeros como muy lineal, en plan “qué bien me lo he pasado, ¡volvería!”. Disculpadme pero... Hay pruebas que me encanta tenerlas, porque las voy a tener para mí, y hay otras que realmente han sido un trauma potente. No es miedo, tengo fobias, que es muy diferente...
MARIO VAQUERIZO: Y enfrentarse a una fobia no hace que lo pases bien. Yo siempre le decía a ella que aunque no la superara, la manera en la que la afrontaba te hace sentirte mejor. He visto a Laura enfrentarse a esas situaciones. Un medio de comunicación es muy chivato. Si te muestras tal y como eres, el espectador no es tonto, y como es tan real, ella lo ha pasado realmente mal en algunas cosas.
C: La conclusión es que no tengo mucho filtro. Entiendo lo que dicen los demás... Yo digo lo mío. Y lo mío es que a veces sí y a veces no. Se me va a ver llorando no una, sino muchas veces. En otras se me va a ver con mucho punch de adrenalina. También se enseña la parte de hipersensibilidad, o como quieras llamarlo, que no es algo que haya enseñado mucho ni habitualmente.
MV.: Yo he llorado una vez.
C.: Más de una vez
MV.: Pero lloraba por los demás... Hay que decir una cosa: nunca te decían quién iba a ir. Cuando te ofrecen ir y preguntas con quién, no te lo pueden decir. Y cuando me dicen que voy con Chenoa me salté las reglas del programa: '¡Niña, que nos vamos a ver!'. Ella tiene mucha paciencia conmigo, hemos trabajado juntos muchos años. Es un aliciente, cuando vas a trabajar a un sitio desconocido a hacer cosas que no sueles hacer en la vida, saber que hay una persona con la que has trabajado. Santiago Segura y ella me aguantaban cuando hicimos Los increíbles. Yo sí he dicho que lo volvería a repetir, ¿sabes por qué? Porque jamás hubiera pensado que a los 49 años que tengo hubiera hecho cosas que no me hubiera planteado en mi vida, como hacer trompos con una grúa, tirarme en una tirolina sin saber dónde voy a caer, y sobre todo tener la disciplina. Para mí era muy divertido decir que de lunes a viernes tenía que hacer esta cosa que jamás hubiera hecho, currándotelo y queriendo ganar. Es como ir al psicólogo, muy terapéutico. Los concursos de televisión se los recomiendo a todo el mundo. Es algo muy terapéutico. He descubierto cosas que no sabía de mí, como que soy competitivo, que quiero ganar, y que si no no pasa nada.
C.: Yo había pruebas que sí quería ganar, y había otras en las que la cuestión de ganar lo que creía que era mi éxito, que era subirme hasta una escalera. Lo demás que pensaran me daba lo mismo. Había pruebas que no, sobre todo las que vas con mucho equipo. Ahí sí reclamaba, porque trabajo más en equipo.
No empaticé con el jurado, no. El bienquedismo... no
Ambos dos sois perfiles muy versátiles, capaces de presentar, de ejercer de jurado o de concursar. ¿Eso es una ventaja en un formato así, a la hora de saber cómo enfrentarse al jurado?
C.: No empaticé con el jurado nada. Lo siento [risas] Te puedo vender la moto, pero no empaticé con ellos. Sé que tienen dificultad para valorar, pero... Me vais a ver mucho más relajada de lo que pensáis. Pero hay una gala en concreto que sí lo reclamé. Me pareció superinjusto, y se me ve supermosqueada. Una. En las demás era una competencia conmigo. Yo me valoraba y chao. Pero no empaticé con el jurado, no. El bienquedismo, no...
M.V.: Todos somos versátiles y a todos nos viene todo muy bien. Pero porque nos gusta todo. Claro que ha sido para mí mas fácil que para estos niños de las redes, Pablito y Marta, que no saben hacer televisión. No tengo prejuicios en hacer televisión, radio y cine, lo que quiero es hacerlo bien. Para nosotros, aunque hayas empatizado más con el jurado o te hayas enfadado como bien dices, no es una cuestión de bienquedismo: como hemos conseguido que nuestras aficiones se conviertan en nuestro medio de vida hace que fluya mucho más. Eso no quiere decir que cuando te hagan una valoración injusta lo digas. Y está bien.
C.: Tienes toda la razón. Es verdad que hemos estado de jurado, de concursante, de presentador... El jurado no es el elemento más querido dentro de los programas de entretenimiento. Lo digo porque lo soy y he tenido, si no enfrentamientos, sí caras como de “haber puntuado mal”. Y yo lo entiendo.
M.V.: ¡A mí en Tu cara me suena nunca me dio más de un cinco! ¡Pero no me enfadaba!
C.: Y a Yolanda Ramos me la he encontrado y me lo ha dicho...
M.V.: ¿Sabes cuál fue la mejor valoración? Cuando fui a Tu cara me di cuenta de que imitar es muy difícil, y como dijeron ellos tenía estilo propio. Esa es la mejor valoración, me la dijeron Laura y Lolita.
C.: Imitar es despegarse de tu esencia, y este tiene una esencia tan potente que es muy complicado que lo veas como otra persona.
Después de pasar por El Desafío, ¿a qué famoso cercano le animaríais a que participase?
C. [Tras pensárselo] Lolita no iría en la vida...
M.V.: Me encantaría que viniera Bibiana Fernández. Podría hacer un Desafío maravilloso. Y tiene esa capacidad de reírse de sí misma. Yo se lo recomendaría a todo el mundo. La televisión es muy bonita, como un escenario. Cambia el lenguaje. Pero esto, El desafío, es como un concierto, porque no hay trampa ni cartón. No es como el cine, donde hay cortes para iluminar...
C.: Te ponen en un punto tan límite que, a pesar de que penséis que nos conocéis, saca una cara de ti que a veces no te gusta, o te gustará más o menos ver. Yo lloro mucho. Es algo que no podía evitar porque no tengo válvula de escape. Hacía deporte, porque me ayuda, intento comer y dormir bien, pero por más que mantuviera esa higiene de estilo de vida, me reventó muchas veces. Las fobias no dejan de ser lo que son.
MV.: Qué lástima, por favor, pobrecita lo mal que lo ha pasado...
C.: Lo que a mí me está llamando la atención es que yo he hecho otro concurso: estáis como muy happy. Si os cuento yo cómo os veía entrar y salir...
Nunca he sido agresiva ni de faltas de respeto, soy agresiva conmigo misma
A pesar de todo, Chenoa, dijiste que antes eras tu peor enemiga y ahora ya no es así.
C.: En todas las pruebas de la vida siempre eres tu mejor amigo y tu peor enemigo. Y luego decides por dónde quieres tirar. Soy una tía muy positiva, tengo mucha convicción y un poco de arranque, pero siempre domado. Nunca he sido agresiva ni de tener faltas de respeto. Lo soy [agresiva] conmigo misma. Soy de las que me hago levantarme más temprano, soy disciplinada. Y eso funciona porque hay un punto del artisteo, con eso de fluir y todo lo que quieras, pero también hay una disciplina, que es algo de lo que la gente no está hablando y que es de lo que reclamo que se diga en El desafío. Hay que ir a ensayar, hay que levantarse temprano y si lo quieres hacer mejor y no te sale...
MV.: Si no sale, no pasa nada, pero no queda la frustración de no haberlo intentado.
C.: Intentarlo es no fracasar.
MV.: Cuando digo que me lo he pasado bien, quiero decir por mi parte que estaba muy tranquilo: aunque no ganase, por mí no había quedado. Había personas que lo habrían hecho mejor, pero no habíamos sido vagos.
C.: ¿Tú qué crees que esperas la gente que yo haga en El desafío? Que me enfrente a los miedos. Eso es, la imagen yo la tengo clara. Esa es una presión añadida. ¿Qué esperas de Mario?
Que haga reír.
C.: Eso es. Son los perfiles. Y no me enfada. Soy consciente de eso y está bien. Eso no es malo. Es conocernos.
Con OT has dado el salto como presentadora. Esta experiencia de El desafío fue previa. ¿Hubieses aceptado participar en El Desafío si te hubiese llegado ahora la oferta?
C.: Sí, sí. Absolutamente. Los proyectos de este calibre, que es bastante potente, da igual si eres jurado, concursante o presentador, son una oportunidad para lo que necesites. Depende del momento vital que estés viviendo. Si estuviera en una situación un poco endeble a nivel de seguridad personal, quizás no lo haría por una cuestión de respeto y responsabilidad hacia donde estoy trabajando, donde me muevo y el equipo. ¿No lo daría? Pues digo que no. Pero estoy ahora mismo en una etapa de mi vida muy explosiva. Conozco los subidones y bajones de mi profesión, pero en este caso estoy subiendo a un nivel que me está gustando. Y, cuidado, tengo la veteranía de saber que lo tengo que hacer bien, que tengo una responsabilidad y un trabajo detrás. Decía una persona el otro día que te pagan por tres minutos de actuación, sí, pero también por los 50 días en los que estás estudiando, en los que me esfuerzo y me levanto temprano. Y si quiero hacerlo mejor, me levanto más temprano. Y soy de las que lo hace. Me gusta lo que hago y respeto lo que hago, y al final trabajo en equipo. A pesar de que yo dé la cara, si me meto en un proyecto así, tengo que dar el callo. Es lo que hay.
Se puede decir que ha sido un año profesionalmente muy intenso, con independencia de cualquier otra fase vital...
C.: Siempre he salido para adelante. Llevo en los medios de comunicación desde los 26. Tengo 48 años. Habéis vivido muchas fases de mi vida, y siempre he estado trabajando duro. He sido una tipa que curra. Jamás me habréis visto decir que no a algo en ninguna etapa vital.
MV.: Porque nos gusta lo que hacemos.
C.: Yo disocio bien mi parte personal de mi parte personal. No tienen que ver una con la otra. Como vosotros que vais a currar aunque tengáis un mal día con vuestra pareja, pues yo también.
¿Qué reto es más complicado, el de ser concursante de El Desafío o presentar OT, la gran apuesta de entretenimiento de una plataforma, que además es el programa donde empezaste?
C.: ¡Guau! Son colores totalmente diferentes, nada que ver. Los dos son retos muy potentes. Lo mismo: ¿qué esperabais cuando presentara OT? Y os lo agradezco muchísimo, porque en esto [el reconocimiento positivo] todos los medios en este caso habéis estado de acuerdo.