Christian Gálvez: “Ser uno mismo en TV puede ser bueno, o no. Te la juegas a una carta”

Pedro Zárate

19 de diciembre de 2022 00:01 h

Más de un año después de dar el salto a Cuatro con ¡Alta tensión!, Christian Gálvez regresa este lunes 19 de diciembre a las tardes de Telecinco con otro concurso: 25 palabras. Un programa producido por su propia compañía, Fénix Media, y con el que el mostoleño pretende revivir los días de éxito que tanto disfrutó en el pasado con Pasapalabra. Eso sí, en esta nueva aventura no se enfrentará directamente al programa de Antena 3, sino que esta responsabilidad recaerá sobre su pareja de baile, Reacción en cadena (20:00 horas), con Ion Aramendi, la otra gran apuesta de Telecinco por los concursos diarios.

25 palabras comenzará una hora antes, a las 19:00 horas, con “el ingenio, la rapidez, la agilidad mental y el sentido del humor” como elementos fundamentales, destaca el presentador durante su encuentro virtual que mantuvo la semana pasada con verTele y otros medios. El programa, cuya mecánica ha detallado Telecinco, competirá por la audiencia contra Y ahora Sonsoles (Antena 3) y un formato de su mismo género, el ya asentado El Cazador (La 1). “Competir concursos contra concursos es sano, porque al final todos nos retroalimentamos y mantenemos viva la cultura, que es lo que importa y lo que hace falta”, comenta Gálvez al respecto.

Aun así, sabe que el rendimiento de su programa deberá ser inmediato. “Cada vez todo es mucho más rápido y mucho más cortoplacista. También en la televisión”, lamenta sobre un medio que le ha dado muchas alegrías, pero también algunos sinsabores. “Lo que yo he aprendido estos años en televisión es que las cosas son cíclicas. A veces estás arriba y a veces estás abajo”, dice el madrileño, cuyo rostro hoy asociamos con los concursos, pero que en su momento llegó a estar vinculado con realities, género con el que coqueteó en el pasado conduciendo el debate de Supervivientes 2011 y Acorralados, entre otros.

“Nunca he sabido si yo me alejé de los realities o los realities se alejaron de mí”, manifiesta durante la charla, en la que defiende que, más allá de formatos, hay una cosa clara: “La tele ni puede ni debe morir”.

Telecinco ha decidido lanzar de golpe dos concursos diarios, '25 palabras' y 'Reacción en cadena'. ¿Se está viviendo una nueva época dorada de los concursos en televisión?

Creo que los concursos nunca han dejado de vivir una época dorada. Los concursos siempre han estado presentes en las parrillas de todas las cadenas, de una u otra manera. Ya sea desde el punto de vista del quiz o desde el punto de vista del talent, pero nunca han terminado de pasar de moda independientemente de cómo se jugara. Además, el formato propio de los concursos puede sobrevivir muy bien a las nuevas tendencias de las plataformas bajo demanda.

Nosotros generamos un contenido que mezcla cultura y entretenimiento, y a la gente le gusta jugar desde casa en cualquiera de los concursos. Además, también forman parte de la conversación, ya sea después del concurso o a la mañana siguiente. Esta hermandad de los espectadores de concursos, si estos formatos estuvieran en las plataformas, no tendría razón de ser. Pero no recuperamos una época dorada porque nunca dejó de ser dorada. Igual bajamos a la plata, pero la plata no está mal. Es ser el segundo en el podio. Pero no, creo que los concursos se han mantenido y se mantendrán durante un tiempo.

La mecánica de '25 palabras' no es compleja, pero sí tiene muchas partes. ¿Cómo te la aprendes para ser luego el que da juego y el que pone orden en plató?

Son varios factores. Lo primero es que te enamores del formato internacional y del sistema de juego. Y una vez que ocurre esto, que te apasione hacerlo. Hay programas o proyectos que puedes hacer en televisión que te apasionen más o menos, y en este caso estábamos muy apasionados todos. Y luego está que tenemos un equipo espectacular. Tengo un equipo de socios, de producción y dirección, que son muy pesados. Rafa [Guardiola] y Olga [Flórez] me machaban continuamente con la mecánica. Hemos hecho muchos ensayos y muchas pruebas.

Con esto, la mecánica pasa de ser un folio y medio a decirla como quieras. Porque la acabas teniendo tan interiorizada que puedes explicarla en cuatro palabras y que se quede. Y claro, también jugamos con la parte visual, que es la más agraciada de todas porque cuando consigues que los espectadores sepan jugar a una prueba a la primera gracias a la parte visual, ahí ganas muchísimo. Pero al final los elementos son pasión, perseverancia, mucho tesón y muchas ganas de que la gente lo entienda desde el primer momento porque la gente tiene que participar desde casa.

Los concursos nunca han dejado de vivir una época dorada

Vuelves a las tardes de Telecinco tras tu etapa en Cuatro con ‘Alta tensión’. ¿Cómo afrontas este reto?

Con ilusión. Yo soy futbolero, aunque tampoco muy muy futbolero, y cuando me preguntan cosas de este estilo siempre digo que a mí lo que me gusta es jugar. Si yo juego de extremo derecho y de repente me piden que juegue de lateral izquierdo, pues prefiero jugar de lateral izquierdo que a quedarme en la grada. Al final, nosotros nos ponemos donde nos dicen. Es verdad que lo intentamos con Alta tensión en las tardes de Telecinco, nos fuimos a Cuatro, estuvimos durante un tiempo y ahora hemos cambiado un formato por otro en el que tenemos depositadas muchísimas esperanzas, muchísima energía y muchísima ilusión.

Durará lo que tenga que durar, pero nosotros cruzamos los dedos y esperamos que dure mucho tiempo y que podamos captar el interés de la audiencia. Que sea lo que tenga que ser, porque la tele está viva. En Mediaset la tele siempre está viva y, nos pongan donde nos pongan, vamos a seguir luchando con ilusión.

'25 palabras' llega a una franja en la que ya hay un concurso asentado, 'El Cazador'. ¿Qué tiene de bueno tu concurso para competir contra el de TVE y contra un magacín como 'Y ahora Sonsoles', de Antena 3?

Mires por donde mires, la competencia siempre es buena. La competencia nos hace mejores. ¿Cuáles la mejor franja? No lo sabemos. ¿Cuáles es la peor? Tampoco lo sabemos. Puede haber franjas mejores o peores, pero nunca vamos a saber los resultados de antemano.

En cuanto a las bazas de 25 palabras, aquí recuperamos todo lo que tiene que ver con el juego de palabras. Es decir, no hace falta tener mucha mucha cultura, pero la cultura sí que premia. Es un programa en el que el ingenio, la rapidez, la agilidad mental y el sentido del humor son fundamentales para participar. Además, es un homenaje a la lengua española. Cuanto mejor manejes la lengua y los sinónimos, mejor se te puede llegar a dar. Aunque hemos tenido durante el tiempo que llevamos grabando todo caso de ejemplos que no dejan de sorprendernos.

Además, nos colamos en la casa de los espectadores, o los espectadores se cuelan en el concurso desde sus casas. Vamos a hacer crecer cada día el bote en 5.000 euros, pero alguien desde casa podría robar esos 5.000 euros a los concursantes que están en plató. Concursantes que desde casa se van a enfrentar a los concursantes que tenemos en plató para ver si ese bote crece o, por el contrario, mengua y se lo lleva la persona que juega desde su domicilio. Por tanto, tenemos herramientas suficientes para poder competir y estar orgullosos de lo que estamos haciendo.

¿Volver a un presentar un concurso así, en el que las palabras son tan importantes, era algo que echabas de menos tras el final de tu etapa en 'Pasapalabra'?

Echaba de menos trabajar con mi equipo, y esto lo conseguimos desde que entramos en pandemia. Entonces hicimos un experimento en internet con Mediaset, y que más tarde se emitió en televisión, que fue Qarenta. Y gracias a aquella experiencia que nos dio poder trabajar desde casa y con gente en casa pudimos adaptar determinados conceptos a 25 palabras.

Yo siempre echo de menos trabajar. Cuando no trabajábamos en pandemia lo echaba mucho de menos. Creamos aquel pequeño formatito que nos permitió estar entretenidos durante el confinamiento y, al salir, no dejamos de trabajar y rastrear el mercado internacional al mismo tiempo que nosotros también generábamos nuestros propios formatos. De repente encontramos uno que nos apasiona, que todos los compañeros de la productora creemos que merece la pena, que es válido y con el que podemos disfrutar, porque trabajamos para hacer disfrutar a los espectadores.

El formato original dura 25 minutos, pero vuestra adaptación alcanza los 50. ¿Cómo ha sido el proceso para ampliar la duración del programa?

Hay un brainstorming del equipo y se generan nuevos concursos, se generan pruebas y se generan mecánicas de juego que luego son adaptables a otro tipo de formatos. Es un reto apasionante coger un programa de 20-25 minutos y estirarlo por las necesidades de nuestra parrilla. Lo hemos conseguido y lo hemos testado, porque todo es prueba-error, prueba-error. Afortunadamente, en los ensayos y pilotos que hicimos encontramos muchos más aciertos que errores. Se mantiene el espíritu del programa original, la mecánica y la dependencia del concursante y su equipo del ingenio, la rapidez y el sentido del humor.

Con esto se genera un programa que no creemos que baje la tensión. Además, también hay muy buen rollo y mucha hermandad, que es algo que funciona muy muy bien. Los famosos están con el concursante una serie de programas, y entre ellos se va apreciando la evolución en su forma de jugar unos con otros. Y en determinadas pruebas, también cómo juegan unos contra otros, porque hay algunas en las que las pistas de un equipo pueden servir al otro.

Yo siempre echo de menos trabajar

Inicialmente se dijo que '25 palabras' sería en directo. Sin embargo, al final se emitirá grabado. ¿A qué se debe este cambio?

Cuando hicimos las pruebas y los pilotos encontramos que hacer este programa en directo podía ser algo discriminatorio. Me explico. La prueba desde casa generaba determinados problemas, porque en ella puede jugar cualquiera, desde gente joven hasta personas muy mayores. Y aquí nos hemos encontrado que el tema de Internet y de la banda ancha, y que también hay gente que no está muy avezada con las nuevas tecnologías, que no sabe hacer un Skype o un Zoom. Y esto podría generar problemas en directo, mermar la constante tensión que genera el concurso y los tiempos que nosotros marcamos.

Como esto nos daba muchos problemas para conectar con algunas casas, decidimos que por el bien del programa, de los concursantes y de la curva de tensión y emoción del concurso, lo mejor era mantener el espíritu que considerábamos apropiado para el programa y no prescindir de esa prueba. Porque grabándolo podemos solventar todo muy bien. Las grabaciones son en falso directo, pero todo está tan bien medido que casi todo sale a la perfección. Y digo casi porque en algún programa hemos tenido algún problema de conexión y nos mirábamos como diciendo “¿ves? Esto en directo hubiera sido un cristo”.

Has presentado programas que han sido cantera de concursantes. ¿Crees que '25 palabras' también puede crear participantes que en el futuro se dejen ver en otros concursos?

(Ríe) No somos La Masía, ya me gustaría. También me acuerdo de la época del Tú sí que vales, que también generamos una cantera de talents.

De hecho, tú presentaste el ‘Tú sí que vales’ en el que apareció Rosalía.

¡Es verdad! Bueno, cómo fue aquel programa. ¡Madre mía! (ríe). Con Risto por ahí, madre mía. Pero con 25 palabras no lo pensamos. Nosotros tenemos concursantes que pelean por un bote, y si no hay un bote pelean por continuar en el programa. Es decir, que son los propios concursantes los que se convierten en héroes o villanos. En personajes a seguir dentro del concurso. Ellos van a ganar, y dependiendo de cómo sean generarán simpatías o antipatías entre el público. Pero esto también hace que el espectador se quede enganchado al programa para ver si gana o pierde.

Además, de momento no tenemos repesca. Esto significa que aquí hay que jugar hasta el final porque puede pasar cualquier cosa en el concurso, pero no tenemos repesca. Por tanto, el que gana, se queda y lucha por el bote. Y si no se lleva el bote se queda con nosotros. Y el que pierde se va para su casa. Los que consigan quedarse generarán una cantera de concursantes en la medida en que vayan sumando programas con nosotros. De momento no llevamos tantos programas grabados, pero ojalá se forme una cantera y la gente tenga en 25 palabras un referente del que salen muchos concursantes.

Competir concursos contra concursos es sano, porque al final todos nos retroalimentamos y mantenemos viva la cultura, que es lo que importa

¿Y vais a contar con concursantes que ya hemos visto en otros concursos?

Te diría que no me hagas preguntas incómodas para no tener que mentirte (ríe). Como decía antes con las conexiones en directo, nosotros contamos con un amplio abanico de concursantes y no queremos ser discriminatorios ni cerrar las puertas a nadie. Pero quién sabe, podemos encontramos cualquier cosa.

¿Cómo te llevas con competidores, pero a la vez compañeros de profesión, como Roberto Leal y demás reyes de los concursos actuales?

¡Bien! Al único que no conocía, porque apenas había podido tratar con él, era a Ion Aramendi, que estuvo un día en un especial de ¡Alta tensión! , que además ganó. Entonces él me sorprendió muchísimo, y recientemente se dio la casualidad de que Mediaset decidiera que hiciéramos una promoción conjunta. Y ahí me volvió a sorprender, porque es un tío muy generoso, muy gracioso y de p… madre. Y con la competencia igual. Todos participamos en lo mismo y competir concursos contra concursos es sano, porque al final todos nos retroalimentamos y mantenemos viva la cultura, que es lo que importa y lo que hace falta.

Has trabajado muchos años bajo la dirección de Paolo Vasile. Ahora que abandona su puesto de consejero delegado de Mediaset, ¿hay algún consejo de él que vayas a recordar?

Lo mejor de Paolo para con Christian Gálvez, o para con Chris en este caso, es la ausencia de todo eso. Si tengo que agradecer algo a Paolo durante todo este tiempo es que no me dijera cómo tengo que hacer las cosas. Que me dejara ser yo mismo. Sí que es verdad que en un momento determinado me dijo “por favor, habla despacio” (ríe). Y le hice caso en un formato maravilloso que pudimos hacer, La belleza nos une [programa cultural de Cuatro estrenado a finales de 2021 y en el que el presentador recorría España en busca de Patrimonios de la Humanidad]. Me dijo “tú solo habla despacio, que te entiendan”.

Pero el resto, solo tengo palabras de gratitud porque me ha dejado ser yo. Y es complicado, porque el hecho de ser uno mismo en televisión puede ser bueno, o no, porque te le juegas a una sola carta y la gente puede comprar tu manera de ser y de presentar, o puede no comprártela. Y a mí, nunca en esta cadena, nadie me ha dicho cómo tengo que ser. Me dijeron “eh, sé tu mismo, porque si no te quisiéramos a ti hubiéramos elegido a otra persona”. Y para mí, este es el mejor regalo que me han hecho Paolo y la cadena. Y por esto siempre estaré agradecido.

Para ti, ¿qué se puede decir en 25 palabras?

En 25 palabras cabe de todo. Por ejemplo, en mi equipo no terminan de saber si me gusta o no me gusta, pero me hacen empezar el programa con chistes de 25 palabras, que ya veréis. Pero en 25 palabras se puede decir de todo. Dar las gracias, pedir perdón, pedir algo por favor, pedir deseos, hacer una declaración de amor… Se pueden decir un montón de cosas en 25 palabras o menos. Y en este programa, además, puedes ganar 250.000 eurazos de momento.

¿Qué pueden aportar los famosos al programa?

Lo primero que pueden aportar es experiencia ante las cámaras, que ya es mucho. Los concursantes vienen siendo vírgenes en un plató de televisión, pisan uno aquí por primera vez. Y los invitados aportan destreza, soltura, experiencia delante de las cámaras, tranquilidad, poder sintetizar las pistas… Pero sobre todo, agilidad mental, rapidez y mucho sentido del humor.

Yo con este programa me lo estoy pasando muy bien. Y ojalá la gente desde casa sepa apreciar el hecho de que que el presentador se lo esté pasando bien no significa que no invite a la fiesta a los demás. Significa que se quiere sumar a la fiesta con los demás y generar ese tipo de hermandad en el que todos nos lo estamos pasando muy bien sin dejar de lado la emoción, la tensión y que la gente viene a este concurso, como al resto de concursos, a ganar dinero que necesita para cumplir sus sueños, un objetivo o cubrir una necesidad.

Has hablado de plataformas y has dicho que la televisión está muy viva. Como presentador y productor, ¿qué futuro ves al medio y qué tipo programas te gustaría hacer más adelante?

Lo que yo he aprendido estos años en televisión es que las cosas son cíclicas. A veces estás arriba y a veces estás abajo. Fíjate que el Chris de hace unos años daba conferencias a empresas sobre las claves del éxito, y de un tipo para acá doy conferencias sobre las claves del fracaso. Es decir, cómo se producen los fracasos y cómo te ayudan a mejorar.

La televisión es cíclica. Ahora hay una tendencia de consumo, pero creo que la tele ni puede ni debe morir. Hay cosas que pasan en el momento, y una de las señas de identidad que más me gustan de Mediaset es que, en su programación, la mayoría de las cosas suceden en directo. Lo que estás viviendo, sintiendo y consumiendo está sucediendo en ese justo momento y dan para hablar en ese justo momento, no para tres días después.

Es verdad que hay una oferta bajo demanda y unos determinados targets que prefieren otro tipo de consumo, pero la tele al final está ahí para entretener, informar, divulgar. Y estas tres palabras resumen a lo que me gustaría seguir dedicándome toda mi vida. Todo lo que tenga que ver con la cultura, la divulgación y el entretenimiento, que es prácticamente lo que he hecho de forma paralela con el tema de los libros, me hará feliz. Pero poder decir en qué quiero trabajar los próximos años es una carta a los Reyes Magos muy bonita. Al final, estoy en Mediaset para lo que me requieran.

¿Existe la posibilidad de que los concursantes que participan desde casa haga trampas? Si es así, ¿cómo se puede evitar?

Por un lado está el tema del honor, pero quitando el romanticismo y yendo al tema de la mecánica hay que tener en cuenta que el concursante que está en casa y el concursante que está en plató van a recibir una serie de pistas. En este caso, la mecánica es muy sencilla: son 25 pistas en total. Las pistas se lanzan alternativamente y tienen que intentar adivinar una palabra. Al final de las 25 pistas, quien más puntos tenga tras haber acertado determinadas palabras es el que se lleva los 5.000 euros o hace crece el bote en 5.000 euros.

¿Cómo puedes hacer trampas ante una palabra que tú no conoces y que nosotros, como pistas, vamos lanzando sinónimos? Es complicado. No es una pregunta cerrada del tipo “¿en qué año se declaró el Motín del té en Boston que inició la guerra de independencia de Estados Unidos?”. En este caso podrías tener a alguien al lado diciéndote la respuesta, pero aquí, ¿qué, vas a tener a alguien chivándote sinónimos? Es muy muy complicado. Aquí partimos de la buena fe de los concursantes, pero además es muy difícil adivinar una palabra a través de pistas. Al final se trata de intuición, y la intuición no se puede chivar. En los programas que hemos grabado no hemos encontrado ningún problema ni fuera ni dentro.

Lo que yo he aprendido estos años en televisión es que las cosas son cíclicas. A veces estás arriba y a veces estás abajo

Es importante dar espacio y tener paciencia con los programas, sobre todo con los concursos, para que se asienten en parrilla. Como presentador y productor, ¿has hecho alguna petición a Telecinco en este sentido?

Esta es la eterna lucha entre las necesidades de un equipo de producción y las necesidades de una cadena. A veces los tiempos coinciden, y otras los tiempos y las necesidades son diferentes. Nosotros trabajamos para cumplir con unas expectativas que se pueden cumplir o no, pero las necesidades pueden cambiar de un día para otro. Y más con los tiempos que corren, porque cada vez todo es mucho más rápido y mucho más cortoplacista. También en la televisión.

¿Que nos gustaría que tuvieran paciencia con nosotros? Sí, pero manda la corriente, el consumo, la cadena y la audiencia. Nosotros, como productora, trabajamos para una cadena, y esta cadena trabaja a su vez para unos espectadores. Las decisiones siempre se toman con el dato, y el dato siempre viene un día después. Estamos, y lo importante es estar para que te pidan jugar te pillen habiendo ya calentado, porque si no has calentado lo mismo te da un tirón. Nosotros ya venimos preparados, habiendo calentado y con la camiseta puesta, y si quieren que juguemos, jugaremos. Y en la posición en la que quieran que juguemos.

Esta actitud no es dependiente y esclavista, por decirlo de alguna manera. Nos gusta jugar. Y nos gustaría hacerlo siempre de delantero, metiendo goles y llevándonos todas las portadas de los periódicos, pero a veces hay que jugar de mediocentro robando balones o de portero encajando goles. Pero queremos jugar. ¿Que nos gustaría que durara? Ojalá ocurra, porque es un formato que nos apasiona de verdad y somos muy felices haciéndolo. ¿Que no dura? Pues lo celebraremos de la misma manera y nos pondremos a trabajar en otra cosa, porque somos mentes inquietas llenas de ilusión y perseverancia. Pero no depende de nosotros. De nosotros depende que lo que emitamos esté bien, sea correcto, entretenido y tenga todos los ingredientes necesarios de los concursos para que la gente diga “me gusta, me engancha y quiero jugar”.

¿Con qué perfil de concursante disfrutas más?

Uf, es que he tenido mogollón (piensa). Me gustan, sobre todo y por encima de todas las cosas, los que respetan a los rivales y los que se emocionan de verdad. Los que de verdad creen que un concurso como este ese bote les puede cambiar la vida. Hemos tenido unos cuantos y me tocan el alma.

¿Sufres con los que pierden?

Sí, claro. Celebro con los que ganan y sufro con los que pierden. Cada concursante es una historia y una vida, y cuando te van contando sus necesidades... Este programa me permite mucha flexibilidad y ser muy yo. Nada más comenzar las grabaciones, el equipo del programa me dijo “vas a dejar las tarjetas a un lado. Sé tú”. Y esto me permite inmiscuirme mucho más en el programa, en el juego y en los sentimientos de los concursantes. Y las suyas son historias que escuchas en tu casa, en tu círculo cercano o en el trabajo. A veces son grandes necesidades y no grandes sueños, y cuando esas grandes necesidades son tapar agujeros o pagar el piso, que son muy humanas y muy cálidas, pues claro que te alegras cuando consiguen ganar. Hay una parte de “Christian Gálvez quiere hacer televisión” y otra de “Chris quiere que todo el mundo se lleve el bote”, pero esto es imposible (ríe).

¿A qué tipo de formatos os queréis abrir desde la productora? Y a nivel personal, ¿cuál sería tu formato soñado fuera de los concursos?

Nos gustaría abrir el abanico. Nunca hemos estado centrados solo en concursos, y la prueba más reciente es La belleza nos une. Me encantaría que esta clase de formatos tuvieran más proliferación porque permiten mezclar cultura y entretenimiento. Todo lo que tenga que ver con aprender, investigar, enseñar a la gente... Si es que somos una productora de emociones. No queremos jugar con ellas, pero sí batir las emociones de las personas, ya sea a través de concursos, de programas como La belleza nos une o a través de otras cosas que tenemos por ahí.

Esto es lo que me gustaría hacer. No hay mucho más. Y bastante que desde que dejé Caiga quien caiga en esta cadena he podido hacer lo que más me gusta, que es algo que siempre agradeceré. Algunas cosas han tenido mucho éxito, otras no lo han tenido, pero este es el proceso de aprendizaje de la vida en el trabajo. Siempre me han dado la oportunidad de hacer aquellas cosas que a mí me han gustado. Como se suele decir “madrecita que me quede como estoy”.

Hace más de una década llegaste a presentar el debate de 'Supervivientes', 'Acorralados' y demás. ¿Te ves ahora mismo muy alejado de los realities o te gustaría volver a ellos en un futuro?

Nunca he sabido si yo me alejé de los realities o los realities se alejaron de mí. No lo sé (ríe). Fue una época de prueba y de transversalidad, que siempre la ha tenido esta cadena en cuanto a los formatos y los presentadores. ¿Que si me veo alejado de los realities? Es que tenemos gente muy buena en la cadena haciendo este tipo de programas. Para qué competir. Yo soy muy darwinista en este sentido: el que sobrevive es el que mejor se adapta a los cambios. Y en este sentido, prefiero adaptarme a los cambios. Aunque es verdad que el Christian de hace 11-12 años no es el mismo que ahora, para nada, ni a nivel personal ni a nivel profesional.

Me gustaría hacer otro tipo de cosas, pero si me lo pidieran, sí, claro que lo haría. Se trata de salir a jugar. Y además podría encontrar motivos suficientes para disfrutarlo, porque esto es algo a lo que también estoy agradecido a Paolo Vasile, que se me ha permitido disfrutar con los formatos que hacía. Porque no siempre se disfruta, ¿eh? Yo he tenido que hacer alguna investigación para la literatura y las conferencias que no disfruté porque me generó algún tipo de tensión, ya que siempre te demandan cosas y aplicar a tu conferencia ya establecida una serie de argumentos. Pero la tele sí me ha permitido disfrutar independientemente del resultado posterior. Y esto es algo por lo que siempre he tenido mucha gratitud.

Nunca he sabido si yo me alejé de los realities o los realities se alejaron de mí

¿Cómo valoras las audiencias que obtuvo 'Esta noche gano yo' y cómo vives las audiencias cada día?

El verano suele ser una época donde el consumo es muy raro, varía dependiendo del tiempo, del calor, de estrenos, de plataformas y de vacaciones. Era un programa que se necesitaba hacer en ese momento y se hizo. Al principio lo viví con un poquito de miedo por la cantidad de clavos que llevo en el cuerpo debido a las lesiones. Y es que el programa nos exigía una participación activa tanto a Carolina [Cerezuela] como a mí.

Al final Esta noche gano yo tuvo el final que tuvo. La tele está viva y me hubiera gustado que hubiese salido mejor, pero me llevo la experiencia de haber presentado otro programa que no es un concurso y de haberme encontrado con Carolina, que fue espectacular porque no hay persona más generosa que ella en la tele. Lo importante es aprender, saber qué se puede mejorar, qué no. Y en mi caso, irme a la cama con la conciencia tranquila por haber dado el 100% de lo que se me pedía como presentador de esta casa. Y en este sentido, yo siempre duermo bastante en paz.