Maestros de la costura llegó al final de su quinta edición este martes, 26 de abril. Una temporada en la que Lluís Mengual consiguió alzarse con el maletín que le habían “robado” en su paso por la entrega anterior. El catalán vivió su segundo duelo definitivo, esta vez contra Borja, en el que impresionó a los jueces con un vestido de plumas fiel a su propio estilo.
Tras la emisión de esta gran final, que vivió su máximo de audiencias de la temporada, verTele ha podido hablar con el ganador, que cataloga de “precioso” todo lo que le está ocurriendo y asegura que nunca se esperaba ganar, pese a su experiencia previa: “Ver mi evolución ha sido algo que me ha gustado, porque me he visto desde fuera, pero nunca pensé que podría conseguirlo”.
En cuanto a la mezcla de concursantes veteranos y debutantes por la que ha apostado este año el talent de costura y moda de La 1, Lluís tiene claro que no ha existido un desequilibro en los niveles: “En un año puedes aprender a entender algo de coser o a montar algo, no a tener una percepción y una calidad impoluta”. Asegura que Maestros de la costura no es una academia y que al concurso “no llegamos de cero, llegamos con experiencias”.
El catalán está cursando actualmente el máster en Condé Nast College Spain que recibió como premio en la cuarta edición, pero busca “abrirse puertas”, algo que hará encantado desde su estilo de 'tieta'. Eso sí, no descarta seguir en televisión: “No me cierro puertas a que pueda aparecer en otro sitio”.
Antes de nada, enhorabuena por tu victoria en 'Maestros de la costura 5'. ¿Cómo está viviéndolo?
Muchísimas gracias. Pues sí, estoy muy contento. Imagínate, es una etapa y es un momento precioso.
¿Cómo ha sido esta segunda aventura en 'Maestros de la costura'? ¿Lo has sentido como un déjà vu, pero con final feliz?
Quizás un poco déjà vu sí que ha sido, porque era revivirlo un poco todo. Nunca se tiene la oportunidad de revivir estas cosas dos veces. Pero como tú dices, con final feliz. Aunque todos los finales hubiesen sido felices por el hecho de poder estar ahí, rodeado de esa gente. Solo trae cosas buenas.
Decías que en la anterior edición te habían “robado” el maletín. ¿Cuál consideras que ha sido la clave para ganar en esta ocasión?
Bueno, eso era una broma. Como tengo un humor sarcástico y ya tenía confianza con ellos, me hacía gracia decirlo. No creo que haya ninguna clave, se ha torcido así por las energías, el momento... A veces es más el momento y el lugar. Puede haber sido un golpe de suerte, y muchísimo esfuerzo, por supuesto. Le he puesto muchísimo esfuerzo, como le pongo siempre a todo, y parece que esta vez ha sido recompensado, y me ha dado mejor resultado. He canalizado mejor.
¿Cómo fue el momento en el que contactaron contigo para volver al concurso en esta nueva edición?
Me llamaron y me decían que querían que volviese al programa. Les dije que cuando ellos quisieran, que estaba encantado, y les pregunté para qué querían que fuese, para hacer qué. Y me dijeron que querían que fuese todos los días. ¿Cómo voy a ir todos los días? [ríe]. “No, no, que vienes a concursar”, me dijeron. Y yo, “¡Cómo a concursar!”.
Me pareció una oportunidad maravillosa. Además, hay que ser siempre agradecido y conmigo se habían portado muy bien. Pensé que si me lo habían propuesto era porque han visto que lo he hecho bien o que gusto televisivamente, o en el programa. O he demostrado y quieren que demuestre más, no lo sé. Acepté, porque era una oportunidad.
Por esta línea, ¿Cómo has vivido la experiencia con la mezcla de veteranos y debutantes?
Se ha vivido de forma preciosa. Nos hemos enseñado y aportado muchísimo, la convivencia ha sido maravillosa... Solo tengo cosas buenas para describir esos días, de ese tiempo y esa mezcla.
¿Vosotros notasteis la diferencia de niveles? Porque aunque comenzaba igualado a tenor de las primeras expulsiones, lo cierto es que ningún nuevo llegó al duelo final.
Lo del duelo final no es la diferencia de niveles, o de ser antiguo o nuevo. En eso la gente está muy equivocada. Esto no es una academia ni todos empezamos en primero, pero seguimos segundo, seguimos tercero... Y luego no es que lleven a los de tercero con los de primero, que están empezando. Aquí en el programa nos meten a gente de todas las edades, de todas las profesiones, y quien va, ya sabe a qué va. Que una persona tenga más o menos experiencia que yo, no significa nada. Importa que ha trabajado más o menos que yo. Porque nosotros no nos formamos en Maestros de la costura. Competimos con gente de todas las edades, más pequeños, mayores, con más o con menos experiencia... Y no significa nada, porque esto no es una escuela. También podría haber habido una señora de 60 años que nos hubiese levantado la camisa a todos. No tiene nada que ver esto.
La gente se cree que, por haber salido el año pasado, tengo más experiencia. No, corazón: la experiencia se consigue trabajando y exigiéndose, y es la persistencia. Menos salir de fiesta y menos jauja y trabajar más. Aparte, a coser no aprendes en un año. En un año puedes aprender a entender algo de coser o a montar algo, no a tener una percepción y una calidad impoluta. La percepción de la costura es muchísimo esfuerzo, muchísimos años, y muchísimo sacrificio, porque es un trabajo muy manual. Una persona que no aprende a hacer cerámica de hoy para el año que viene. No partimos de cero, llegamos con experiencias, cada uno tiene una, y ya está. Y los que llegamos al duelo final parece que fuimos los que lo hicimos mejor, supimos luchar mejor esas pruebas y la suerte también nos acompañó más, o lo que fuese.
Lo que sí es innegable es la diferencia en cuanto a la experiencia frente a las cámaras. ¿Cómo te has sentido tú en esta segunda vuelta en cuanto a las críticas de los jueces, o en los comentarios?
Con los jueces yo venía más serio porque ya venía consolidando una marca que tenía que mantener delante de las clientas. A lo que son las cámaras ya te acostumbras, porque yo las pisé el año pasado y no las pisé en un año. No soy presentador ni doy el tiempo cada día o cada semana, a mí las cámaras me siguen dando pavor. Pero cuando te pones ahí te olvidas de que hay cámaras, porque tienes que hacer tantas cosas con tanta presión, y conseguí tan buen resultado para que la gente lo vea, que al final te olvidas de que hay cámaras. Las cámaras son lo de menos.
Lo decía porque te has cortado mucho menos que en la anterior edición, incluso con los propios invitados. Pero en la final, Raquel te dijo que en realidad eres como un “osito”, y tú reconociste que es una coraza. ¿Te la has quitado un poco más esta segunda vez?
Lo que diga la gente no lo sé, porque nunca me he cortado en nada y me he soltado. Siempre he sido como he sido, no me he escondido nunca de nada. Podría ser que me quitara la coraza allí al conocerlos, porque me sentía en un ambiente más familiar y más relajado y más tranquilo. Y quizás eso hizo que estuviese más como si fuera mi casa.
Comentabas que te has sentido más parte de la familia de 'Maestros de la costura' por tus compañeros. ¿Crees que ha sido determinante el entorno en tu forma de trabajar y en desenvolverte?
Podría ser, porque cuando estás tranquilo, todo va bien. “Vísteme despacio, que tengo prisa”, dicen. Podría ser que me hubiese influenciado esta felicidad y este buen feeling con mis compañeros.
Como ya conocías las claves del formato, ¿has participado esta vez con una estrategia?
La verdad, con ninguna estrategia. No soy una persona de estrategia. Solo he ido a demostrar todo lo que sabía hacer.
¿Te esperabas conseguir el premio esta vez o al final, al tener de referencia la anterior edición, sabías más los fallos que podías tener?
Todo ha cambiado, ya habéis visto que habíamos cambiado las pruebas y que todo funciona lo mismo. Los nervios vienen igual, así que nunca te sirven de precedente estas cosas. Y aprender no aprendes de una vez, aprendes de más de una. Y no creo que pueda ir muchas veces a Maestros de la costura. Así que esta vez ha sido arriesgarme una vez más. Para nada pensé que podía conseguir el premio. Ver mi evolución ha sido algo que me ha gustado, porque me he visto desde fuera, pero nunca pensé que podría conseguir eso.
Ver mi evolución ha sido algo que me ha gustado, porque me he visto desde fuera, pero nunca pensé que podría conseguirlo
Eres un ejemplo de que hay veces en las que se necesita una segunda oportunidad para conseguir los objetivos. ¿Crees que este mensaje de superación ha llegado a los espectadores?
No sé si habrá llegado, pero si no ha llegado deberían pillarlo, porque es así. En la vida hay veces en que necesitas un pequeñito empujón de esfuerzo, y a veces lo consigues con ese poquito.
¿Cuál es la experiencia con la que te quedas de todo tu recorrido por 'Maestros de la costura'?
Pues la experiencia es que nunca puedes esperar nada. Y luchar, demostrar que si se tiene que ver reconocido, se verá reconocido, y la gente te lo adoptará y te lo congratulará.
¿El término de 'tieta' te ha etiquetado en un estilo de costura o es algo que se quedará en el programa?
El estilo 'tieta' es algo que, en caso de que me etiquete, me etiqueta siempre para bien. Porque las 'tietas' en Cataluña se consideran las tías solteras de la familia, las típicas viudas jóvenes o solteras con negocios, con dinero, con joyas... Son las que te dan los mejores regalos en los cumpleaños, cuando te casas, las que te compran un coche... Es la vida de soltero que cualquiera quiere llevar. Es como vivir estupendamente bien, como esas 'tietas' que tienen 90 años y son guapas, van estupendas, todo el mundo envidia, son felices, se van de viaje, tienen amigos... El concepto 'tieta' se usa mucho para la típica señora de bien, soltera o viuda de hace muchos años. Está invitada por todo el mundo de la familia a las bodas, todo el mundo la va a buscar y todo el mundo la quiere. Así que para mí es un concepto super positivo, ya que denomina “un poco de de clase”, a la hora de la costura. Es decir, que hago cosas con un poco de clase, con condición.
Esa etiqueta es algo que me da completamente igual. En caso de que se quede, me parece maravilloso. Estaré encantado de vestir a todas las 'tietas', porque son las que tienen el presupuesto para pagar el vestido.
Ya estabas en el foco mediático tras pasar la edición pasada por el concurso. ¿Cómo vas a aprovechar la proyección que te da este programa, y qué vas a hacer o qué estás haciendo?
De momento estoy en Madrid, y la idea sería abrirme puertas por aquí, buscando trabajo, repartiendo tarjetas para coger clientela para vestir a la gente. También conocer a personas e ir a eventos para darme a conocer. Si veo que en estos tres meses que estoy haciendo en Madrid el master de Condé Nast, me abro puertas, seguramente me quede a vivir aquí. Si veo que la cosa me va justa me tendré que ir para casa [ríe]. Pero estoy seguro de que me va a ir muy bien, ya he venido con esa idea y con esas energías, y estoy que me lo como todo.
Como te comentaba, te has convertido en un personaje televisivo. ¿Participarías en otro formato de televisión, aunque fuera desvinculado de la costura?
No me cierro puertas a nada. Lo que nunca haré será abandonar mi mundo actual, porque tengo claro que seguiré siendo modisto. Este es mi mundo y nunca lo abandonaré, pero no me cierro puertas a que pueda aparecer en otro sitio o pueda estar en otro sitio. No me cierro ninguna puerta. Todo se puede valorar, todo depende de cuándo llega, depende de las prioridades del momento. Tampoco pensé nunca salir en Maestros de la costura, y aquí estoy. No voy a hablar del futuro porque nunca se sabe lo que puede pasar.