María León, dispuesta a abrir debates con 'Heridas': “Me gustaría encontrar la raíz y no sólo el síntoma”
Antena 3 retoma este jueves su cita con la ficción nacional con el estreno en abierto de Heridas, un drama con la maternidad como eje que llega dispuesto a abrir debates. Al menos eso espera María León, protagonista junto a Adriana Ugarte y la pequeña Cosette Silguero, que se reencuentra con esta historia un año después de su lanzamiento en Atresplayer Premium preparada para que llegue a más público a través de la televisión lineal.
“Me gustaría que encontrásemos la raíz y no nos fuésemos solamente al síntoma”, reflexiona la actriz en una entrevista con verTele, tras ser preguntada sobre si piensa que su papel de Yolanda, que gira en torno al abandono a la infancia, puede generar conversación social. “Me gustaría que esta serie sirviera para ver que nadie es tan víctima ni tan verdugo”, agrega.
La intérprete sevillana afirma que se ha aproximado a su personaje sin juzgarlo, y aprendiendo de él. “Para mí es interesantísimo poder pasar por estos personajes femeninos que no son heroínas”, dice, y lanza un lamento: “Pensar que la sociedad está todo el tiempo echándole mierda a la gente que no brilla te da mucha desesperación y a mí personalmente, como María, me entristece”.
Heridas es una adaptación de la serie japonesa Mother y a su vez de su exitosa versión turca, emitida en España con el título Madre. María León, no obstante, dice que no ha querido fijarse en los referentes porque “cada personaje que hago intento que sea una versión única”.
Preguntada sobre las posibilidades de este “dramón” de triunfar en Antena 3, y sobre el éxito actual de series esencialmente dramáticas, la actriz dice que “ahora que tenemos tantísimas opciones, el drama es algo en lo que la gente se permite poder ablandar un poquito el corazón”. “Vivimos en una sociedad en la que se permite poco hablar del drama y sentirlo. Es como que tenemos que estar siempre con el traje de fiesta puesto”, sentencia.
Rodasteis Heridas hace dos años, la preestrenásteis en Atresplayer Premium hace uno, y ahora llega al fin a la televisión en abierto en Antena 3. ¿Cómo está siendo para ti reencontrarte con este proyecto?
Reencontrarse con los trabajos que uno hace siempre es algo maravilloso, porque te da la oportunidad de poder llegar a otro tipo de público, como mi madre que no tiene plataformas. Estoy supercontenta porque tengo la opción de poder mostrar este trabajo, este personaje, en otro lugar que llega a más gente.
La que cuenta Heridas es una historia compleja, muy intensa y muy dramática. ¿Cómo viviste en su momento meterte en la historia de Yolanda, y qué huella ha dejado en ti pasado este tiempo?
Todos los personajes con los que trabajo suelen dejar un rastro en mí, porque es como que acompaño a alguien a quien no conozco, que la mayoría de veces no tiene que ver conmigo, y que siempre se queda en mí y en mi vida.
Con Yolanda tuve un aprendizaje muy bonito porque comprendí a uno de los personajes más interesantes que he hecho jamás, precisamente por la complejidad que tiene. Es un personaje que está completamente juzgado y señalado, y para mí el placer ha sido desgranarlo, dejar de juzgarle y entender cómo una persona puede llegar a su situación sin pensar que lo hace con la intención de ser simplemente mala, que es algo básico y muy pobre.
Para mí el trabajo fue exquisito y gustosísimo por el hecho de poder entrar en las sombras de Yolanda y acompañarla en ellas para comprenderla, quererla, no juzgarla y llegar con ella al viaje final en el que vemos que se da una oportunidad. Me parece que es un viaje tremendamente oscuro, pero con un aprendizaje muy bonito. Siempre se puede dar uno una oportunidad, la responsabilidad está en uno mismo.
Dices que no la juzgas y que has aprendido de ella. ¿Te atraen los personajes que te hacen reflexionar y plantearte debates?
Claro, es mucho más interesante. Como actriz consigo abrir la caja de pandora, meter la mano y encontrar otro tipo de colores que en la práctica de mi día a día seguramente no utilizo porque no tienen nada que ver conmigo. Poder tener otros personajes que te hacen plantearte ciertas situaciones es maravilloso porque aprendes y creces como persona. Individualmente, aunque nunca llegues a ser ese personaje, de alguna manera has pasado por su casa y algo se te impregna, te lo llevas de aprendizaje.
Puede que la gente de primeras se quede con el primer gran giro de la trama, que es polémico. Pero, ¿crees que a nivel social puede abrir debates sobre la maternidad, o sobre ciertas problemáticas sociales como el abandono de la infancia, el maltrato...?
Me gustaría que eso fuese así, que encontrásemos la raíz y no nos fuésemos solamente al síntoma. Realmente esto crea un debate importante sobre la maternidad, sobre cómo este personaje es una mujer que no tiene herramientas, que nace en un lugar muy concreto, que tiene un desarraigo y que ve cómo la sociedad la abraza y le da herramientas. Esto es interesante e importante porque así la gente puede ver que hay situaciones que no tienen por qué ser fáciles, empatizar y saber que todos podemos ser Yolanda.
Es importante el lugar donde naces, la educación que recibes, y que haya un proceso en tu infancia y en tu identidad como para poder tener más oportunidades o menos. Y si una persona ha nacido con pocas oportunidades, ha tenido un desarrollo que lo ha llevado como ha podido y nosotros como sociedad en vez de darle herramientas lo que hacemos es juzgarla y apartarla porque nos molesta, creo que es un mecanismo totalmente equivocado. Me gustaría que esta serie sirviera para eso, para ver que nadie es tan víctima ni tan verdugo, y que lo difícil es enfrentarse y ponerle nombre. Estamos muy acostumbrados a “la buena” o “la mala”, pero esta dualidad existe en todos y no es fácil.
Como comentábamos, Heridas se estrenó en Atresplayer hace casi un año. ¿Recibiste ya feedback en su momento? ¿Hubo algún comentario o mensaje que te sorprendiese?
Me gustó mucho que la gente quería a Yolanda. Tenía mucho miedo porque al principio, en los primeros capítulos, al personaje se le retrata como verdugo y temía que se la juzgara y se quedara como la “mamá mala”, sin ver todo el arco. Me sorprendió porque mucha gente me paraba por la calle y me decía que era un personaje muy bonito, que querían que la niña estuviese con ella porque habían comprendido el proceso.
Eso me dio mucho placer y también mucha tranquilidad, porque pensar que la sociedad está todo el tiempo echándole mierda a la gente que no brilla te da mucha desesperación y a mí personalmente, como María, me entristece. Escuchar estas cosas me dio alegría y me hizo ver que había defendido a Yolanda con el suficiente corazón como para que pudiera apreciarse esta evolución.
Pensar que la sociedad está todo el tiempo echándole mierda a la gente que no brilla desespera, y a mí me entristece
¿Cómo ha sido el trabajo con tus compañeras de reparto?
Trabajar sobre todo con la actriz que interpreta a mi hija, Cosette Silguero, ha sido un regalo. Es muy pequeña y era su primera serie como protagonista, pero tenía una generosidad a la hora de trabajar que fue realmente nuestra fortaleza como actrices adultas. La niña era el 50% de nuestro trabajo y disfruté muchísimo. Me escuchaba como muy pocos actores me han escuchado y era generosa, tenía intuición.
Con los niños hay que tener mucho cuidado con las cosas que se cuentan porque les podemos dejar un poco traumatizados, y ella intuía. Al principio de la serie su personaje no debía tener mucha empatía conmigo, y el director le decía que no me besara o agarrase la mano porque ella intuitivamente me quería dar ese cariño. Era muy bonito porque veías a una niña pequeña protegiendo a unos adultos.
Con Adriana Ugarte coincidía mucho menos. Es una actriz que tiene un método completamente diferente al mío, no tenemos nada que ver trabajando, pero precisamente por eso ha sido interesante juntar a dos compañeras que tienen dos métodos distintos y que tienen que estar a una.
Heridas es una adaptación de una serie japonesa y de su posterior versión turca, que fue un éxito. ¿Para construir tu personaje te basaste únicamente en los guiones, o quisiste ver algo del material previo que había?
No me gusta tomar referencias, porque las referencias creo que te limitan. Cuando cogí los guiones me los devoré y me centré en la Yolanda que habían escrito aquí en España, y en buscar los referentes que tenemos en este país de este tipo de mujeres con este desorden, digamos.
Normalmente no cojo referencias porque me gusta experimentarlo desde mí misma. Después, a la larga, sí puedo encontrar cosas en común con otros, pero cada personaje que hago intento que sea una versión única. Para mí eso supone descubrirlos, acompañarlos en el camino y, como actriz, crear una relación única con mis personajes.
Vivimos en una sociedad en la que se permite poco hablar del drama y sentirlo. Es como que tenemos que estar siempre con el traje de fiesta puesto
Llama la atención que Heridas, al igual que Alba, es la adaptación de una ficción internacional que como decimos ya se ha emitido en España con éxito. ¿Crees que puede afectar o beneficiar a su acogida, o que en este caso es indiferente?
Creo que puede ser todo y nada, porque puede crear curiosidad por ver la comparativa y que finalmente cada proyecto termine cogiendo una identidad propia. Me gustaría pensar que la curiosidad de la gente no es corta y que si de repente aparece Heridas, van a detenerse a ver este trabajo concreto. No he visto las otras series, pero estoy segura de que no tienen nada que ver.
Estamos viendo cómo en los últimos tiempos el drama es el género que más gusta en la ficción en abierto, o al menos el que mejor funciona en audiencias en la TV actual. ¿Por qué crees que es así? ¿Crees que este “dramón” tiene potencial para funcionar?
Yo creo que sí, que Heridas tiene potencial suficiente para funcionar donde la pongan. Es verdad que la comedia es más difícil mantenerla y hacerla, y es cuestión de encontrar cabida. Yo soy muy fan de la comedia, he aprendido y crecido haciendo comedia en televisión, pero es mucho más complicado sorprender.
Ahora que tenemos tantísimas opciones, el drama es algo en lo que la gente se permite poder ablandar un poquito el corazón. Estamos todo el tiempo teniendo que hacerlo bien y que estar 'a full'. Hay una presión social tan fuerte que cuando ves una ficción con la que puedes sentirte identificada, o que puedes ablandarte un poco y dejarte caer en la vulnerabilidad del otro, hace que tú sientas también la tuya. A la gente no le gusta sentirse vulnerable, pero cuando estás viendo una ficción no eres tú, es el personaje el que es vulnerable y te relajas, lo lloras, empatizas... de alguna manera es esto de 'mal de muchos, consuelo de tontos'. Al ver el drama fuera, nos permitimos sentir. Vivimos hoy en día en una sociedad en la que se permite poco hablar del drama y sentirlo. Es como que tenemos que estar siempre con el traje de fiesta puesto.
Desde que estrenaste Allí abajo ha cambiado mucho el panorama de la ficción en la televisión en abierto. ¿Cómo afrontas ahora un estreno? ¿Tienes más, o menos presión por los datos? ¿Ha cambiado algo en ti en ese sentido?
Qué buena pregunta y qué interesante. En mí no ha cambiado nada porque sigo teniendo mi mismo proceso. Me doy cuenta que van pasando los años, que me hago mayor en la profesión y en todos los sentidos. Y ha habido un cambio brutal [en el panorama] que he visto y que me tiene completamente anonadada, pero en mí no ha cambiado nada.
Los datos intento no mirarlos, pero por tener una salud mental. Mi trabajo lo sigo haciendo desde el mismo lugar y con la misma pasión, pero sí que es verdad que es interesante cómo se está desarrollando el nivel de producción, cómo se cuidan los proyectos, qué tipo de historias se quieren contar. Es como una lavadora: como hay un movimiento continuo y soy una gran espectadora de todo ese movimiento, intento defender cada cosa que hago con la misma pasión, el mismo amor y desde la misma intimidad.
Me lo tomo tal cual, porque si no me dejaría de gustar un poco esta profesión. Me mantengo en esa antigüedad, pero sí que es verdad que al tener más opciones y más ventanas desde las que nos podemos mostrar, hay más trabajo. Es una industria que ha crecido y me hace sentir muy orgullosa, porque soy consciente de que somos muchos -y no solamente en la parte artística- los que comemos de esta profesión. Ha cambiado todo, algunas cosas parece que van más a favor y otras menos, pero creo que es importante escuchar los cambios, adaptarse a ellos y seguir siendo fiel a la pasión que tiene uno mismo a la hora de enfrentarse al trabajo.
Los datos intento no mirarlos, pero por tener una salud mental
Además de Heridas, próximamente estrenarás también El hijo zurdo, otro drama que gira alrededor de la maternidad. ¿Encadenar estos proyectos es coincidencia? ¿Te han dejado alguna lección o aprendizaje vital?
Es coincidencia total, yo también estoy totalmente sorprendida. Muchas veces me miro al espejo y digo: ¿será que me ha tocado ya la edad? Pero no, ha sido casualidad y para mí es interesantísimo poder pasar por estos personajes femeninos que no son heroínas ni son tías que están superbuenas y se dedican a ligar, o a 'ser hija de'. Las dos tienen una historia personal y además cuentan no solo las relaciones de cara a sus hijos, que en este caso coinciden en lo mismo, sino que además muestran cómo buscan su identidad y esa responsabilidad de estar bien para poder acompañarles o bien a ellos, o bien a sí mismas.
Este tipo de personajes me interesan porque como actriz me hacen meterme en el alma de mujeres que son complejas y que son más reales que las que no son complejas. Me siento mucho más identificada con este tipo de mujeres. El hecho de que todo pase a través del instinto maternal creo que es interesante contarlo. Estos dos personajes tienen el conflicto de haber abandonado a sus hijos, una lo hace por falta de herramientas y otra por abandonarse a sí misma, pero hay un vínculo directo con ese motor que es el instinto maternal que llevamos todas dentro.