Samantha Hudson revoluciona 'MasterChef Celebrity 6': “He venido a ser un esperpento, a montar un escándalo”
Entrevistamos a Samantha Hudson, Tamara y Julian Iantzi, tres de los concursantes de la sexta edición de 'MasterChef Celebrity', que abrirá sus cocinas este lunes 13 de septiembre en La 1 de TVE. “Más que reality es un surreality”, resume la artista e influencer
MasterChef Celebrity 6 encenderá sus fogones este lunes 13 de septiembre en La 1 de TVE. La nueva edición VIP del talent culinario producido por Shine Iberia contará en sus cocinas con perfiles muy dispares integrados dentro de un heterogéneo casting que incluye nombres como Verónica Forqué, Terelu Campos e Iván Sánchez hasta completar sus 16 participantes.
Entre ellos están la influencer Samantha Hudson, el presentador Julian Iantzi y la cantante Tamara, con los que hemos podido hablar antes del estreno y en el marco del FesTVal de Vitoria 2021 que cubrió verTele. Y más allá de sus diferentes trayectorias, aseguran que ha habido “muy buen ambiente” y que tienen un grupo de WhatsApp “que os gustaría leer”.
Según Tamara, Hudson va a ser “la bomba de la edición”, aunque ella asegura que “vine dispuesta a hacer el peor plato de la historia, y creo que ni ese se me dio bien”. El presentador de El Conquistador en ETB avanza que aquí ha sido “menos cañero” que en el reality que lidera en la autonómica vasca. Además, revela que el reto más complicado ha sido “enfrentarse al jurado”.
Para Tamara, Pepe Rodríguez ha sido “el más duro”. Opinión en la que difiere con la influencer, que le describe como su favorito por cómo “me recuerda a mi padre”. También sostiene que normalmente Jordi Cruz es el que tiene peor fama, pero que se debe a que “no gesticula mucho y da la sensación de que es más sádico”. Esta fue su loca y divertida charla con los periodistas.
¿Cómo ha sido la experiencia de estar en 'MasterChef'?
Tamara (T): Increíble. Algo muy diferente a lo que todos habíamos hecho hasta ahora. No tiene nada que ver con lo que hacemos y eso lo convierte en una experiencia única. Lo más bonito que me llevo es, a parte de formar parte del programa, a mis 15 compañeros. Nos hemos llevado súper bien.
Julian Iantzi (J.I.): Ha habido de todo. Drama, risas, lágrimas, tensión, presión, heridas… pero ha sido una edición muy divertida. Van a ocurrir cosas que no han ocurrido nunca.
Samantha Hudson (S.H.): Un asesinato.
J.I.: A tanto no.
T.: También hemos contado chistes, hemos sufrido, hemos cantado. Vais a flipar.
S.H.: Lo mejor que me llevo es haberme fumado 70 cigarrillos con Carmina Barrios.
T.: Y que Carmina ha estado a punto de cocinar en bragas y con el torso al aire.
J.I.: Para mí, que soy el menos Celebrity, les conocía como personajes dentro de su ámbito profesional, pero aquí he tenido la oportunidad de conocer a las personas. Me he llevado unas sorpresas increíbles. Comía con ellos y parecía que estaba con mi cuadrilla. He flipado con la calidad humana de este grupo. Hemos congeniado bien y es difícil, yo que hago realities normalmente al minuto tres la gente está ya enzarzada. Aquí no y mira que lo han intentado.
Lanzo imprecaciones y soy una tía grosera pero sé dónde está mi lugar
Con lo variado que es el casting, parece que podría haber pasado cualquier cosa.
J.I.: Lo normal es que hubieran saltado chispas por la diferencia de edad, las diferentes profesiones e incluso por una cuestión de egos.
S.H.: ¿Diferentes por qué? Terelu y yo tenemos el mismo peinado, Julian también... El resumen es que somos 70 señoras y algún hombre.
J.I.: En las pruebas de exteriores todo el mundo iba a salvar su culo, indudablemente. Pero hemos sido compañeros, y no solo durante el programa.
¿Cómo habéis llevado la mezcla de cocina y convivencia?
T.: El programa realmente es de cocina. Se va a cocinar, pero también hay un punto de reality.
S.H.: Más que reality es un surreality.
J.I.: No es un reality en el sentido de que sean 24 horas grabadas, pero todo lo que se graba de tensión, las relaciones entre nosotros, lo que surge de la locura de pruebas de exteriores... Todo eso es verdad.
S.H.: Yo me he liado contigo. Somos Guti y Arancha.
¿Habéis sufrido mucho?
T.: En equipo es mucho más duro que cuando cocinas individualmente.
J.I.: Sí, porque el ritmo es muy frenético. Te den el tiempo que te den, al final te pilla el toro siempre.
¿Cuál ha sido el reto más difícil?
J.I.: El jurado. Siempre es el jurado.
T.: No, el jurado no. Lo más difícil es que 16 personas que se conocen de muy poquito se lleven bien, se admiren, se quieran, y estemos tan bien.
J.I.: Incluso compitiendo, sí.
S.H.: Jo, pues yo lo que peor llevaba era el tiempo. Porque el reloj está muy lejos, yo soy miope, y no veía. Me tocó atrás todo el rato, no veía el reloj, y todo el mundo sabía cuándo acababa. Es un horror.
J.I.: Pero es que yo, viendo, tampoco lo entendía. Porque al final no sabes ni cuánto tiempo llevas, ni cuánto queda. Es una locura luchar contra el crono.
T.: Y aparte de todo eso, hay instrumentos y aparatos que no conoces. Y luego elige el plato, emplátalo, que te dé tiempo y quede bonito…
J.I.: Como la compra. Los tres putos minutos para comprar eran los más cortos de mi vida. Largos porque no sabías al final qué comprar, y cortos porque no da tiempo a nada. Es mucha tensión.
Mencionabais al jurado, ¿cómo ha sido vuestra relación con los chefs?
J.I: Soy de los que piensa que cada uno tiene que saber donde está y el papel que tiene que desempeñar. Tengo mi carácter y ante las injusticias puedo saltar pero, ¿cómo voy a discutir un plato con Jordi Cruz o Pepe si no tengo ni idea? Discutir con ellos es querer llevarte un protagonismo que no tiene ningún sentido.
En algún momento dado he podido hacer alguna pregunta porque tengo curiosidad e igual ha habido alguna decisión que no me ha parecido lógica o no he entendido el por qué. Preguntar sin enfadarte no es malo. En El Conquistador soy muy cañero, pero aquí no tenía la sartén por el mango. Sabía dónde estaba, he venido a aprender. Toca achantar lo que tienes que achantar.
T.: En mi caso, soy ama de casa. No iba preparadísima pero lo básico lo tenía.
S.H.: Yo no sabía hacer nada y llegué aquí y todo el mundo, asqueroso, yendo a clases con cocineros buenísimos. Vine dispuesta a hacer el peor plato de la historia, y creo que ni ese se me dio bien. Así que soy una fracasada.
¿Quién ha sido el más cañero?
J.I.: Cañeros son los tres.
T.: Los tres son duros, pero Pepe...
S.H.: Pepe es mi favorito. Me recuerda a mi padre y eso me gusta.
J.I.: Jordi es el que tiene peor fama en ese aspecto e igual te esperas más, pero luego te das cuenta de que los otros dos tampoco se quedan cortos y también sacuden.
S.H.: Es que Jordi no gesticula mucho y da la sensación de que es más sádico.
T.: Pero cuando Pepe tiene que decir algo es todavía más directo.
S.H.: A mí es que el rollo castellano-manchego me tira mucho.
Samantha, eres quizás una de las personalidades más desconocidas para el gran público. ¿Qué se van a poder encontrar los espectadores contigo?
S.H.: No lo sé ni yo misma. Espero que una tía majísima, eso seguro. Y después, lo que a cada uno le venga en gana. Tampoco tengo ninguna intención, yo he venido a ser un esperpento, a montar un escándalo, y a intentar hacer las cosas lo mejor que pueda, o intentar hacer las cosas lo peor que pueda, según mis posibilidades. Pero espero conectar con mi gran target objetivo que sin duda son las señoras amas de casa que ven el programa y que por desgracia no ven mis stories. Espero que me disfruten en la tele.
¿Cómo has llevado estar en el programa, siendo una persona tan políticamente incorrecta?
S.H.: No, yo soy muy formalita.
T.: Va a ser la bomba de esta edición.
S.H.: Es un error pensar que solo lanzo imprecaciones y que soy una tía grosera. Lanzo imprecaciones y soy una tía grosera pero sé dónde está mi lugar, que es fuera en la calle porque para cocinar no sirvo.
T.: Lo bueno de Samantha es que no tiene ningún problema en decir “no cocino, he venido a desempeñar esta labor”. Es maravillosa.
S.H.: A ver, es que no todo el mundo puede hacerlo súper bien. Es muy difícil ser tan tonta, no penséis que es tarea fácil.
J.I.: Yo no conocía a Samantha porque el tema redes, lo justo. Pero mis hijos sí, y cuando supieron que iba a estar en el programa, empezaron a decirme que era una crack. Empecé a indagar y flipé.
En la última edición de 'MasterChef Celebrity' hubo dos polémicas principales, la primera, respeto a las medidas anti Covid ¿cómo ha sido esta en ese sentido?
J.I.: Hemos seguido todas las medidas con pruebas diarias.
La segunda Flosie, el personaje que creó Florentino Fernández, por el que tanto TVE como el cómico pidieron disculpas. ¿Se ha dado alguna situación parecida o habéis notado algún cambio?
T.: Lo que ha habido aquí son 16 personas pasándolo bien y sobre todo, Carmina, que suelta cada palabrota que ni lo podía evitar. Es que si no... no es ella.
J.I.: ¿Sabéis también qué pasa? Que la gente tiene la piel muy fina. Nosotros nos hemos dicho cosas dentro del programa, de un contexto, un tono y una intención en la que todos sabemos lo que hay. Si le digo a Samantha algo y ella no se ofende, ¿quién es el resto para ofenderse? Muchas veces las polémicas vienen de fuera porque la gente interpreta algo sin tener toda la información y descontextualizándolo todo. No sé qué pasó con Josie. ¿Tenían toda la información? ¿Realmente sabían la intención? Si ofendió a alguien, ¿realmente esa persona estaba ofendida? Es que aquí lo fácil es soltar la bomba y no acarrear.
S.H.: Igualmente, eso es competencia de la otra edición y no tenemos nada que ver. Aquí ha habido un ambiente muy bueno y si ha habido algún comentario que puede salir interpretado de alguna manera, es completamente ajeno a todos los participantes del concurso. Por lo menos en la edición en la que yo he estado, del resto no puedo hablar.
J.I.: Ha habido diferentes historias, momentos muy curiosos.
T.: Y cada vez que se iba uno era un drama para todos.
Esta relación tan buena que comentáis que tenéis, ¿se traslada a ahora? ¿Tenéis un grupo de WhatsApp?
J.I.: Sí, y un WhatsApp que os gustaría leer. Es una locura. Imaginaos lo que pueden hablar Carmina Barrios, Verónica Forqué, Miki Nadal, Tamara, Arkano… es un antiestrés. Yo cuando estoy jodido vuelvo a releer las conversaciones de WhatsApp y me descojono.
T.: Se pone cada gilipollez… Unas fotos de cuando nos levantamos con los pelos así…
¿Tamara y Samantha, habéis cocinado con esas uñas?
S.H.: No.
T.: Mis uñas son MIS uñas, no sabéis lo que yo pasé en el momento que me dijeron que me las tenía que cortar al ras. Me moría. Ya me han crecido, por fin, pero lo pasé fatal con mis uñas.
¿Ha habido accidentes?
J.I.: Sí. Es que hay cosas que sabes que no hay que hacer, pero al final estás con tanta presión y tanta prisa... Me quedaba una cosita para cortar, hice así, y con unos cuchillos que cortan con sólo mirar... me llevé medio dedo, me cago en la mar. Yo me llevaba las uñas al cortar, que luego tenía que andar buscando la uña en la cocina para que no fuera al plato.
S.H.: Tú tienes excusa, yo me corté cortando fresitas. Me rebané medio dedo cortando una puñetera fresa. Y además es que fue la segunda fresa... soy lo peor. Es por estar sin uñas. Con uñas me habría apañado mejor.
Cuando os ofrecieron participar, ¿llamasteis a algún amigo famoso que ya hubiera participado para ver si os recomendaba la experiencia?
T.: Yo no.
S.H.: Yo no tengo amigas famosas.
T.: Ahora ya sí.
S.H: Sí, bueno, es verdad... le envío unas fotos a Bustamante...
T.: A mí mi madre me advirtió: “Tamara, que eso yo lo veo desde casa, pero creo que no es a lo que estamos acostumbradas y que va a ser duro para ti”.
J.I.: Yo hice una llamada a mi amigo David Rodríguez, que es el dueño del restaurante Danako de Irún, y le dije: “Que me han llamado de MasterChef, que estoy dentro”. Me preguntó que cuándo arrancaba, y al decirle que en tres semanas, me dijo que me fuese allí: “Lo primero que tienes que hacer es que te suenen las cosas, porque si no no vas a aprender”. Un abatidor, un roner… no sabía ni lo que era.
En tres semanas no aprendes gran cosa, pero sí te suena un poco todo. Por eso sí que hice esa llamada. Pero luego lo que te ayuda es muy relativo, en MasterChef siempre te pillan con el pie cambiado, siempre te sacan de tu zona de confort, y siempre te enfrentas a algo nuevo. Luego te dicen: “Esto lo podrías haber hecho de esta manera”, pero es que ellos como saben, tienen recursos, yo no porque no entiendo de cocina. Es muy diferente.
T.: Es como si yo a Jordi le digo: “Venga, ponte a cantar mi canción”. Pues no lo haría.
S.H.: Oye, a lo mejor tiene un puntazo…
Muchas veces las polémicas vienen de fuera porque la gente interpreta algo sin tener toda la información y descontextualizándolo todo
¿En vuestras casas ahora os obligan un poco a cocinar?
T.: Yo estoy obligada desde hace muchos años.
J.I.: Yo cuando estoy en casa también suelo cocinar yo. Pero más básico.
S.H.: Yo es que ya cocinaba siempre. Yo aspiro a ser una señora. Soy travesti, pero de chico a chica no, de maricón a señora.
T.: Esta edición te has equivocado, que no eres tú la travesti.
S.H.: La travesti de la edición es ella.
T.: Mirad la foto, que la travesti soy yo.
J.I.: Lo que sí recibimos ahora es muchas invitaciones a cocinar en casas de los amigos y en todos los lados. Y también es verdad que ahora vas a un restaurante y te fijas mucho más en la comida, en las elaboraciones... En MasterChef se aprende.
¿A quién os llevaríais de vacaciones de esta edición?
S.H.: Al técnico de sonido.
T.: A Carmina.
J.I.: Yo he hecho muy buenas migas con Iván Sánchez, por ejemplo.
¿Y si tuvierais que recomendar la experiencia a alguien?
S.H.: A la que peor me caiga. Yo pasé mucha angustia.
T.: A todo el mundo, de verdad.
J.I.: Pero que vengan mentalizados a que esto no es un paseo. Y que desde casa todo se ve muy fácil. Vais a ver cosas que vais a decir: “¿Pero cómo se puede ser tan inútil?”. Bueno, pues me gustaría veros ahí.
S.H.: Es muy divertido, pero es muy heavy. MasterChef es heavy metal.