Entrevista

Miguel Bernardeau, bajo la máscara del 'Zorro': “He descubierto que necesito reinventarme y evolucionar”

Desde pequeñito quería hacer un personaje así, aunque fuera una vez”, reconoce Miguel Bernardeau sobre lo que supuso para él afrontar el reto de convertirse en Zorro. En pleno ascenso profesional y con la mirada puesta en el mercado global, el actor madrileño asume el protagonismo en este nuevo acercamiento al icónico personaje de aventuras creado por Johnston McCulley, adaptándolo para una nueva generación y también para todos los públicos.

La producción de Secuoya, estrenada el jueves 25 en Prime Video y este domingo 28 en La 1 de TVE, no es la primera infraestructura internacional en la que Bernardeau se integra. Tras graduarse del universo Élite, el joven se enroló en 1899 dentro de Netflix con un papel destacado. Aquí, en cambio, asume el protagonismo absoluto, lo que puede plantear ciertas dudas por su aspecto netamente europeo frente a las concepciones más populares de Diego de la Vega. Él es consciente de todo ello, pero también destaca cómo la propia serie aprovecha esa circunstancia para aportar una nueva visión del justiciero y protector de los desfavorecidos que permite reflexionar en tono ligero sobre el colonialismo y la apropiación cultural, como valoramos en nuestra crítica.

“No voy a ponerme a preocuparme o politizar. Tenía mucha ilusión por hacerlo y me cogieron después de siete pruebas. A partir de ahí, no le di más vueltas”, asegura el intérprete, para quien encarnar al Zorro es un sueño cumplido y una aspiración profesional. De hecho, y a la espera de saber si estas aventuras tienen segunda temporada, él es claro: “No creo que haga algo así nunca más, es algo muy específico, pero era el momento de hacerlo”.

Ante todo, este Zorro marca una etapa de crecimiento para el actor, con la serie Querer para Movistar Plus+ pendiente de estreno, en la que cambia radicalmente de registro. Una prueba de lo que busca en estos momentos: “He descubierto que necesito reinventarme, como todos, y evolucionar”.

¿Qué es lo que más te sedujo de este proyecto para querer formar parte de él?

No es que quisiera formar parte, es que hice siete pruebas de casting para esto. Lo que me seducía era interpretar a Zorro y a Diego de la Vega. Lo conocía desde pequeño, me había disfrazado de él de pequeño, y como actor y como niño interno me veía muy estimulado y me hacía ilusión.

¿Te dio vértigo encarnar un personaje tan icónico como este? ¿Miedo a las comparaciones?

Por supuesto, claro. Había y hay miedo, pero siempre hay miedo. Y es un tipo de miedo que es bueno, te impulsa y te hace exigirte más y exigir más. Así se pone un nivel de exigencia sobre todo el mundo. Hubo un trabajo de intentar relajarnos, soltar y disfrutarlo, porque es la forma de hacerlo.

El referente de Antonio Banderas era inevitable. ¿Lo tenías como referente, al ser la encarnación más reciente de calado?

Sí, sí. Pero creo que no era la idea. Había una idea de hacer más versiones de personajes como si yo tuviera que ser el nuevo Zorro y él ya no lo fuera. No intenta ser lo nuevo que hay que ver. Es una modernización de la historia, otra oportunidad para la gente para ver a Zorro, para ver a otro tipo de Zorro más moderno en muchos aspectos. Aunque sea de época, hemos traído cosas nuevas. Es un nuevo Zorro hecho muchos años después.

¿Qué es lo que te atraía a nivel interpretativo de esta encarnación de Diego de la Vega?

Creo que es un personaje que es el defensor de los oprimidos. Tiene muchos aspectos y trata temas universales que a todos nos importan: la justicia, la defensa de los necesitados... Y en este caso, la historia de Diego de la Vega va a atraer a las nuevas generaciones. Es un Zorro muy joven, se encuentra con toda la situación siendo muy joven y eso le lleva a convertirse en un hombre a través del personaje. Descubre quién quiere ser, qué significa la justicia para él y qué significa hacer justicia. Aprende mucho de sí mismo. Es interesante ver cómo la inocencia y energía de Diego de la Vega como niño le aporta mucho a Zorro, y el peso de Zorro le aporta a Diego de la Vega. Cambian y se retroalimentan a lo largo de 10 capítulos.

No creo que haga algo así nunca más, es algo muy específico. Pero era el momento de hacerlo

Nos dices que pasaste 7 castings, que de entrada no querían a alguien rubio y con los ojos azules. ¿Por qué crees que se decantaron por ti?

No lo sé, pero tampoco me podía cambiar el color de los ojos ni del pelo. Fui a la prueba, y si me cogían, me cogían. No voy a ponerme a preocuparme o politizar. Tenía mucha ilusión por hacerlo y me cogieron después de siete pruebas, y ya está. A partir de ahí, no le di más vueltas. Si le quieren dar vueltas, que las den. Obviamente, salvando las comparaciones y con todo el respeto del mundo, porque no es lo mismo, pero Anthony Hopkins [que era Diego de la Vega en La máscara del Zorro] tiene los ojos azules y fue El Zorro. ¡Pero no es lo mismo!

En el proceso has dicho que acabaste deseando que no te cogieran, ¿en qué momento esto cambió?

No es que deseara que no me cogieran, pero, claro, después de siete pruebas pierdes la ilusión por que te cojan. Tú ya piensas que no te van a coger, que es imposible. Yo iba porque me lo pasaba bien haciendo la prueba. Era por eso, era muy divertido entrar a hacer ese código, que es parte de lo que me ha divertido de hacer la serie. Entras en ese tono de aventuras, dentro del que te puedes permitir muchas cosas que como actor es muy divertido de interpretar. Es muy diferente a otras que había hecho y a otras cosas que haré. No creo que haga algo así nunca más, es algo muy específico. Pero era el momento de hacerlo y lo he disfrutado mucho.

Precisamente ese debate sobre quién debe encarnar al nuevo ‘Zorro’ se lleva a la propia ficción, al menos en los primeros episodios. ¿Tendrá recorrido dentro de la temporada?

Sí, sí. Lo tiene. Hay un personaje femenino... Otra cosa de la historia es que los personajes femeninos tienen mucho poder y llevan el motor de la trama. Me gusta mucho como están retratados. El personaje de Nah-Lin, que es una indígena con mucha fuerza, que dice que por qué voy a ser el nuevo Zorro... Está muy bien que se trate así, porque refleja lo que sabíamos que se iba a decir. Y con toda la razón del mundo. Está bien escrito, está bien metido ahí.

¿Cómo fue la preparación del personaje? ¿Qué Diego de la Vega querías mostrar?

Quería hacer todo más oscuro de lo que estaba. Pero, bueno, como es para toda la familia, no querían. Optamos por hacer un Diego de la Vega que llega a Los Ángeles como un niño y se va dando cuenta de todo lo que sucede que no sabía, de toda la opresión que hay, de la injusticia, de desmitificar la figura de su padre y de un sistema que es corrupto. Al mismo tiempo se encuentra con la figura de Zorro y cómo le ayuda a entenderse a sí mismo, a descubrir quién quiere ser y tomar decisiones que le obligan a evolucionar de niño a hombre, por la responsabilidad que conlleva. Es divertido de ver, está dentro del código de aventuras y no se busca mucha trascendencia, sino el entretenimiento. Creo que funciona y está bien.

¿Tuviste que entrenarte para las escenas de acción?

Esto supuso un gran atractivo para mí. Si haces el Zorro tienes que aprender a hacer caballo, espada, látigo, la acción. Me atraía muchísimo. Desde pequeñito quería hacer un personaje así, aunque fuera una vez. Con 27 años es el momento perfecto.

Un rodaje de por sí rara vez no es caótico, pero esto era un caos real. Era la magnitud y la situación

¿Cómo te preparaste para la serie?

Aprendí y entrené con Nyumad [una empresa de especialistas de cine]. Primero aprendiendo con la espada y látigo, y caballo, los básicos; y después de eso evolucionamos a crear el personaje de Zorro dentro de eso, a crearle esos movimientos que fueran específicamente para Zorro, que le dieran esa personalidad a la figura y que lo hicieran diferente a los demás. Este no es un Zorro tan ligero o acrobático, es un poco más sólido en los movimientos. Se acercaría más a Batman, salvando una vez más las distancias. No hace tanta acrobacia.

¿Y cómo fue el rodaje en sí? ¿Muy duro?

Fueron siete meses de rodaje, y setenta y tantas localizaciones, con mucho rodaje nocturno. Fue muy duro y muy caótico. Extremadamente caótico. Yo creo que de la misma forma que sufrimos mucho, también hubo momentos bonitos en los que lo pasamos bien.

¿En qué sentido fue caótico? ¿Por la logística y la magnitud del proyecto?

Un rodaje así era imposible que no sea caótico, con tantos personajes, extras, espadas, látigos, carrozas... Un rodaje de por sí rara vez no es caótico, pero esto era un caos real. Era la magnitud y la situación, la circunstancia del proyecto: eran dos unidades, a veces tres, una rodaba trama y otra que rodaba acción, tres directores rodando al mismo tiempo, yo moviéndome de un lado a otro, rodando un día en la unidad de acción una parte, y después cambiándome a la de trama, con lo que eso conlleva de cambios de vestuarios... Cuando vas con dos unidades, repito, casi tres; obliga a que haya dos equipos rodando simultáneamente. Es caos, ¿cómo no va a serlo?

En una entrevista reciente hablabas de una relación especial con Tornado, el caballo con el que rodaste la serie. Decías que esa unión te hizo querer ir a rodar y soportar situaciones que eran inaguantables. ¿A qué te referías?

De falta de energía, de llevar rodando mucho tiempo y muchos días seguidos. No sé cuántos días de rodaje fueron, pero en siete meses no rodé dos días, imagínate. Era un cansancio extremo por mucho que te guste lo que haces. Hay que ser muy disciplinado con el sueño, con dormir bien, y es muy difícil cuando tienes rodajes nocturnos que cambian a diurnos... Sí, había situaciones inaguantables porque me faltaba la energía para todo lo que tenía que hacer. Y es una serie para la que necesitas mucha energía.

¿Sientes algo de pena por no sentir que hubieras podido estar al 100% físicamente disfrutando del momento?

Es difícil mantener la energía. ¿Si volviera hacia atrás? No, intento aceptar lo que he hecho, soltar y aceptarlo, y decir: lo hiciste lo mejor que pudiste. Hice lo que pude, y hay que tener en cuenta las circunstancias que te acabo de comentar. Si lo volviera a hacer sí que sería más disciplinado con mis comidas, con respetar mis horas de descanso, con estirar y cuidarse más físicamente, y no tratar de hacer toda la acción, porque intenté hacer casi toda, si no toda, la acción.

¿Cómo ha sido esa relación con el caballo? ¿Habías pasado antes por algo así?

No, nunca. Con los caballos no había tenido mucha relación, y pensaba que era alérgico. Eso me obligó a crear una relación muy bonita con Tornado. Pasamos mucho tiempo juntos. A mí me encantan los animales y acabamos conectando mucho.

Este no es un Zorro tan ligero o acrobático, se acercaría más a Batman

¿Qué tal rodar con Paco Tous? ¿Fue difícil crear esa conexión con un personaje que no habla y que se comunica a través de la gestualidad?

Paco es increíble. De eso hizo una ventaja. De algo muy difícil hizo algo precioso. Tiene una mirada y una sensibilidad preciosa. Fue un inmenso placer trabajar con él. Nos hemos hecho muy amigos y se convirtió en un gran aliado en este rodaje para crear algo muy difícil, como era crear algo como la comunicación entre los dos, y para la convivencia en general, estando en Canarias solos.

Sorprende la producción del sonido. Al haber tantos exteriores, ¿tuvisteis que hacer mucha postproducción, doblar muchas escenas?

No la he visto entera, no lo sé. No te podría contestar a esto con honestidad, porque no lo sé. Me imagino que el trabajo de sonido y postproducción habrá sido muy minucioso.

¿Habrá segunda temporada de 'Zorro'? ¿Sabéis algo en estos momentos, o al menos te animas a ello?

Depende de Prime y de Secuoya, no depende de mí. Yo he firmado un contrato. Depende de ellos, y del público, sobre todo del público.

Si te dijeran que sí, ¿cómo la afrontarías?

La afrontaría. Tendría que hacer otra temporada, claro. Sería bonito hacerlo y cerrar bien.

Has dicho que recientemente pasaste por un momento complicado tras el cual has querido redescubrirte como actor. ¿Lo has conseguido?

Supongo que sí. Es un proceso constante esto, sí. He descubierto que necesito reinventarme, como todos, y evolucionar.

¿Hacia qué tipo de proyectos quieres redirigir tu carrera, qué te gustaría hacer?

Tenemos pendiente de estrenar Querer, en Movistar Plus+. No sé cuándo estrenamos exactamente, pero me apetece mucho, es muy diferente a esto, que he rodado con Alauda Ruiz de Azúa. Estoy muy contento, la verdad, es una historia que me ha llegado muy dentro y que me apetece mucho que salga, y que creo que va a dar mucho de qué hablar.