Roberto Leal no esconde su sorpresa al ver que El Desafío va a estrenar este viernes su cuarta temporada en Antena 3. El concurso, que llegó en 2021 a la cadena como un “experimento” que tenía su origen en la famosa sección de retos de Pilar Rubio en El Hormiguero, ha acabado consolidándose como formato propio (y con gran respaldo por parte de la audiencia), a pesar de que sus propios creadores no las tenían todas consigo cuando decidieron ponerlo en pie.
“En esa primera reunión con Jorge Salvador y Pablo Motos, cuando me lo contaron, me parecía que era un programa bastante original, pero el miedo de todos era si aguantaría esto como programa en sí mismo”, reconoce Roberto Leal a verTele, remontándose a sus primeras conversaciones con los responsables de 7 y acción, productora a cargo del proyecto.
Ahora, asentado como una de las principales apuestas de entretenimiento de Atresmedia, El Desafío vuelve con una cuarta entrega en la que sube el nivel de dificultad de sus pruebas: “Cada año es un pelín más complicado, pero creo que esa es una de las claves de que el programa pueda funcionar”, defiende Leal, que está a punto de cumplir cuatro años desde que diera el salto de TVE a Antena 3.
“Yo miro atrás y, tío, sólo puedo dar las gracias, porque no me lo termino todavía de creer. Aquí se me está teniendo muchísimo cariño, creo que es compartido y ojalá sea por muchísimos años, porque me encuentro muy cómodo”, declara el andaluz, que asegura no haber recibido durante este tiempo ninguna oferta o 'tentación' por parte de la cadena. “Habrá mil razones por las que eso no haya pasado, pero evidentemente estoy superfeliz donde estoy y creo que eso se transmite. Dirán: ¿Para qué vamos a llamar a esta persona?”, señala.
En esta cuarta temporada, Leal tendrá a Chenoa como concursante, lo cual deja una curiosa situación televisiva. La mallorquina ha sido finalmente la sucesora del andaluz como presentadora de Operación Triunfo. Cabe destacar, eso sí, que a pesar de que el programa ve al luz ahora la grabación de El Desafío 4 se produjo antes de que Chenoa fuese elegida por Amazon como maestra de ceremonias del talent musical que la catapultó a la fama, una decisión que Leal valora como “un acierto pleno”.
“Chenoa era la que tenía que ser. Primero porque ella es OT. No hay nadie más que ella, y todos los de su primera edición, que puedan decir: 'Nosotros somos OT. Por supuesto, todos los que han pasado después, pero ella es el génesis”, valora el presentador, que ha estado muy pendiente del trabajo de su compañera. “La vi en la primera gala y pasé muchos nervios también con esa cuenta atrás de la pantalla. Estaba nerviosísimo como si la fuese a presentar yo”, recuerda conmovido. “Parecerá una tontería, pero me emociono, porque fue la hostia”.
Después de cuatro ediciones de 'El Desafío', ¿te sigues sorprendiendo? Decís que el nivel cada vez es más alto...
Es verdad que cada año se complican bastante las pruebas y nos complicamos nosotros bastante también, porque al complicar las pruebas, lo que estás haciendo es que las frustraciones o las victorias sean mayores también. Gestionar eso en un plató, por parte del jurado o del presentador, es cada año un pelín más complicado. Pero creo que esa es una de las claves de que el programa pueda funcionar. No podemos relajarnos. Tampoco es que vayamos a convertir esto casi en una guerra, pero es un programa en el que hay una parte de esfuerzo y adrenalina que tiene que estar presente y cada temporada subirla un poquito más. Yo no me acostumbro a presentarlo y creo que es de los programas con los que más disfruto, precisamente por eso también.
Este programa llegó hace tres años, casi como un “experimento” para Antena 3. ¿Te sorprende cómo se ha consolidado el formato hasta llegar a esta cuarta temporada?
La verdad es que sí, tío. No deja de sorprenderme. Es una buena pregunta porque yo recuerdo perfectamente esa reunión cuando llegué a Antena 3, de vuelta para hacer Pasapalabra. Ahí ya me dijeron: “Oye, la idea es que hagas también un formato que se llama El Desafío, que está basado en los retos que hace Pilar Rubio en El Hormiguero, y lo hace 7 y acción”. Y en esa primera reunión con Jorge Salvador y Pablo Motos, cuando me lo contaron, me parecía que era un programa bastante original, pero el miedo de todos era si aguantaría esto como programa en sí mismo.
De hecho, de la primera temporada a la segunda evolucionó mucho. Creo que hemos ganado mucho en ritmo, creo que se ha conseguido que se transmita todo lo que está pasando en plató casi como si fuese en directo y eso puede ser parte de la clave de que estemos en una cuarta temporada y no muy tarde empezar con una quinta. Me sigo sorprendiendo, pero me alegro muchísimo, porque apostar por programas propios, hostias tío, en un mercado tan competitivo y que salga bien, es una cosa muy extraña. Y hemos tenido la suerte de que nos ha cogido dentro.
Todos los concursantes dicen que eres un gran apoyo para ellos. ¿Quién es el que más te ha sorprendido?
Hay un nombre sobre el papel, y esto pasa en cada edición, que cuando lo ves dices: “A ver, a ver...”. Es el caso de Pepe Navarro, que lo hemos visto siempre en otra faceta, de presentador, y que hace tiempo que no estaba en televisión, e impacta que se haya arriesgado a exponerse de esta manera. Para mí es uno de los que más me ha sorprendido. Es un gentleman, un tío con una elegancia y una maestría... Lo vais a ver: desde el primer minuto al último no ha perdido en ningún momento la compostura. Saliéndole mal algunas veces, saliéndole muy bien otras, pero siempre con una educación exquisita. A mí me ha encantado tener la suerte de estar al lado de Pepe Navarro.
Luego Pablo Castellano, Marta Díaz... Son gente a la que había que quitarle el precinto en tele. En las redes muy bien, pero la tele es diferente. Y el grupo los ha arropado muy bien. Como pasó un poco con María Pombo o Laura Escenas, que no habían hecho tele y que luego ves como van evolucionando en cada gala y parece que llevan aquí 20 años. Todos tienen algo de sorpresa, pero de entrada te diría que Pepe Navarro, Mar Flores y estos dos, de los que más.
Me propusieron hacer la prueba de la apnea, luego encontraron una opción mejor y me salvaron literalmente la vida porque lo estaba pasando fatal
¿Te verías dando el salto a concursante?
Yo he hecho alguna prueba ya. Es verdad que ninguna de las que luego se han valorado, pero hice una batalla de gallos, también competí con Arturo Valls con unos cubos. En otra temporada, me propusieron hacer la prueba de la apnea. Estuve entrenando una semana y pico, luego Jorge Salvador encontró una opción mejor y me salvó literalmente la vida porque lo estaba pasando fatal. No me gusta para nada la apnea. Así que no, prefiero seguir de presentador, porque lo disfruto un montón. Me parece que es un programa redondo para un presentador, con el que te ríes, te emocionas y tienes una libertad total. No sabes lo que va a pasar en cada gala, más allá de dar paso a cada prueba. Lo demás es imprevisible.
¿A qué famosos te gustaría ver en próximas ediciones de El Desafío?
A mí me encantaría que pasaran por aquí, casi a modo de masterclass todos los presentadores de esta cadena. Ya han pasado algunos, como Cristina Pedroche, Jorge Fernández, Roberto Brasero... Y amigos como Ana Guerra, Rosa López, la propia Chenoa... Más que alguien a quien admire, diría alguien a quien considere que son amigos. Imagínate que nos llevamos allí a una Mónica Carrillo, que no quiere venir a Pasapalabra, pues que venga a El Desafío, o José Yélamo, que ya vino una vez y que me gustaría que viniese siempre. Este es un programa que es un caramelito y aunque se sufre, lo que te llevas para ti se queda para siempre.
¿Se mantiene la competitividad entre los concursantes a pesar de ese sentimiento de hermandad del que presumen?
Hay hermandad, pero la competencia está. Ellos hablan mucho de que hay buen rollo, y es verdad, pero la competencia está. No nos olvidemos del fondo del programa, que es ganar un premio para una ONG. Un premio que las ONG lo reciben como agua de mayo. Todos quieren dárselo a su ONG, pero pasan cosas muy bonitas: Hay veces que alguien que ha ganado varias galas le cede la mitad del premio a la ONG de otro. Eso dice mucho del compañerismo y del alma del programa, que el fondo siempre es bueno.
¿Echas de menos el directo?
A mí me encantaría hacer un programa en directo. Esto es lo más parecido a ello. Me encantaría que algún día llegase la oportunidad de hacer algo en directo también, porque aunque digamos que no, se vive diferente. La tensión es diferente. Cuando estás en directo, no es que te estés pensando más las cosas, sino que tu pellizco en el estómago es otro. El respeto por la cámara es el mismo, pero en tu gesto y tu manera de hacerlo yo creo que también se transmite al que está en casa y se pone en tú lugar. Se genera una conexión directa que muchas veces yo echo en falta.
Pasapalabara no se podría hacer en directo. Sería imposible, porque cada vez que hay un fallo hay que parar y comprobar si lo que han dicho también es correcto. Hay unos parones técnicos que hacen que en directo no se pueda hacer. Pero El Desafío, aunque esté grabado y se emita meses después, para mí se hace en directo. Es lo más parecido al directo. Ojalá llegue un día un proyecto en directo y sea en Antena 3 porque me traería muy buenos recuerdos. De los 22 años que llevo en la tele, más de la mitad han sido en directo. Grabados solo en esta última etapa.
¿Consolidado en Antena 3? Miro atrás y sólo puedo dar las gracias, porque todavía no me lo termino de creer
Estás a punto de cumplir cuatro años en Antena 3, consolidado como uno de los rostros principales de la cadena. ¿Cómo valoras tu posición actual en el canal? ¿Te han tentado desde la competencia?
No, no, no. [Risas] La verdad es que no. Habrá mil razones por las que eso no haya pasado, pero evidentemente estoy superfeliz donde estoy y creo que eso se transmite. Dirán: '¿Para qué vamos a llamar a esta persona?'. Pues tío, yo todavía no me lo termino de creer, porque cuando uno cambia de cadena o de programa, que en mi caso fue también de cadena, siempre hay detrás un momento de saber hacia dónde va a ir tu carrera. La carrera de un presentador, o un periodista, depende muchas veces de factores que no dependen de ti. Y cuando me lo ofrecieron fue un vértigo. Me sentí afortunado, porque los proyectos eran bonitos y muy grandes, pero luego había que hacerlos. Todo empieza con una acogida maravillosa con Pasapalabra y ahora con una cuarta temporada de El Desafío. Yo miro atrás y, tío, sólo puedo dar las gracias, porque no me lo termino todavía de creer. Aquí se me está teniendo muchísimo cariño, creo que es compartido y ojalá sea por muchísimos años, porque me encuentro muy cómodo.
¿Cómo viviste el cameo de Amar es para siempre?
Pues con mucho respeto, porque me dan mucho miedo esas cosas, por el trabajo que hay detrás de la profesión de los actores y actrices. Eso es intocable. Pero como conocía a Itziar Miranda, y ella me trató con muchísimo cariño. Como ha venido a Pasapalabra y yo la arropo, pues allí me hizo casi de coach y me dijo: “Esto tú lo tienes, dilo a tu manera”. Y llegué y se lo conté como si se lo contase a mi prima. Y me hizo mucha gracia que me peinaran como si estuviese haciendo la comunión, pero con 50 años más encima. Fue una experiencia bonita y lo disfruté un montón. Creo que fue una cosa original también de cara a la despedida de la serie.
Chenoa te ha cogido el relevo como presentadora de Operación Triunfo. ¿Has tenido oportunidad de verla? ¿Qué te parece cómo lo está haciendo?
Pues es que no puedo decir nada, me parece un 10. Es un acierto pleno por parte de Gestmusic y de la plataforma de Amazon, de decir: Chenoa es la que tiene que ser. Primero porque ella es OT. No hay nadie más que ella, y todos los de su primera edición, que puedan decir: “Nosotros somos OT”. Por supuesto, todos los que han pasado después, pero ella es el génesis. Y si de alguna forma, tantos años después es Chenoa la elegida es por algo. Y encima no es que esté a la altura, es que lo que está haciendo es demostrar que OT era, es y seguirá siendo su familia siempre. La vi en la primera gala y pasé muchos nervios también con esa cuenta atrás de la pantalla.
Estaba nerviosísimo como si la fuese a presentar yo. Y cuando la vi con ese foco, que fue un inicio muy parecido al que hicimos en 2018, tenía un pellizco dentro. Estaba con mi mujer y los niños y viéndola por dentro estaba en plan: “Venga, venga...”. Te parecerá una tontería, pero me emociono, porque fue la hostia. Y cuando vi que lo hizo bien, que lo terminó, que no se trabó y que cruzaba la pasarela como lo hizo y se puso allí con los chavales, dije: “Ahora, tío, ahora”. Cuando estás presentando un programa en directo, esa primera parte, el “hola, buenas noches” y el arrancar, es fundamental para tu propia seguridad. Eso te tiene que salir bien y ella lo tenía muy amarrao y lo sigue teniendo. Si es que trabaja muchísimo, así que larga vida a Operación Triunfo y con Chenoa al frente muchos años.
¿Estás siguiendo entonces la edición?
Sí, no tanto como otras ediciones porque por supuesto era mi trabajo, pero sí lo sigo mucho en redes. Estoy muy pendiente de a quién expulsan, a quién no, siguiendo al fandom, que sigue igual de vivo o más que entonces [Risas]. Entro en el hashtag y a veces tengo que salir corriendo porque digo: “¿A que recibo hasta yo?”. Veo que las emociones siguen estando ahí a tope y esto es algo de piel y de pálpito y ahí ese programa tiene esa magia especial que está claro que no va a perder nunca.
Le digo a mi hija que Aitana es amiga de papá y no se lo cree
¿Qué piensas al ver que esos niños que empezaron contigo, como Aitana, ahora son capaces de llenar un Bernabéu?
¿Pues cómo lo voy a ver? El mejor ejemplo que te puedo dar es que mi niña me dice que quiere ir a un concierto de Aitana. Y yo digo: “Hostia, Lola. Cuando yo conocí a Aitana tú tenías dos meses”. Mi niña nació en julio, yo empecé en septiembre en OT, tenía dos meses la niña. O sea, Aitana tenía 18 años. Yo me veo en las imágenes y tenía el pelo negro, tío. Y claro, que me diga ahora: “Quiero ir a un concierto de Aitana”. Y yo le digo: “Hija, es amiga de papá”. ¡Y no se lo cree! Le enseño fotos de entonces, que yo parezco otro, y me dice: “¿Pero por qué?”. Y le digo: “Ya te lo contaré algún día...”. Es fuerte, pero la vida es así. Lo de Aitana es algo excepcional.
¿Lo viste venir durante su paso por OT?
En la edición se veía que ella iba a vivir de la música, como están haciendo muchos. Es que lo de Aitana es excepcional, como lo de Lola Índigo. Pero luego tenemos ahí a mi colega Roi, que sigue viviendo de la música porque es un artistazo, tenemos a Cepeda, a Miriam, a Ana Guerra... Creo que todos los de esa primera edición y todos a su manera, unos con más portadas de disco y otros con menos, pero siguen haciendo lo que querían, que era música.