La cuenta atrás para el estreno de La casa del dragón (House of the dragon), la primera serie derivada de Juego de tronos, está a punto de llegar a su fin. La esperada precuela, centrada en la dinastía de los Targaryen y situada 200 años antes de la ficción original, llegará el próximo domingo 21 de agosto a Estados Unidos y el lunes día 22 a España, a través de HBO Max. La novela Fuego y sangre de George R.R. Martin es su punto de partida.
“Ser el primer spin-off de Juego de tronos es una gran responsabilidad porque nuestro éxito va a determinar cuánto se explore este universo”, asegura a verTele Ryan Condal, showrunner de la producción junto a Miguel Sapochnik en la première europea de la producción celebrada en Ámsterdam. Un cometido que vive expectante, ya que considera que el mundo creado por el escritor es “tan rico como el de Marvel o Star Wars. Hay muchas más historias que contar”.
Que La casa del dragón vaya a ser la primera continuación en ver la luz no ha sido casualidad ya que, según comparte el productor, “esta era la historia que Martin tenía más ganas de contar”. El autor, que “ha estado involucrado todo lo que ha querido”, ya dio su aprobado con nota al título. “El mayor debate con él fue dónde arrancar la ficción entre 300 años de historia”, indica Condal.
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Tras el final de Juego de tronos se pusieron en marcha varios spin-off para seguir expandiendo su universo. ¿Qué fue lo que hizo que HBO Max se interesara en concreto por La casa del dragón?
La historia particular de la dinastía de los Targaryen era la que George R.R. Martin tenía más ganas de contar. A través de la ficción original no sabíamos demasiado sobre ellos, solamente sobre una en concreto, Daenerys. Habíamos oído hablar de la leyenda, pero no habíamos visto el verdadero pasado de la casa. Y esto es precisamente lo que hace esta serie. Nos encontramos con los Targaryens en el momento culmen de su dinastía, con sus dragones, y el poder, el control y también peligro que estos conllevan.
Lo más interesante es lo que cuenta la última frase que se escucha en la apertura del piloto: “Lo único que podía derribar a la 'Casa del dragón' era ella misma”. Debería haber sido la dinastía al mando durante miles de años, ya que eran los únicos que tenían dragones. Pero si empiezan a enfrentarse y a luchar entre ellos, pueden acabar pasándoles cosas malas.
Esto es lo que conecta la precuela con Juego de tronos, porque es el inicio de la decadencia de los Targaryen. El motivo por el que Daenerys está, en esencia, suplicando por su cena, ropa y casa se remonta a esta historia. De ahí a que la clave esté en esa unión entre ambos títulos. También era muy cautivador cumplir el deseo de ver a muchas melenas plateadas corriendo por Poniente [ríe].
La historia de los Targaryen es la que más ganas tenía de contar George R.R. Martin
Los creadores de Juego de tronos, David Benioff y D.B. Weiss, contaron que conocieron a George R.R. Martin en una mítica comida que se acabó convirtiendo en cena. ¿Cómo fue tu primer encuentro con él?
También tuve mi propia cena mítica [ríe]. Llevo 20 años siendo fan de sus libros. Los descubrí al final de la universidad. Entonces era un lector voraz, especialmente de ciencia ficción, fantasía y de género. Estaba en el inicio de mi propio viaje como guionista en ciernes, tratando de descubrir cómo iba a continuar mi carrera para poder dedicarme a esto, porque tenía claro que era con lo que quería ganarme la vida.
Sentí una especie de llamada y en ese momento me topé con las novelas, que me dejaron huella. Esto es algo que he hablado con George, en ese momento aprendí mucho más de sus textos que de los manuales y algunos guiones, porque aunque es un medio diferente, escribe de forma muy cinematográfica. Estuvo diez años trabajando en televisión y en cine, y eso queda patente en su manera de escribir. Sus diálogos son muy nítidos e incluye ganchos al final de los episodios que te empujan directamente a los siguientes. Es muy parecido a como se haría en un guion. Esto me atrajo mucho y apareció en el momento idóneo.
Muchos años más tarde, cuando conseguí entrar en la industria televisiva con el primer piloto que hice, tuve la suerte de acabar instalándome en el barrio de George en Santa Fe, Nuevo México. Sabía que iba a estar allí varios meses, él no me conocía pero le pedí a mis agentes que intentaran organizar una cena con él... Y milagrosamente dijo que sí. Quedamos, nos llevamos muy bien y aquello fue el inicio de nuestra amistad.
Nunca me imaginé que pasaría algo así, pero acabamos manteniendo el contacto durante años. Cuando venía a Los Ángeles a ganar Emmys en septiembre siempre nos tomábamos una cerveza o un café. Hasta que llegó un día en el que me dijo que tenía un trabajo para mí. No sé qué dije exactamente, pero mi cabeza explotó. Por supuesto, lo dejé todo para involucrarme en ello e inmediatamente pensé: “¡Dios mío! ¿Qué he hecho?”. Me estaba comprometiendo a este proyecto y sentí toda la presión de que como fan, tenía que hacer un muy buen trabajo. Este es el proyecto con el que siempre había soñado y conseguirlo fue increíble. Siendo sincero, a veces siento que vivo en una simulación. Al menos en la mía [ríe].
Una vez involucrado en el proyecto, ¿cómo ha sido trabajar juntos?
No hemos discutido demasiado. Nuestro mayor debate fue el primero que tuvimos. Y que previamente también habían planteado desde HBO al intentar desarrollar esta historia. ¿En qué punto de un lapso de 300 años arrancas? ¿Dónde empiezas para conseguir tener un buen relato, que te brinde información suficiente; pero que a la vez no comience tan temprano como para necesites dar un montón de datos para introducir en la historia? Ese era el gran reto, dónde empezar la serie.
La primera intención de HBO era arrancar mucho más adelante en la trama, cerca de la guerra y del conflicto; mientras que George quería hacerlo un poco antes. Yo acabé siendo el mediador, ya que para mí lo ideal era un híbrido entre ambas propuestas.
El mayor debate con George R.R. Martin fue decidir donde arrancar la serie
Sabiendo que has llegado a ser calificado como 'la enciclopedia' del universo Juego de tronos, ¿qué es lo que más te importa que el público sepa sobre él y cuánto te preocupa conseguir que se enamoren de este mundo tanto como tú?
No sabría decirte si soy una enciclopedia, pero sí que sé muchísimo sobre Poniente. Me resulta sencillo, incluso si se me olvida algún detalle, buscarlo. También porque tengo un equipo a mi alrededor que es mucho mejor que yo. Realmente lo que más me ayuda es conocer cómo funciona este mundo y su tono, porque al final tienes que sentarte a crear escenas, siendo capaz de introducirte en este universo y ser capaz de escribir como si fuera el tuyo.
Pero más allá de Juego de tronos, y esto es algo que Miguel [Sapochnik] y yo hemos defendido desde el principio, La casa del dragón tiene su propio tono, voz y personalidad. A su vez, pese a que se trata de una serie nueva por completo con personajes diferentes, sigue resonando a Poniente. Por cómo luce, la forma en la que los personajes se hablan, sus intereses y las ambiciones que tienen.
Si aciertas en eso, y es algo que considero que hemos conseguido, tienes la sensación de estar en el mismo sitio, aunque en realidad estás una historia diferente situada en otro momento. Espero que el público lo sienta así. El mundo de George es muy vasto y rico. Se van a encontrar con cosas que les van a resultar muy familiares, y a la vez descubrir nuevos rincones como la casa de la 'Serpiente marina' [uno de los nuevos personajes], con los que se sentirán intrigados y querrán explorar.
No sé cuánto durará la serie, pero sí tenemos un final en mente
Además de guionista has ejercido de showrunner de la serie, ¿cómo ha sido combinar ambas facetas?
Fui showrunner en Colony, por lo que ya me había enfrentado a la experiencia, aunque en una escala mucho menor. Algo que puede ser más complejo porque entonces nunca teníamos ni dinero ni tiempo suficiente. En particular la fase de escritura tuvo que ser mucho más rápida. En La casa del dragón hemos tenido más tiempo para todo... que a la vez conlleva sus propios retos. La fuente de recursos que hemos tenido aquí ha sido genial, pero va de la mano con las expectativas. Porque claro, estás gastándote mucho dinero y quieres que se note en pantalla.
Este es el proyecto más grande en el que he trabajado, también para la mayoría del equipo por una cuestión de tamaño y escala. Todo es un desafío, pero la gran ventaja es que tiene más tiempo y recursos para hacerlo bien.
Todavía no se ha estrenado La casa del dragón pero, ¿contáis con que dure más temporadas, llegando a alcanzar incluso las ocho de Juego de tronos?
Espero que tengamos una segunda temporada, nosotros estamos definitivamente preparados para ello si HBO también lo considera. No sé cuánto durará la serie, pero sí que tenemos un final en mente. Lo bonito de Fuego y sangre y de que George haya escrito esta primera novela, aunque no narra la historia completa de los Targaryens, es que nos guía a través de esta historia en particular.
Igual que ocurrió al inicio, la otra gran pregunta es: ¿dónde pones el final a la historia? Porque evidentemente todavía quedan 150 años de Targaryen hasta que el imperio llegue a su verdadero final. Encontrar cuál es el punto idóneo para poner el broche a la serie es algo que acabaremos resolviendo de forma orgánica a medida que vayamos haciendo más temporadas.
La casa del dragón va a ser el primer spin-off de Juego de tronos en estrenarse, pero no va a ser el único. ¿Era importante para vosotros ser los primeros?
Ser los primeros es una gran responsabilidad porque el éxito de esta serie determinará lo profunda que vaya a ser la exploración de este universo. Hay mucho interés en seguir contando otras historias más allá de la de los Targaryen; pero va a depender mucho de si La casa del dragón acaba a nivel comercial a la altura de lo que HBO espera.
Esto nos deja en una posición muy emocionante al tiempo que es una gran responsabilidad. Como fan, creo que este universo es tan rico como el de Marvel o Star Wars. Hay muchas más historias que contar, pero estamos en el inicio; igual que Marvel y Star Wars lo estuvieron hace décadas. Nuestro trabajo es generar interés e ir un poco más allá para que la gente se pregunte ¿dónde más podemos ir dentro de este mundo?
Este universo es tan rico como el de Marvel o Star Wars. Hay muchas más historias que contar
Ya que has trabajado tan cerca de George R.R. Martin y teniendo en cuenta que no quiso involucrarse en las últimas temporadas de Juego de tronos, ¿cuáles fueron sus líneas rojas?
Lo que George básicamente quería era una adaptación fiel de su libro Fuego y sangre. Fiel entre comillas porque, para empezar, está escrito como si fuera un libro de historia. No es narrativa tradicional. Y además está narrado desde tres puntos de vista diferentes que suelen oponerse entre sí. Por lo que el propio libro ni siquiera deja claro lo que pasa realmente. Esto es algo que nos ha dado mucha libertad porque teníamos varios indicadores, sabíamos cosas que ocurren en la historia pero no necesariamente cómo.
Existe una relación más bien simbiótica entre el libro y la serie si lo comparas con otras adaptaciones tradicionales de novelas como El señor de los anillos, Dune o Canción de hielo y fuego. Con ellas se da inmediatamente la división entre los defensores del libro y los de la serie. Aquí ha sido diferente y es algo que George también ha visto. Le hemos dejado involucrarse, leer guiones y ver cortes todo lo que él ha querido. Las decisiones que hemos tomado le han parecido muy bien. Hemos debatido alguna cosa [ríe], pero sabe que me preocupo mucho por su universo y por representarlo de manera fiel. Es consciente de todo el respeto que le tengo y eso es lo que importa.
¿Cómo ha sido trabajar mano a mano con Miguel Sapochnik?
Miguel es genial. Es un director virtuoso, de los mejores que existen en este campo, que es el motivo por el que quise que trabajáramos juntos en La casa del dragón. Ya lo habíamos hecho antes, con una versión de Conan el Bárbaro que Amazon Prime Video acabó rechazando porque optaron por esa pequeña serie llamada El señor de los anillos [ríe].
Tenemos trabajos diferentes y hacemos cosas diferentes pero vemos el mundo de la creación de manera muy similar. Solemos estar de acuerdo con mucha más frecuencia de lo que imaginé en un primer momento, porque la naturaleza del mundo creativo es que si juntas a varias personas en una sala lo más normal es que discrepen [ríe].
Matt Smith aseguró que su personaje tenía demasiadas escenas de sexo dentro de la serie, ¿estás de acuerdo?
Esto es Juego de tronos y todos sabemos que eso genera cierta expectación. Tenemos 550 páginas de guion y cada escena que está en él existe porque es importante para que la historia avance; ya sea porque revela algo de un personaje o sea esencial para una determinada trama. Todas las escenas sexuales fueron comentadas antes con el reparto y ensayadas; y tuvimos un coordinador de intimidad en el set.
Nuestro trabajo era conseguir que los actores estuvieran lo más cómodos posible al contar esta historia, pero hay algunas escenas muy complicadas, como tener que pasar horas y horas subido a un dragón. Las escenas de sexo entran dentro de esta categoría, son necesarias para contar la historia. Cuando la gente vea la serie, lo entenderá.