‘Once Upon a Time’ 6x17 Review: ¿Quién salvará a Blanca y el Príncipe de la maldición del sueño?
Si en las últimas semanas has notado un tanto descafeinados a nuestros héroes, no te preocupes, no eres tú. O bueno, sí, preocúpate, porque todo es debido a que la productora de la serie se ha saltado el derecho de huelga de los actores de doblaje de Madrid y se ha llevado la producción a unos estudios de Valencia. La huelga, que ya dura unas semanas, está afectando a muchos de los títulos más populares en nuestro país, como ‘The Big Bang Theory’. Y de hecho, ya empieza a amenazar a uno de los bombazos de la temporada, como es el gigante ‘Juego de Tronos’, cuyo inicio de su séptima temporada está previsto para julio. Pero francamente, no creo que tengan bemoles de profanar las voces de tan aclamada ficción al igual que han hecho con nuestra querida serie de cuentos de hadas. Las quejas de sus seguidores se oirían hasta en el espacio.
Mientras despertamos de lo que parece un mal sueño, y en vista de que Netflix tiene previsto seguir emitiendo los episodios de manera ininterrumpida, en esta review os desvelamos la forma en que Blanca y el Príncipe Azul se han librado por fin de la maldición del sueño. Eso sí, no fueron ellos los que la rompieron. Entonces, ¿quién?
(Estos spoilers os quitarán el sueño)
Mary Margaret y David despertaron, en realidad, hace mucho tiempo
En este capítulo asistiremos al enésimo flashback protagonizado por Blanca y el Príncipe en el que descubriremos que en ese pasado que ambos comparten existe un vasto terreno por explorar y que todavía puede dar mucho juego. Ojo al dato: once años antes de que Emma, la Salvadora, viajara a Storybrooke para liberar de la maldición oscura a los habitantes del Reino Encantado, sus padres despertaron de ella gracias a la acción de una flor llamada ‘el duende’.
Según la tradición, este tipo tan especial de flor crece en el contexto de las mayores adversidades. Y así fue cómo el brote, surgido abriéndose paso por el asfalto de la calle en la que cada mañana Blanca y Regina se saludaban, llamó la atención de nuestra heroína. Y ésta, en su infinita amabilidad, se lo llevó a David, que en ese momento estaba en el hospital en coma. ¿Os acordáis de la primera temporada?
Y en ese instante fue cuando despertó de nuevo como Príncipe Azul (o encantador) y lo primero que hizo fue plantarle un beso en los morros a su amada, con tal pasión, que al momento ella también recordó quién era. Ambos se sabían dentro de esa orquestada escenografía en la que la Reina Malvada les había encerrado junto a sus amigos. Pero al recuperar la memoria, el primer y único pensamiento desde entonces fue sólo para una persona: su hija Emma.
Decidieron que tenían que encontrarla y para ello debían escapar de Storybrooke antes de que Regina fuera consciente de su situación. Y se les empezaba a acabar el tiempo, porque la alcaldesa sospechaba del repentino despertar de David del coma y de su desaparición en el bosque.
Sólo había una persona o ser al que acudir en busca de ayuda: Rumpelstiltskin. En ese universo, conocido como el Señor Gold. Pero al parecer, el Ser Oscuro no estaba despierto como ellos. No era consciente de su situación. Hasta que pronunciaron el nombre de su hija, ese por el que Rumpelstiltskin les ayudó antes de que Regina lanzara su maldición. Al escucharlo, se activó un resorte que le hizo salir de ese trance que le impedía recordar su verdadero ser, como parte del ‘Monopoly’ de Regina. Y a cambio, se animó a ayudar a David, revelándole que con la misma flor que le había despertado podrían reencontrase con su hija.
Tigrilla conoce a la Salvadora
La joven india que todos conocemos de la película animada de Peter Pan es una joven adulta en esta versión de la historia. Gracias a ella, Garfio logra zafarse de los Niños Perdidos. Aunque al principio no está muy claro lo que pretende de él –por aquello de drogarlo y atarlo–, pronto ambos descubren que guardan una empresa en común.
La muchacha necesita que el pirata le haya llegar a la Salvadora una varita de madera que le ayudará en su batalla final, la cual, suponemos que será la librada contra el Hada Negra. ¡Qué feliz coincidencia! Precisamente la Salvadora es la prometida de Garfio. Tal vez un tanto rebuscado, pero bueno, así encauzamos rápido su camino con el de Emma y no tenemos al pobre Killian lo que resta de temporada dando bandazos y separado de su amor. Ya sufrieron bastante el año pasado. Además, Emma le va a necesitar desesperadamente para acometer su duelo final.
Y eso es algo que sabían Blanca y David. A pesar del largo camino que habían recorrido para obtener su salvación, al final, lo primordial para ellos fue la felicidad y bienestar de su primogénita. Unas horas atrás, el intento fallido con una pócima de Regina precipitó los acontecimientos: al terminar el día, ambos quedarían dormidos si no lo remediaban. Los nervios estaban a flor de piel y entonces ocurrió un milagro: volvieron a brotar no una sino cientos de flores ‘duende’, dispuestas a ayudar a la pareja de amantes a despertar de nuevo de ese fatal letargo que los amenazaba. Sin embargo, el Hada Negra obligó a Gideon a congelarlas todas justo en el momento en que Emma se disponía a coger una. La muy pérfida es especialista en dejar a sus enemigos con la miel en los labios. Pero como la esperanza es lo único que se pierde –y más en un cuento de hadas–, una última flor resistió impasible el ataque de Gideon. Todo estaba listo para curar a Blanca y al príncipe. Mas como una madre siempre será una madre, decidió que el destino de esa flor era conseguir traer de vuelta a Garfio para que Emma no estuviera sola frente al Hada Negra. De esta forma, su madre le hizo su último regalo antes de reposar al lado de su esposo.
Emma, todavía conmocionada, tuvo que hacer de tripas corazón y rescatar a Garfio. La puerta le llevó justo al campamento de los Niños Perdidos, donde éstos tenían de nuevo apresados a Killian y Tigrilla, que fueron presa de una emboscada cuando Garfio intentaba que su sombra le sacara volando de Nunca Jamás. Al acudir sola con su garfio y la varita, Emma supo que algo no iba bien. Y ese dato fue lo que inclinó la balanza en la decisión de Blanca de sacrificarse por Garfio.
La Salvadora irrumpió en escena y antes de que los captores pudieran asimilar lo que estaba ocurriendo cogió a su galán y se lo llevó de vuelta a casa. Aprovechando la algarabía, Tigrilla escapó con una sonrisa en los labios. Había sido testigo de lo que era capaz la Salvadora. Y era una mujer de armas tomar.
Por una vez les toca a ellos ser salvados
Habíamos dejado a los padres del siglo frente a la imagen de su niña de diez años. Cuando estaban a punto de cruzar el umbral para reencontrarse con ella, Blanca sintió de nuevo la llamada del deber. Una llamada que le ha hecho siempre anteponer el bien común a su propio interés. No podían saltarse las reglas del juego: la profecía rezaba que Emma les salvaría a todos al cumplir los 21 años. Si escapaban con ella en ese momento, nunca rompería la maldición y, por tanto, todos los habitantes de su reino se verían condenados para siempre. Para colmo, en una venganza fraguada en contra de Blancanieves y su esposo.
David la miraba con cara de incredulidad, impresionado por mostrar una entereza que ni él mismo se podía creer. ¿Con qué valor puede uno dejar a su niña abandonada a su suerte? Sólo había una manera: beber la pócima de Gold y reestablecer el efecto de la maldición. En unos años, volverían a verla. Sólo había que tener fe.
¿Quién les diría que ese esfuerzo tendría su recompensa al cabo de unos años? La propia Regina convocó a los vecinos y allegados de la pareja y les propuso lo siguiente: si bebían un pequeño sorbo de la pócima de la maldición del sueño, entre todos podrían compartir su efecto y de esta forma se diluiría lo suficiente como para que Blanca y el príncipe pudieran despertar. Estaba claro cuál sería la respuesta, ¿verdad?
Cuando Blanca y David despertaron no se lo creían. Todos sus seres queridos estaban postrados en el suelo en torno a la mesa en la que estaban tumbados. Pero al momento despertaron y rápidamente la alegría y el júbilo se apoderaron de la habitación. Todos juntos a una podrían hacer frente al Hada Negra.
Y hablando de la villana, el señor Gold no tardó en entrevistarse con ella delante del reloj de la biblioteca, uno de los sitios emblemáticos de Storybrooke. En su cara le espetó que estaba controlando a Gideon –ya sospechaba algo desde el numerito que le montó en su tienda cuando le devolvió la daga que controla al Ser Oscuro– pero a pesar de ello éste le había traicionado. La flor que quedó viva después de que enviara la helada fue un descuido intencionado por parte del muchacho. Aunque contrariada, el Hada no cejaba en su empeño de invitar a Gold –recordemos, el hijo que abandonó en otro tiempo– a unirse voluntariamente a sus filas. Pero lo único que encontró fue la amenaza de muerte por parte de éste por lo que estaba haciendo a Gideon, junto con la promesa de recuperar su corazón. Y claro, esto desencadenó a su vez una amenaza mayor del Hada Negra. La madre de las maldiciones se cierne sobre Storybrooke. La cuestión es ¿llegarán a tiempo los actores de doblaje de siempre para contárnosla?
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